La gran crisis del Pecado del Becerro
de Oro y su contigüidad con la
entrega de la Torá fue motivo de ocupación de
nuestros sabios, los Rishonim
que nos enseñaron los principios de fe, y sobre todo el Ramba"n
y Rabí
Iehudá HaLevi. Sus alegaciones a favor de Am Israel nos
hacen ver el
episodio del Becerro de Oro según un punto de vista más
nivelado de lo que nos
figuraríamos leyéndolo por primera vez. Cuál fue
la dimensión exacta del pecado
y la cantidad de pecadores?. Qué fue lo que lo motivo?. Y en
qué se diferencia
la concepción equivocada de los que rindieron culto al Becerro
de la concepción
hereje de los idólatras de todos los tiempos?.
En forma natural, sus argumentos se centran en el episodio
histórico específico
del pasado, pero entre líneas ellos aclaran un postulado central
de "la fe
de Am Israel y su Torá" (expresión
utilizada por el Gaón
de Vilna respecto al libro HaKuzari).
De la misma forma que la vida privada de la persona se caracteriza por
una
tensión continua entre las necesidades de subsistencia y sus
aspiraciones
espirituales, así también es cierto respecto a otros
valores de la Torá.
El alma de la persona siempre anhela la plenitud espiritual, y
también cuando
él cae en el pecado y es castigado, no es correcto juzgar toda
su personalidad
sólo en base a su conducta, y utilizar como criterio de medida
único las
consecuencias de sus acciones. Y si bien esta claro que D's no se
conforma sólo
con que "el alma que Me has entregado es pura" (rezo matutino), sino
que nos exige vivir en la práctica de acuerdo a sus anhelos y
cumplir en forma
plena con las mitzvot de la Torá, a pesar de
ello Él toma en
cuenta la brecha entre los yerros del cuerpo y la grandeza del alma. Y
no hay
un episodio más apto que el de nuestra Parashá
para enseñarnos a
reconocer algo similar respecto a otros valores.
En primer lugar, en cuanto al quebrado de las Tablas de la Ley: El
autor
del libro "Shem MiShmuel" (5673) analizando cuidadosamente las
palabras de nuestros sabios, dice que las Tablas en sí no fueron
quebradas,
porque también ellas tienen interior y exterior. Y
también cuando las piedras
sobre las que estaban escritas fueron quebradas, sus letras se elevaron
en el
aire - porque son como el alma en el cuerpo de la persona. Las segundas
Tablas
de la Ley no fueron escritas para sustituir a las primeras en todo su
sentido, sino
que la escritura tenía por cometido permitirle a las letras
volverse a vestirse
en otro cuerpo material.
Y por ello, cuando fueron recibidas las segundas Tablas de la Ley la Torá
recalca: "Escríbete estas palabras, porque según el tenor
de estas
palabras he hecho pacto contigo y con Am Israel" (Shmot 34:27).
Comentan al respecto nuestros sabios: "El pacto que concertó D's
con Am
Israel se refiere a la tradición oral" (Guitin 60B), para
recalcar que
la piedra no es lo principal, ni tampoco la escritura ni su lectura,
sino que
el contenido que se encuentra arraigado dentro nuestro con la Torá
oral.
De acuerdo a ello, también el valor de la Torá se
mide en dos planos: El
"cuerpo" de la Torá, y el "alma" de la Torá.
El "cuerpo" de la Torá se adquiere con el esfuerzo
intelectual, y el "alma" de la Torá se adquiere
profundizando
el vínculo entre el que la estudia y el que "enseña Torá
a Su
pueblo Israel" (bendiciones de la Torá). Y en
relación a ello, es
adecuado citar al padre del autor de "Shem MiShmuel", que en
el prólogo a su libro "Eglei Tal" dice: "Porque lo
principal en el cumplimiento de la mitzva de estudiar Torá,
es
alegrarse y deleitarse en su estudio, y es de esa forma que las
palabras de la Torá
son absorbidas en su sangre".
En segundo lugar, respecto a shabat: También en este
caso
encontramos que fue recalcado que su valor no se limita sólo a
sus aspectos
prácticos - el "cuerpo" del shabat. Su principal valor
justamente está relacionado con su esencia - el "alma" del shabat.
El "alma" del shabat, es que constituye una señal de la
elección de Am Israel - "les doy por patrimonio Mi
día de descanso
para su descanso". Y sólo partiendo de esa base, se derivan las halajot
prácticas. Y por ello, recalcamos en el rezo de shabat
que "no se
lo entregó a las demás naciones del mundo", sino que por
el contrario,
"un gentil que respeta el shabat, se merece la muerte"
(Sanhedrin
58B). Porque en su esencia, el shabat le pertenece justamente a
Am
Israel, y sólo el que está relacionado con esa
esencia puede cumplir sus halajot
en la práctica.
Esa idea encuentra una expresión singular en las palabras de
nuestros sabios:
"'Por tanto los hijos de Israel guardarán el shabat'
(Shmot 31:16)
- transgrede un shabat, para que pueda cuidar muchos" (Shabat
151B).
Es decir, el cuidado del shabat no es solamente una mitzva
entre
la persona particular y su D's, sino que también le exige tomar
en cuenta su
cumplimiento público. Y cuando hay una persona que se encuentra
en peligro de
muerte, lo que justifica su "profanación" - como si así
fuera - no es
correcto verlo como profanación del shabat, sino que
como parte de su
cuidado. Porque no hay algo que cuide más del shabat que
salvar la vida
de un judío, incluso si sólo se trata de conferirle
algunos minutos más de shabat
en su vida (ver Biur Halajá, Mishná Brurá 329).
Y en tercer lugar, por encima de todo, en la elección eterna de Am
Israel: También cuando nos parece que hay momentos de
elevación, y también
de descenso, nos fue prometido que "no desechará el Eterno a Su
pueblo, ni
desamparará a Su herencia" (Tehilim 94:14).