Desde la
creación del mundo hay una lucha entre el bien y el mal que en
él existen. La
oscuridad y la luz se alternan, hasta que la contienda concluya con la
victoria
de la luz sobre las tinieblas.
El grupo humano
que representa la maldad de toda la humanidad, es Amalek. "Que te
salió al
encuentro en el camino" (Dvarim 25:18) - atacó un pueblo de
esclavos
liberados, sin ningún motivo, sin ninguna provocación o
amenaza, por perversidad
en sí y por su oposición básica a la existencia
misma del pueblo que lleva el
estandarte del bien y la moral Divinas en el mundo. "Y acuchilló
a los
rezagados entre los tuyos, todos los débiles que se atrasaban"
(Ídem.) -
sin piedad alguna por los débiles e infortunados. Y si nos
resultaba difícil
entender ese terrible fenómeno llamado "Amalek", la
generación
anterior se encontró con el Amalekismo en la cima de su
perversidad, bajo la
forma del animal Nazi. Y así dijo una vez ese perverso, maldito
sea su nombre:
"Hay dos mutilaciones que perpetró el judaísmo mundial en
la humanidad. En
el cuerpo - a través del Brit Milá (circunsición).
Y en el espíritu -
con la conciencia. Nuestro deber es sanear la humanidad de esos dos
defectos
que engendró el judaísmo".
En base a ello,
debemos comprender las tajantes palabras del Ramba"m (Sefer HaMitzvot,
positivas 199) en cuanto a la mitzva de "recuerda lo que te
hizo
Amalek" (Dvarim 25:17): "Nos ordenó recordar lo que nos hizo
Amalek…
y que lo mencionemos en ocasiones determinadas, y estimulemos a las
personas a
luchar contra él, y
advirtamos al pueblo que lo odie… y
no se
debilite su odio con el correr del tiempo y le sea falto a las
personas".
Nos es exigido tomar una posición de deslegitimación
total de Amalek y todo lo
que él representa. Y es por ello que nos alegramos mucho con la
caída de su
nieto, el malvado Aman, y golpeamos alegremente con gusto y gran
alboroto cada
vez que es recordado su nombre.
Pero la
conducción Divina no nos deja una "vida fácil". No se
puede identificar
a Amalek y a Aman como la expresión del mal absoluto:
También en ellos existen
simientes positivas. Y así escribe el Rav Kuk zt"l en su libro
"Midot
HaReayá" (Ahava 6): "E incluso Amalek es exterminado sólo
'debajo del
cielo' (Dvarim 25:19), pero a través de la sublimación se
eleva a la raíz del
bien que se encuentra por encima del cielo, y todo es incluido en el
elevado
amor…". Y así escribe también en "Orot HaKodesh" (Guimel,
326)
en cuanto a Aman el malvado: "Cuando examinamos la leyenda que dice que
'de los descendientes de Aman estudiaron Torá en
Bney-Brak' (Sanhedrin
96B), penetramos en la profundidad de la bondad, porque no debemos
dejarnos
llevar por el flujo del odio incluso para con el enemigo más
terrible…".
Existen,
entonces, dos planos: En el plano evidente, sobre la faz de la tierra -
Amalek
es la personificación de la maldad absoluta. Pero en el plano
oculto - también
en él se esconden elementos positivos, que finalmente se
revelarán. Pero
tenemos prohibido dejarnos deslumbrar por esos elementos positivos y
proporcionarle
alguna legitimación a los malvados - y por supuesto que no
debemos agasajarlos
de ninguna forma!. Es más: Se debe luchar contra la maldad, y en
el caso
extremo de Amalek, la lucha es "hasta el final". Y con todo ello,
somos concientes de la existencia de un plano oculto, más
profundo, que limita
el odio y lo pone en su lugar: Por ejemplo, se puede aceptar conversos
incluso
de la descendencia de Amalek.
La alegría y la
bebida de Purim nos hacen percibir ese profundo plano, "hasta
que
no sepa diferenciar entre malvado sea Aman y bendito sea Mordejai"
(Meguilá
7B. Shuljan Aruj, Orej Jaim 695:2). Ese punto de vista más
profundo y complejo,
nos hace encontrarnos con los destellos de bien que se esconden en
Aman, hasta
tal punto que es difícil diferenciar entre ellos y la tzidkut
(integridad) evidente de Mordejai.
Y mucho más
cuando no se trata de Amalek, Aman y Hitler - malditos sean sus
recuerdos -
sino que de nuestros propios hermanos y carne de nuestra carne.
También si hay
quienes su forma de pensar y actuar hiere lo que nos es más
preciado, incluso
si comen y disfrutan del banquete de Ajashverosh, incluso si se
arrodillan
frente al ídolo de oro de Nebujadnetzar, también si se
arrodillan y se
prosternan frente a Aman - dentro de ellos se esconde un alma
judía. No
renunciaremos a ellos!. "No te imagines que tú escaparás
en la casa del
rey" (Ester 4:13), D's no lo permita!, nosotros no "callares por
completo en este momento" (Ester 4:14), sino que "alivio y
liberación
surgirá para los judíos" (Ídem.), a través
de la responsabilidad mutua y
la hermandad, que emana de la identificación de los elementos
positivos que se
esconden en el prójimo. Por un lado, debemos luchar un combate
sin cuartel
contra el mal y la perversidad. Y por otro lado, al mismo tiempo
debemos
vincularnos profundamente con los puntos buenos que se encuentran por
debajo de
la superficie, e incluso brotan afuera. Y de esa forma seremos
merecedores de
una alegría plena en Purim, una alegría de "anda,
junta a todos los
judíos" (Ester 4:16), enviando porciones al prójimo, y
obsequios a los
necesitados, y con la alegría de "hasta que no se sepa"