Consultar
a D's
Rav Itiel
Ariel (Beahavá
Ubeemuná No552)
Itro fue
merecedor que se agregue una Parashá a la Torá
que lleva su
nombre. En ella, se habla del sistema judicial, que es como las normas
de
conducta básicas que anteceden a la Torá.
Muchos de los
comentaristas apuntaron a la oculta discusión entre Moshé
e Itro en cuanto a su
consejo - que se encontró con la oposición de
Moshé. Moshé no se termina de
convencer de la necesidad de organizar un marco
judicial amplio, y prefiere continuar juzgando él sólo al pueblo.
Hasta tal punto, que su respuesta a la pregunta "por qué" de
Itro
(Shmot 18:14), nos hace sentir como si se hiciese el inocente, y no
comprendiese a qué se refiere: Itro le pregunta por qué
él es la única persona
a la que el pueblo puede dirigirse en todo lo que respecta a temas
judiciales,
y no toma en cuenta la enorme carga que eso implica?. Y Moshé
responde "porque el pueblo
viene a mí para consultar a D's" (Shmot 18:15).
Acaso Moshé no comprendió la pregunta de Itro y su
argumento "sin duda
alguna desfallecerás así tú como este pueblo que
está contigo" (Shmot
18:18)?.
Si analizamos
con detenimiento las palabras de Itro, podremos resumir su
posición en una
palabra central: "Podrás" (Shmot 18:23). Su
concepción, es que cada persona debe ser conciente de sus limitaciones. Él arguye - y con mucha razón - que
incluso una
persona como Moshé, que es apodado "el hombre de D's"
(Dvarim
33:1), debe ser conciente de sus limitaciones, y hacer
partícipes a otras
personas junto con él en la dirección del pueblo y en las
sentencias
judiciales.
Eso es formulado
en forma más tajante por el autor del libro "Meshej Jojma"
(allí). Él explica que Itro objeta respecto a la posición que Moshé
tomo para
sí mismo como juez
único, justamente en base a un argumento del plano de la halajá. Según la halajá
ningún juez puede juzgar
sólo, salvo si ambas partes del pleito lo aceptan como juez
único. Pero cuando
así es, ellos no tienen la obligación de pararse ante
él en el juicio. Y por
ello objeta Itro "por qué estás sentado
tú sólo, y todo el
pueblo permanece parado frente a ti?, y por qué
no les permites sentarse frente a ti, ya que eres un juez que juzga
sólo?. Y
solamente por el hecho que Moshé poseía una tranquilidad
y conocimiento
semejante a tres jueces, y la Shjina (manifestación de
la presencia
Divina) moraba en él pudo justificar su conducta.
Pero en
contraste, nuestro Rav Moshé - que comprendió
perfectamente el consejo de Itro
- se empecinó en demostrar su descontento en cuanto a la concepción básica de
Itro - y sólo después
de ello accedió acatar su
consejo en el plano
práctico. Ese consejo le
pareció
desde un principio producto de la falta de comprensión plena del valor según
la Torá que
acompaña la labor del juez, que se encarga de "consultar a D's".
Y no es por casualidad que las palabras
"no podrás" le sonaron a sus
oídos demasiado parecidas a "no deseo".
El Rav Kuk
(Orot, pág. 21) agrega follaje a ese episodio. El concepto del
juicio según la Torá
en Am Israel, es totalmente distinto del concepto laico de
él. El que
observa superficialmente a las partes del pleito - cuando cada uno
parecería
ser impulsado puramente por intereses monetarios, y pretende salir del
tribunal
habiendo satisfecho todas sus pretensiones - puede equivocarse y pensar
que el juez
se limita a plantear una fórmula
funcional que permita una
solución satisfactoria del problema. Y sólo esa es su
función. Pero en el
fondo, las partes que se encuentran frente al tribunal para ser
juzgados según
la Torá, en esencia están sedientas de escuchar la voz de D's. Porque la
singularidad de la Torá es precisamente esa: La
capacidad de descender
hasta los detalles más ínfimos de la vida, y dirigirlos a
la luz del resplandor
Divino.
En cuanto a
ello, agrega el Rav Kuk que los sabios de Am Israel
consideraron el
juicio según la Torá en Am Israel algo
tan esencial, que
justifica sacrificar la vida por ello. Y es así que Rabí
Iehudá Ben Baba se
encargó de autorizar como jueces a sus discípulos cuando
los romanos lo habían
prohibido con sus terribles decretos - para desplomar el sistema
judicial en
base a la Torá en Am Israel - y fue capaz de sacrificar su
vida por ello, en forma textual!.
Y si continuamos
esa línea de pensamiento, a los ojos de Moshé el
argumento de Itro carece de esa
disposición a sacrificarse por el estudio de la Torá
en público. Las
ideas más brillantes para mejorar los marcos relacionados con la
Torá de
una u otra forma - que en forma intrínseca se ocupan del
desarrollo de las
distintas habilidades, ya sea del estudiante como del maestro - no
pueden
suplir lo principal, que es la disposición de sacrificarse por
la continuidad
de la vida según la Torá en Am Israel. En
la base de todo
sistema, se encuentra una persona que en nombre de la Torá se encuentra
cara a cara frente a personas que necesitan sus servicios en los
distintos
campos de ella, y es precisamente en ese aspecto que es puesto a
prueba: Hasta qué
punto él es responsable de la Torá que él
representa?. Acaso él es
profundamente conciente de su responsabilidad en el entendimiento de la
Torá,
de la determinación de la halajá y su puesta en
práctica, en la
transmisión del contenido que sus maestros le entregaron?. O
acaso a sus ojos
se trata de un "trabajo", y nada más?. Él debe recordar
que quien se
encuentra frente a él ya se sacrificó cuando
consintió a acatar la
determinación de la halajá - incluso cuando ello
implique que perderá
una gran suma de dinero - y es su obligación tomar una actitud
similar.
Esa enseñanza en
relación a la enorme responsabilidad de todo el que se ocupa de
"consultar
a D's", es la clave para la entrega de la Torá, y por
ello esta Parashá
es el prólogo de ese episodio.