El
pueblo eterno no le teme a un largo
camino
Rav Iaacov
Filver (Beahavá Ubeemuná
No528)
Cada día por la mañana, al
principio de Psukei DeZimrá (sección
del rezo matutino) dice el judío: "Bendito sea el que tiene
misericordia
de la tierra. Bendito sea el que tiene misericordia para todas las
criaturas". En estos días nos fueron muy necesarias esas
bendiciones.
Hasta el desmantelado de Gush Katif (los asentamientos
judíos de la
Franja de Gaza) y el Norte
del Shomrón (Samaria) le rogamos a D's que tenga
misericordia por la
tierra, intentamos hacer todo lo posible para evitar que el decreto
malvado sea
puesto en práctica, pero eso no surtió su efecto
aquí y ahora, "nuestra tierra
ha pasado a extranjeros, nuestras casas a los extraños" (Eija
5:1-2). Y a
esa zona floreciente y habitada - que era un orgullo no sólo en
el plano
material, sino que también era una "reserva natural" de fe
íntegra y
pura, rectitud y moralidad, una sociedad ejemplar - llegó el
leñador y arrazo
con todo. "Bendito sea el que tiene misericordia de la tierra" no se
cumplió en Gush Katif. Y ahora, nos encontramos en el
capítulo de
"bendito sea el que tiene misericordia para todas las criaturas",
misericordia por nuestros hermanos que han sido desterrados, que fueron
expulsados "con sensibilidad y firmeza" de sus casas y fueron
desarraigados de su tierra. Familias y más familias que no
pecaron ni
cometieron delito alguno se convirtieron de un día para el otro
en refugiados,
carentes de vivienda y sustento, que todas las soluciones que les
ofrece el
gobierno no pueden purgar la injusticia al límite del crimen que
las
instituciones nacionales en forma "legal" les hicieron, esa cruel
villanía. Pero no debemos pedirle a D's misericordia solamente
por ellos, sino
que también debemos pedir misericordia por nuestros hermanos que
permanecieron
a un lado y permitieron que ocurra semejante maldad - ya sea callando,
o limitándose
a insultar - también por ese fracaso debemos rogar misericordia.
Y si no
hubiésemos perdido el sentimiento de responsabilidad mutua, no
habríamos
llegado a la perdida de la tierra.
El Sionismo Religioso - que
luchó él solo por Gush Katif y el
Norte del Shomrón - permaneció durante toda la
contienda en un elevado
nivel, y si bien es cierto que se cometieron algunas equivocaciones e
incluso
errores, a pesar de ello podemos enorgullecernos de nuestro maravilloso
público, cuya potencia no tiene similar dentro del
público israelí. Y si bien
es cierto que las fuerzas del mal lograron vencer al tzadik
(justo) con
sus trampas, eso no significa que el tzadik fracasó. Por
lo tanto, no es
cierto - como escuchamos decir, por dentro y por fuera - que debamos
arrepentirnos u otras lamentaciones: Todas esas palabras no
lograrán quebrantar
nuestro espíritu y doblegar nuestra estatura, debemos saber que
marchamos por
el camino de la gueulá (Redención), incluso si a
veces el camino se
oculta, y Eretz Israel es adquirida con sufrimiento, "el pueblo
eterno no le teme a un largo camino".
Este es el momento adecuado
para aclararnos a nosotros mismos nuestro camino
en el plano público, en lo que respecta a todo lo que ocurre en
esta tierra en
los últimos cien años. En un programa radial me
preguntó un jasid
(devoto) de Jabad por qué no menciono al Meshiaj
(Redentor), y sólo
hablo de gueulá?. Le contesté: La diferencia
entre los jasidim de
Jabad y los discípulos del Rav Kuk es que ustedes piensan que el
Meshiaj
traerá la gueulá, y por ello los esfuerzos deben
centrarse en hacer arribar
al Meshiaj para que la gueulá llegue a
través de él. Pero nosotros
pensamos que es la gueulá la que traerá
finalmente al Meshiaj, y
por ello en un principio debemos centrar nuestros esfuerzos en la gueulá
material y espiritual: Debemos esforzarnos por reunir los exiliados,
asentar la
tierra, añadir y engrandecer la Torá. Y
cuanta más plena sea la gueulá, más
cercano estará el Meshiaj.
Por ello, el intento de la
izquierda secular y también la izquierda
religiosa de adjudicarnos un estigma de "mesianismo" es una mentira,
o es producto de la ignorancia. Los discípulos del Rav Kuk - a
pesar de tener
fe íntegra en la llegada del Meshiaj, y esperar su
llegada cada día - se
ocupan todo el tiempo en hacer avanzar la gueulá en
todos los planos de
la vida del Estado de Israel. Uno de ellos - que no es el único
- es el asentamiento
a lo largo y a lo ancho de Eretz Israel. Pero el Sionismo
Religioso no
se encuentra sólo allí: Lo encontramos en los altos
rangos del ejército y las
unidades selectas de Tzaha"l (Ejercito de Defensa de Israel),
en
las enfermerías y hospitales, en la economía, en la
academia, en los poblados
en desarrollo, en las instituciones de caridad y organizaciones de
voluntarios,
y por supuesto que también en los institutos de enseñanza
y los centros de
estudio de la Torá.
La
"kipa sruga" (Kipa tejida) - que hoy se ha convertido en el
"público anaranjado" - se encuentra en todos lados, y eso es lo
que desquicia
a los que pretenden excomulgarnos, y por ello nos culpan de ser
"mesianistas",
para hacernos pasar por alucinados. Debemos negar con desprecio y
desdén todo
intento de doblegar nuestra verdadera estatura, en este momento de
crisis
debemos reunir los fragmentos y con toda la potencia de nuestro
público
continuar marchando adelante con la cabeza alta, para hacer avanzar la gueulá
de Israel. Y a pesar que se demore, continuaremos esperando su llegada.