Ahora,
es de verdad
Rav
Shlomó Aviner (Beahavá Ubeemuná
No533)
Tenemos una buena noticia: Como es sabido,
fuimos destruidos por el odio
gratuito - y seremos reconstruidos con el amor gratuito. Y de momento
que gracias
a la Bondad
Divina
comenzamos a retornar a nuestra tierra y reconstruirnos en ella, esa es
la
mejor prueba que ha sido restituido el amor gratuito. Por supuesto:
Todavía hay
mucho para ser corregido, pero no podemos negar que en gran medida el
amor gratuito
ha regresado. Y la prueba, fue lo que ocurrió en el terrible
episodio de la
destrucción de Gush Katif (los asentamientos
judíos de la
Franja de Gaza) y el Norte
del Shomrón (Samaria): Allí hubo amor gratuito!.
Es cierto que hay quienes
argumentan - con gran pesar - que justamente por
ese amor gratuito fueron destruidos Gush Katif y el Norte del Shomrón
- pero todas las pruebas objetivas demuestran lo contrario: Incluso un
gran
odio no habría evitado la destrucción - y también
algo más habría sido destruido.
Pero el Ietzer
HaRrá (mal instinto) del odio gratuito nunca
descansa, y de momento que no logró incitar el odio gratuito
dentro de toda la
nación, lo intenta dentro de nuestro público,
valiéndose de la conocida "búsqueda
de culpables". Y por supuesto, se viste con una capa de tzadik
(justo): "Debemos saber quién es el culpable de esta terrible
desgracia,
para que no vuelva a ocurrir". Y por ello, aparenta tomar una actitud
de tzadik y nos llama a hacer una
introspección. Solo que nos hace olvidar el
punto álgido: Cada persona debe hacer su propia
introspección, y no la de los demás.
Es por ello que decimos el Vidui
(confesión de los pecados) en primera
persona: "Somos culpables". Y no en segunda persona: "Ustedes
son culpables". O tercera persona: "Ellos son culpables".
El diablo funda entonces
una sucursal en cada
grupo: "La
Comisión
para Buscar Defectos en los Demás". Los que desobedecieron la
orden de
expulsión, dicen: "Ustedes son culpables, porque la acataron".
Los
que realizaron encuentros "cara a cara" dicen: "Ustedes
arruinaron la elevación del espíritu popular, que
sólo él podría haber salvado
la situación". Los creyentes dicen: "Si creerás que todo
irá bien,
realmente así sucederá. Y de momento que ustedes no
tuvieron fe que 'no
ocurrirá', ello sucedió". Los que bloquearon el
tráfico en las autopistas
arguyen: "Si ustedes se hubiesen unido a los bloqueos, habríamos
paralizado todo el país". "No es cierto!" - les contestan los
que santifican la nación - "de momento que ustedes trasgredieron
la ley,
lo arruinaron todo". Y más fracciones y sub-divisiones. Y no
debemos
olvidar los que culpan a Moetzet Iesh"a
(el Concilio de los dirigentes de Iehudá, Shomrón y Aza)
- un saco de arena
fácil y barato.
Ocurrió una vez que
el Mariscal Fosh comandó las
milicias Francesas que lograron su victoria en la Primer Guerra
Mundial. Le preguntó un periodista venenoso: "Qué le
respondes a quienes
sostienen que no fue por ti que fue obtenida la victoria?". Le
contestó: "Hay
algo que es seguro - si hubiésemos fracasado, nadie
dudaría que fue por mí
culpa".
Si la búsqueda del
culpable podría revivir a Gush Katif y el Norte del Shomrón y evitaría desgracias
próximas - yo también me dedicaría febrilmente a
esa tarea. Pero en realidad es justo lo contrario: Si nos
desmenuzaremos,
perderemos. Si nos uniremos, venceremos.
Y ocurrió una vez
que Hannibal - gobernador
de Cartago - invadió a Roma, y aniquiló su
ejército desmenuzándolo en pedazos.
Pero cometió un error crítico, cuando no se
dirigió inmediatamente a la capital
para conquistarla. En la ciudad, reinaba la consternación cuando
los pobladores
se enteraron de la derrota del ejército. Grupos de mujeres
lloraban y se lamentaban:
"Hannibal se encuentra frente a las puertas de la ciudad!". Si el
comandante de los cartagineses habría acometido en ese momento
de crisis, hubiese
conquistado la ciudad con facilidad. Pero él vaciló y se
demoró varios días.
Entre tanto, el Senado Romano se repuso, prohibió las
agrupaciones y lamentos,
y supo cuidar la unión del pueblo. El Senado armó un
nuevo ejército: Encarcelados
fueron liberados para adherirse a las filas, miles de esclavos fueron
liberados
y se enrolaron en el ejército también, e incluso
muchachos de 17 años de edad.
El Cónsul Flibi que comandó las fuerzas armadas de Roma -
y era en gran parte
culpable de la derrota - fue recibido en el Senado con gran respeto y
honra,
por no haberse desalentado en la salvación de la patria. Por
favor, aprende de
ellos!.
Y realmente, para
qué citar un ejemplo tan
lejano?. Tenemos aquí cerca los jasidim (jasidistas) de Jaba"d (corriente jasídica
originaria de
Lubavitch). Entre ellos hay diferencias de opinión: Si el
último Rebe (director espiritual de la corriente) era el
Meshiaj (Mesías) o no, si
él aún vive o no. Es una
discusión relativa a temas básicos - y a pesar de ello se
comportan con amor,
hermandad, paz y amistad. No escucharás ni una mala palabra de
unos contra los
otros: Por el contrario, están unidos, se aman. Por favor,
aprende de ellos!.
Después de la Guerra de Iom
Kipur dijo la Primer Ministro
de aquel
entonces, Golda Meir: "Todos somos culpables". Yo prefiero decir:
"Nadie es culpable". O para ser más exactos: El Primer Ministro
y sus
secuaces son culpables. A ellos les decimos: No olvidaremos ni
perdonaremos.
Por supuesto, si ellos se arrepentirán sinceramente,
pedirán perdón y repararán
toda la terrible destrucción que provocaron, entonces - a pesar
que no tenemos
la obligación de ello - les perdonaremos (ver Ioma 22B, 23A). Y
también debemos
notar que el Primer Ministro contó con el respaldo de parte del
pueblo - gran
parte o pequeña parte - que se encontraba distanciado y muy
indiferente,
lamentablemente.
Pero por supuesto que es
una tontería
pelearnos, en general. Por el contrario, es conocido el midrash de nuestros sabios: "En la
generación
de Ajav rendían culto a otros dioses, pero salían a
combatir y vencían. Por
qué?. Porque no hablaban calumnias unos de otros. Pero en la
generación de
Shaul todos hablaban calumnias, y por ello caían en la batalla"
(Dvarim
Raba 5:10). "Cuan grandioso es el Shalom, que incluso si Am Israel le rinde culto a
otros dioses pero reina entre ellos la paz, es como si D's dijese: No
puedo
castigarlos" (Bereshit Raba 38:6).
Pero rendirle culto a otros
dioses es muy
severo?!. Es que el culto a otros dioses siembra divisiones, odio y
discusiones. Y si a pesar de eso no riñen entre ellos, por lo
visto no le están
rindiendo culto a otros dioses realmente, sólo así
aparenta ser. En contraste,
la fe en D's genera unión y paz, y si hay quienes creen en D's y
discuten entre
ellos y se odian y hablan calumnias, es un índice que no tienen
fe auténtica. Y
ya escribió el Rav Kuk que el culto a otros dioses de la
época del primer Beit HaMikdash (El Templo) se reveló en la
época del
segundo Beit
HaMikdash bajo
la forma del
odio gratuito (Orot, pág. 159).
Siempre estudiamos que se
necesita amor. Pero
era sólo en los libros, en las clases. Ahora, es de verdad.
Ahora es el momento
de la prueba: Si nos amamos entre nosotros y amamos a todo Am Israel, la superaremos.