La
tienda de Sara y el Mishkan
Rav Itiel
Ariel (Beahavá
Ubeemuná No540)
El
vacío que quedó con la muerte
de
Sara nos permite aprender quién fue, quizás más
que lo dicho respecto a ella en
su vida. Rashi (Bereshit 24:67) cita el midrash que bien
describió la
tristeza que reinaba en la tienda vacía de Sara después
de su muerte, hasta que
llegó Rivka. Ese midrash nos hace notar la
atmósfera de kdushá (santidad)
singular que se manifestaba en la tienda de nuestra matriarca Sara y
después en
la tienda de Rivka, justamente a través de las acciones
cotidianas. Esa
tienda se caracterizaba por tres peculiaridades, que dejaron de existir
con la
muerte de Sara y regresaron cuando llegó Rivka: La masa era
bendecida con la
abundancia, las velas que eran encendidas en vísperas de shabat
continuaban encendidas toda la semana, y una nube se encontraba como
atada sobre
la tienda.
El Mahara"l de Praga (Gur Arie,
allí) nos enseña que esas tres singularidades que fueron
mencionadas en el midrash
no son casuales, y la kdushá de la casa es puesta en
evidencia
justamente a través de ellas. Él relaciona esas tres
peculiaridades con
las tres mitzvot especiales de la mujer: Las reglas de
la pureza
de la familia, la toma de la jala de la masa (semejante a los
diezmos de
la producción agrícola), y el encendido de las velas.
Esas mitzvot no se
cumplen en público sino que dentro de la tienda, no es por azar
que se
encuentran bajo la responsabilidad de la mujer, y es a través de
ellas que se
determina el carácter singular kadosh de todo el hogar.
La idea que se
esconde en el midrash, es que la manifestación de la Presencia Divina
en el individuo particular, en la tienda de Sara y Rivka era
consecuencia
directa de su comportamiento como particulares en lo que
respecta a las mitzvot
especiales de ellas como mujeres. La mitzva de la jala
que era
cumplida plenamente con pureza por Sara, era puesta en evidencia por la
abundancia de la masa. El encendido de las velas en vísperas de shabat,
continuaba su bendición hasta el shabat próximo.
Y la nube sobre la
tienda atestiguaba su escrupuloso cuidado en cuanto a las reglas de la
pureza
de la familia.
Y en efecto, esas mitzvot se
destacan como mitzvot de la persona particular, que se
caracterizan por su cumplimiento como individuo particular, en
los
campos que se encuentran bajo la responsabilidad de la mujer.
También en el
plano de la halajá encontramos una idea semejante, en lo
que respecta a
la fidelidad de la mujer. Ella es considerada fiel de por si, sin
necesidad de
ningún testigo, en todo lo que está relacionado con
ella misma, de
momento que la Torá
puso en sus manos la responsabilidad de contar los siete días
limpios y
purificarse, según las reglas de la pureza de la familia. En
forma similar,
también las halajot relativas a la kashrut se
basan en ese
principio, según el cual toda persona es fiel en lo que respecta
a lo que se
encuentra bajo su poder y en su casa, porque "de lo contrario nadie
comería en la casa del otro". Y también la mitzva
del encendido de
las velas en vísperas de shabat fue instituida por
nuestros sabios para preservar
la paz del hogar, estando relacionado con la vida íntima
en la tienda y
las delicadas relaciones entre marido y mujer.
Por otro lado, el autor del libro
"Shem MiShmuel" recalca el paralelismo que existe entre la
manifestación de la
Presencia Divina
en el individuo particular, en la tienda de las matriarcas, y la manifestación
de la Presencia Divina
en el público general, en el Mishkan
(Tabernáculo). También en el Mishkan
encontramos tres expresiones semejantes de la manifestación
de la Presencia Divina,
que son muy afines a las tres peculiaridades de la tienda de las
matriarcas.
También en el Mishkan había una bendición
singular de la masa del Lejem
HaPanim (12 panes especiales que eran colocados dentro del Mishkan
durante toda la semana), que permanecían frescos en forma
milagrosa toda la
semana. También en el Mishkan había una vela que
continuaba encendida
hasta la tarde siguiente, y también había una nube sobre
él. Ese paralelo nos enseña
que los patriarcas y matriarcas fueron meritorios de una
manifestación de la
Presencia Divina
general en su tienda - cuando el hincapié central en ella era
justamente la plenitud
de la vida del público y de la totalidad del pueblo, y no
solamente la edificación
del hogar particular y familiar.
Ese tema - la relación entre la
labor espiritual y plenitud del individuo particular con la labor
espiritual
del público general - es muy profundo, muchos hablaron al
respecto y no es este
el lugar adecuado para tratarlo. Sólo nos enfocaremos en un
plano determinado,
que vincula los aspectos más íntimos de la vida del
particular con los aspectos
más genéricos de Am Israel a lo largo de sus
generaciones, que tiene un
significado especial justamente en esas tres peculiaridades. Y no por
asar la Mishná
(Shabat 31B)
vincula las tres mitzvot especiales de la mujer con su singular
papel,
dar a luz: "Por tres pecados mueren las mujeres cuando dan a luz; por
que
no cumplen escrupulosamente con las reglas de Nida (Pureza de la Familia), de la jala
y el encendido de las velas".
El nacimiento es una experiencia del individuo
particular muy significativa para la vida familiar, pero al mismo
tiempo
tiene un profundo significado para la edificación de las
generaciones
futuras. La paz del hogar, que está relacionado con los
planos más
íntimos de la vida familiar, la pureza de la familia que es
tangente con
temas del recato más delicado, y el alumbrado de las
velas de shabat
que simboliza las aspiraciones espirituales más elevadas
de la familia,
todos ellos se encuentran vinculados a dos polos opuestos. Uno de ellos
es el Kodesh
HaKodashim (Sacrosanctorum) particular, que en forma
maravillosa se
amalgama con el Kodesh HaKodashim genérico, de todas las
generaciones,
el otro polo. Esa es la potencia de la tienda de los patriarcas, cuya
individualidad particular y su influencia para todas las generaciones
están
unidas la una con la otra, hasta tal punto que no se puede separar
entre ellas.