"Y
le pareceré como un burlador"
Rav
Iaacov Filver
(Beahavá Ubeemuná No
541)
La
mentira es una mala virtud, que
no sólo fue prohibida por la Torá
sino que también nos fue ordenado apartarnos de ella, como
dice el
versículo: "Te alejarás de la mentira" (Shmot 23:7). Y el
rey David
dijo: "Aborrezco y abomino la mentira, pero amo Tu Torá"
(Tehilim 119:163). Y su hijo Shlomó escribió en su libro "Mishlei"
(Proverbios): "Abominación del Eterno son los labios mentirosos"
(Mishlei 12:22). Y por la severidad de la mentira, dijeron nuestros
sabios:
"Cuatro grupos de personas no son meritorias de la cercanía
Divina… [y una
de ellas] son los mentirosos" (Sanhedrin 150A). Y lo aprenden del
versículo que dice "el que habla mentiras, no se
encontrará frente a Mis
ojos" (Tehilim 101:7).
Y con todo eso, dijeron nuestros
sabios: "Cuán grandioso es el shalom, que por
conservarlo D's
alteró [las palabras de Sara] diciendo 'será cierto que
yo he de parir, ahora
que he envejecido?' (Bereshit 18:13). Cuán grandioso es el shalom,
que
por conservarlo el ángel cuando habló con Manoaj
omitió lo que le dijo a su
mujer; 'he aquí que eres estéril, y nunca has tenido
hijo' (Shoftim 13:3)"
(Bamidvar Raba, Parashá 11). De momento que en determinadas
condiciones está permitido
mentir para preservar el shalom, eso le confiere cierta
legitimidad a la
mentira. El midrash cita dos ejemplos: El primero - en el caso
de Sara -
cuando fue dicho algo que no era cierto. Y el segundo - en el caso de
Manoaj -
cuando no se mintió, solamente no se le dijo toda la verdad.
El Magid (orador) de Dubna
explica que también cuando está permitido alterar la
verdad para conservar el shalom,
eso no quiere decir que se puede mentir descaradamente: Sólo
esta permitido
expresarse de forma tal que sus palabras puedan ser interpretadas en
distintos
sentidos, incluso si su interlocutor puede equivocarse y entender algo
que él
no está diciendo. Él cita dos ejemplos. Uno de ellos es
cuando nuestro
patriarca Avraham le dijo a los Jititas: "Extranjero y morador, soy
entre
vosotros" (Bereshit 23:4). Avraham quería decir que él es
el morador y
ellos son los extranjeros en su tierra, mientras que ellos entendieron
justo lo
contrario - que ellos son los moradores y Avraham es un extranjero en
la
tierra. El segundo ejemplo es cuando Shmuel le dijo a Shaul: "Ha
rasgado
el Eterno de ti el reino de Israel el día de hoy, y lo ha dado a
tu prójimo que
es mejor" (Shmuel Alef 15:28). Shaul entendió que quiere decir
mejor a sus
ojos, e interpreto que él elegirá el mejor para seguirlo
en el trono, y pensó
en su hijo Ionatán. Mientras que Shmuel pretendía decir
que el reinado le fue
entregado a alguien mejor que Shaul, que era David.
De esa forma comenta Rashi la
conducta de Iaacov en nuestra Parashá, cuando se dispone
a recibir las
bendiciones de Itzjak. Iaacov se expresa de forma tal que sus palabras
pueden
ser interpretadas en varios sentidos, cuando Itzjak le pregunta
quién es él.
Contesta Iaacov: "Yo, Esav tu primogénito" (Bereshit 27:19), lo
que a
primera vista quiere decir que él es su primogénito Esav,
como lo entendió
Itzjak - pero es una mentira. Mientras que Iaacov pretendía
decir: "Yo te
traigo el alimento, y Esav es tu primogénito" (Rashi,
allí). De forma que
Iaacov no mintió descaradamente, e Itzjak se confundió
con sus palabras.
Pero incluso si dijésemos que Iaacov
mintió, también así se comportó como se
debe. Porque la regla "está
permitido alterar la verdad para conservar el shalom" nos
enseña
que hay valores o situaciones en la vida, que se encuentran por encima
de la
obligación de decir la verdad. Los cultivadores de las virtudes
utilizaban un
ejemplo: Una persona que escapaba de asesinos que pretendían
matarlo, y se
refugió en la casa de un jasid (devoto), que nunca
mintió en toda su
vida. Y cuando los asesinos le preguntaron si fulano se esconde en su
casa, no
pudo mentir y les dijo la verdad. Y de esa forma causó la muerte
de ese
inocente.
Esa regla - que no en toda situación
se debe decir la verdad - es cierta también cuando se trata de
crímenes menos
severos que el asesinato. Como por ejemplo, cuando quieren desterrar a
una
persona de su hacienda y destruir su casa, e impiden con barreras que
buenas
personas lleguen a auxiliarlo: En situación semejante, por lo
visto se puede
utilizar la mentira para evitar el delito.
Frente a ese dilema se encontraba
nuestra matriarca Rivka, cuando Itzjak está a punto de bendecir
por error a
Esav en vez de Iaacov, lo que repercutirá para mal en el futuro
de toda la
humanidad. Y llegó a la conclusión que en esa
situación "se altera la
verdad para preservar el shalom", y por ello le ordenó a
su hijo
Iaacov que obtenga la bendición valiéndose de
artimañas. De forma que incluso
si sus acciones fuesen consideradas una mentira, no se trata de un
pecado,
porque está permitido mentir para evitar grandes injusticias.