Parashat Vaigash 5 de
Tevet 5775 No
999
Rav Eran
Tamir
¿Cómo es eso?
El autor del libro Or HaJaim (Bereshit 45:4)
explica que sólo después que los hermanos vieron “que yo
soy vuestro hermano
Iosef, que se comporta como ellos con hermandad, como si eso (la venta)
no
hubiese ocurrido. Y aún más, les dijo ‘su hermano, al que
ustedes vendieron’
como diciendo que incluso en el episodio de mi venta no
disminuyó mi
sentimiento de hermandad”, sólo después que ellos
identificaron el profundo y
auténtico sentimiento de hermandad de Iosef para con ellos
lograron superar todas
las huellas del pasado, lograron superar su miedo y vergüenza
frente a Iosef y
hablarle.
De ello debemos aprender un gran principio: Incluso
en las luchas grandes e importantes en temas básicos y
críticos dentro de la
familia – la familia de Iaacov, y la sociedad israelí de hoy en
día - luchas
que emanan de duras diferencias de opinión ideológicas,
discusiones en cuanto a
concepciones que conducen también a diferencias de
opinión en la práctica, hay
que cuidar mucho el sentimiento de hermandad de la familia de Israel.
Un
sentimiento que no depende de alguna concepción o acción
determinada, un
sentimiento que no depende de la lucha interna, sea cual sea, ya que
antes que
nada y después de todo somos una sola familia – Am Israel (el
Pueblo de
Israel), y ese sentimiento de familia es más fuerte que todo.
Entonces, diferencias
de opinión - ¡Sí! Discusiones prácticas -
¡Sí! Distanciamiento de corazones, de
sentimientos - ¡No, de ninguna forma!
Por supuesto, justamente porque somos una misma
familia y el sentimiento de hermandad vive dentro de nosotros es grande
el
dolor en cuanto a la falta de consentimiento dentro nuestro, y por ello
la
lucha es muy dolorosa, porque nos es mucho más difícil
las diferencias de
opinión tratándose de personas cercanas en contraste con
personas lejanas. Pero
por otro lado a pesar del duro sentimiento de amargura, el sentimiento
de
hermandad es más fuerte. Y como dice el Rav Kuk (Maamarei
HaReaya, Pág. 452):
“El sentimiento de hermandad que sentimos también para con
nuestros hermanos
que tanto se han alejado por distintas y terribles causas de nuestra
casa de
vida, de la base del kodesh (lo santo), de la vida
de
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Director de Majón Meir
Preguntas y
respuestas sobre Har HaBait
Rav
Shlomo Aviner
Pregunta: Aparte de la
prohibición según la halajá de
Respuesta: No es
adecuado a nuestro nivel. Tenemos muchas mitzvot que
son totalmente obligatorias y no las cumplimos.
Pregunta: ¿Pero
los árabes entran?
Respuesta: El Gaón
(genio del estudio de
Pregunta: ¿No
estamos interesados en entrar al Har HaBait para
conquistarlo?
Respuesta: La
conquista será a través del temor a D’s. Por el contario,
entrar lo
convertirá en algo burdo, y menoscabará nuestro temor a
D’s. Incluso en el Kotel
(Muro de los Lamentos) se necesita un gran temor a D’s y reverencia.
Nuestro
Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk llegaba [al Kotel] en
oportunidades
especiales, y temblaba allí de temor a D’s, e incluso continuaba
temblando
otras dos horas en su casa, después de haber regresado.
Pregunta: ¿Y
si alguna persona está colmada de temor a D’s?
Respuesta: No
estamos hablando de algún tzadik en particular, sino que
todo Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de
Israel) debe estar
colmada de temor a D’s.
Pregunta: ¿Por
qué esa condición puede obstaculizar a alguna persona
particular?
Respuesta: No hay
obligación de rezar en el Har HaBait. Y si alguien
piensa que se trata de algo para piadosos, no cualquiera puede
comportarse como
un piadoso (véase Mesilat Iesharim, Cap. 20).
Pregunta: ¿Acaso
si personas particulares elegidas entran al Har HaBait
eso no acercará a Am Israel (el Pueblo de Israel) a su
Padre en el
cielo?
Respuesta: Por el
contario, hay que elevar al pueblo en su temor a D’s y su
reverencia al Mikdash (El Templo). Nuestro Rav, el Rav Tzvi
Iehudá Kuk
nos enseñó que no llegaremos a ello salteando niveles,
sino que en un proceso
lento de arrepentimiento. El nivel del Beit HaMikdash (El
Templo) y del Har
HaBait está lejos de nosotros.
Pregunta: ¿Qué
dijo el Rav Tzvi Iehudá respeto a las zonas en el monte que no
están incluidas en el Har HaBait según nuestras
mediciones y cálculos?
Respuesta: Él
despreció todas las mediciones y todos los cálculos, y
dijo que
es como escupir en el Har HaBait (Sijot Rabeinu 8, Talmud
Torá 1,
agregados inciso 3).
Pregunta: ¿Acaso
no debemos entrar para declamar de esa forma frente a todo el
mundo que ese lugar es nuestro?
Respuesta: Nosotros
le hacemos saber a todo el mundo que es nuestro cuando nos
comportamos con santa reverencia a ese lugar. Y eso es lo que nos
acercará a
él. A ese lugar se acerca justamente guardando distancia.
Pregunta: ¿Si
así hubiésemos hecho respecto a Eretz Israel (
Respuesta: Es
cierto. Har HaBait y el resto de Eretz Israel son
distintos. A veces hay diferencias en
Pregunta: ¿Pero
hay Rabanim (Rabinos) que arguyen que se puede subir
allí, y suben?
Respuesta: Con
todo el respeto que se merecen, la halajá no es como
ellos la determinan sino que como la determinó el Rav Kuk – que
ni siquiera se
atrevía a introducir los dedos entre las piedras del Kotel
– y nuestro
Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk, y como
Pregunta: ¿Entonces,
tratándose del Har HaBait dejamos de ser
sionistas?
Respuesta: Así
determinó el Rav Kuk, y nosotros no somos más sionistas
que él.
Cuando el Barón Rothschild entró al Har HaBait
dentro de una litera que
fue cargada por gentiles – porque pensó que eso está
permitido – el Rav Kuk
reaccionó con firmeza, a pesar de todos los méritos del
Barón en Eretz
Israel, y escribió: “Una lesión [en ese lugar] es
más cara que todos los
millones de asentamientos prácticos” (Iguerot HaReaya Bet 285).
Respuesta: ¿En
ese caso se trataba del lugar donde fue construido el Beit
HaMikdash, pero hay que diferenciar entre él y el resto del Har
HaBait?
Respuesta: Hay un
cartel del Rav Kuk para el público, donde él advierte no
entrar al Har HaBait. Y como hemos dicho, él ni siquiera
introducía sus
dedos en las piedras del Kotel.
No son los individuos
particulares que tienen que preguntarle a su Rav, sino que toda la
nación debe
elevarse en el temor a D’s, y deberá preguntarle a un Rav del Clal
Israel.
El Mikdash y el Har
HaBait y también el Kotel no son un asunto para
sectores o
particulares, sino que un asunto de todo Israel, como una sola persona
con un
solo corazón. Cuanto más nos acercamos al kodesh
(lo santo), la nación
tiene que estar más unida con el amor gratuito.