Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaiera     15 de Jeshvan 5775     No 992


Rav Eran Tamir

Hombre salvaje
Rav Eran Tamir

En las Parashot Lej-Leja y Vaiera nos topamos con Ishmael - ese Ishmael con el que nos encontramos a lo largo de la historia.
¿Quién es ese Ishmael? ¿Cuál es su esencia, y cómo debemos hacerle frente?
Eso lo podemos aprender de lo que dijo el ángel a Agar antes de su nacimiento (Bereshit 16:12): “Él será un hombre salvaje, su mano estará en todo y la mano de todos estará en contra de él, y frente a todos sus hermanos habitará”. Y de la descripción de la Torá de Ishmael después que creció (Bereshit 21:20-21): “Y se asentó en el desierto, y se convirtió en arquero, se asentó en el desierto de Parán y su madre le tomó esposa de la tierra de Egipto”.
Debemos preguntar, ¿qué nos quiere enseñar la Torá cuando utiliza la definición “hombre salvaje”? A  primera vista se trata de dos conceptos opuestos, porque si Ishmael es un salvaje entonces no es un hombre, y si es un hombre no es un salvaje.
Explica el Malbi”m (en esos dos lugares) que Ishmael conjugará dentro de él dos aspectos, “por un lado será un salvaje, como un animal del desierto, y por otro lado será una persona social. Por un lado su mano estará en todo y todas las manos sobre él, como un salvaje que se pelea con todos, y por otro lado será una persona porque se asentará frente a sus hermanos, y de esa forma será también una persona social con sus hermanos y sus vecinos”.
Como realmente se reveló luego cuando creció, por un lado “y se asentó en el desierto, se cumplió en él lo que fue dicho que será un salvaje, que vive en el desierto, y será un arquero, cumpliéndose que su mano estará sobre todo…”. “Y por otro lado, se asentó en el desierto de Paran y se cumplió en él lo que fue dicho que frente a todos sus hermanos habitará”, hasta tal punto que incluso se casó, formó una familia y se mezcló con sus hermanos – los pueblos que lo rodeaban.
De ello aprendemos un gran principio – quién es Ishmael, y cómo debemos hacerle frente. Ishmael comprende en él dos aspectos. Por un lado parece por fuera como una persona común, social, que es capaz de desarrollar lazos de vecino normales con el entorno, porque es un “hombre”. Pero por otro lado, en un enfoque más profundo, realmente es “salvaje” – salvaje, cruel, sin límites, se pelea con todos como un animal del desierto, sin reglas sociales acostumbradas. Y quizás por ello dice la Torápere adam” [salvaje hombre, según la traducción literal. N. del T.], antecediendo el sustantivo de salvaje – porque él es salvaje antes de ser hombre…
Pero debemos recordar que en el Pacto de las Partes D’s le prometió a Avram (Bereshit 15:15): “Serás enterrado en buena vejez”, y Rashi comentó que “le hizo saber que Ishmael se arrepentirá finalmente”. Y lo explicó más el autor del libro “Meshej Jojma”: “Los hijos de Ishmael, al fin de los días, se acercarán a la verdad y tendrán fe en un solo D’s”. Es decir, si sabremos hacerles frente en forma correcta al salvajismo de Ishmael - el salvajismo moral y social, que se expresa también en el aspecto político en cuanto a Am Israel (el Pueblo de Israel) - si sabremos ponerle límites claros, no nos rendiremos frente a sus malas virtudes, las evidentes y las ocultas de él, no caeremos en su trampa de “hombre”, como se revela en la política y la diplomacia que se viste de traje y corbata y habla un inglés impecable, si sabremos cuidarnos y reaccionar frente a su conducta doble en forma correcta, entonces no sólo sabremos cómo hacerle frente al salvajismo de él, sino que también lo ayudaremos a descubrir su aspecto de “hombre”, e incluso el aspecto Divino de él. Como ocurrirá en el futuro, con la ayuda de D’s, al fin de los días.

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Rav Shlomó Aviner

Pinocho como libro de Musar
Rav Shlomó Aviner

El cuento “Pinocho” – conocido cuento de niños, por encima del tiempo y de las culturas – es a fin de cuentas un libro de Musar (cultivo de las virtudes), que nos enseña la forma correcta de conducirse. Como es sabido, si te dicen que hay Torá en los gentiles, no lo creas. Sabiduría en los gentiles, créelo. Y de esa sabiduría tomaremos para nuestros hijos para rendirle culto a D’s. En ese cuento de niños no sólo hay humor y sátira, sino que también cosas muy serias.
Ese niño es en definitiva un muñeco de madera, sin espíritu, pero por milagro fue imbuido por un alma. Y a partir de ese momento hay en él grandes luchas, sin descanso, entre el Ietzer HaTov (el buen instinto) y el Ietzer HaRra (mal instinto) – es decir, él todavía ha quedado un poco niño, un poco muñeco de madera.
Pero el niño no se encuentra solo: Hay una especie de grillo – su buena conciencia – que lo advierte en cada momento que si continuará por el camino del mal y de las vanidades, terminará en la cárcel o en el hospital. A veces el niño lo escucha, a veces se tapa sus oídos. Pero siempre el grillo vuelve y hace despertar en él intenciones de arrepentimiento: Si serás un buen niño, obediente y estudiarás en la escuela, serás lo más valioso en el mundo. Y si no, eres sólo un palo de madera. Y también su nariz crece cuando miente, le hace recordar que el pecado no es algo ajeno al hombre, no es solamente algo contrario a los acuerdos humanos, sino que es algo que daña la esencia del hombre, y afea su rectitud.
Y en general, el carpintero que fabricó a Pinocho, a pesar de todas sus travesuras, siempre lo ama, le perdona y tiene una paciencia interminable para con él.
Entonces el niño duda entre las pasiones y el ser serio, entre ser desagradecido o agradecido, también se promete a sí mismo y a los demás que se comportará bien, pero nuevamente es vencido por su fuerte tendencia a las pasiones de este mundo. Ese niño no es malo. Él realmente quiere ser bueno. Pero es inocente y le cree a su Ietzer HaRra, se deja vencer por las tentaciones vanas. Él cree que hay un campo maravilloso que hace crecer dinero sin esfuerzo – que es el campo del engaño y los estafadores, y sobre todo en el país de los placeres en el que no hay escuela, y reciben golosinas y juguetes y dinero gratis, sin esfuerzo – pero en realidad lo transforman en un burro, y de esa forma el Ietzer HaRra le roba su corazón y su personalidad.
Este mundo está colmado de tentaciones por todos lados, y también está colmado de buenas cosas mezcladas con las malas. La persona debe confiar en sí mismo, en que él es capaz de ser bueno, de ser sensible, de luchar contra el Ietzer HaRra, y debe saber que cuando su Ietzer HaRra lo ataca, él puede vencerlo. Debe tener fe que en su interior él es bueno, su voluntad es buena - y entonces finalmente vencerá…