Parashat Ree 27 de Av
5774 No
982
Rav
Azriel Ariel (reimpresión)
La mitzva de construir el Beit
HaMikdash (El Templo) en Ierushalaim no fue escrita en forma
explícita en
El momento en el que hay que cumplir esa mitzva
es más claro: “Mas cuando paséis el Iarden, y
habitéis en la tierra que el
Eterno, vuestro D’s, os hace heredar, y cuando Él os haya dado
reposo de todos
vuestros enemigos alrededor, de modo que habitéis seguros”
(Dvarim 12:10). El
versículo enumera cuatro condiciones: Entrada en la tierra,
habitación en ella
– cada uno en su lugar – reposo de las luchas contra los enemigos, y
seguridad.
Nos parece extraño: ¡¿Acaso no tenemos la
obligación de construir el Beit HaMikdash
en la primera oportunidad que tengamos?!
Por lo visto, esa fue la pregunta que se
hizo el rey David. Sólo terminó sus luchas contra los
plishtitas, se construyó
una casa de cedros - y enseguida
pretendió construir el Beit HaMikdash. Tal le
parecía que D’s le da
reposo de las luchas contra los enemigos alrededor. Pero su
alegría fue corta:
Por la mañana del día siguiente, llegó el profeta
Natan y le hizo saber que no
es él el que lo construirá. Es más, le dijo que no
fue elegido como rey para eso:
“Yo te tomé del redil, de andar en pos del rebaño, para
que seas caudillo de Mi
pueblo Israel… y señalaré un lugar para Mi pueblo Israel,
y lo plantaré, y él
habitará en su propio lugar, y no será inquietado
más, ni volverán más de los
malhechores a oprimirle, como fue al principio… y ahora te he dado
descanso de
todos tus enemigos. Además, te hace saber el Eterno que
Él te hará a ti una
dinastía…” (Shmuel Bet 7:8-11).
El rey David tenía un papel:
Proporcionarle a Am Israel (el Pueblo de Israel) un refugio
seguro de
los enemigos. ¡Pero después de haber cumplido su cometido,
David no construirá
Pero hay otra condición: No alcanza con
que tengan reposo de las luchas con los enemigos alrededor. No alcanza
con un
cese de fuego provisorio. Antes de la edificación del Beit
HaMikdash, Am
Israel tiene que vivir con seguridad, sin estar amenazado - ni
siquiera una
amenaza lejana. Esa condición no se cumplió en la
época de David, él tuvo que
librar muchas otras guerras. Tuvo que luchar contra Amon y Moav, Aram y
Edom.
Una época de luchas no es adecuada para la construcción
del Beit HaMikdash:
Se necesita una época de paz. Y así le dice David a su
hijo Shlomó, antes de
morir: “El Eterno se me reveló, y me dijo, tú has
derramado mucha sangre, y has
hecho grandes guerras, tú no edificarás una casa para Mi
nombre, porque has
derramado mucha sangre en tierra delante de Mí. Mas he
aquí que ha de nacerte
un hijo, el cual será hombre de reposo, pues Yo le
concederé descanso de todos
sus enemigos en derredor, porque Shlomó será su nombre, y
paz y sosiego
daré a Israel para siempre. Él edificará una casa
para Mi nombre…” (Divrei
HaIamim Alef 22:8-10). No escuchamos ninguna entonación de
reprimenda moral en
las palabras de D’s – ni tampoco en los comentarios de nuestros sabios
– sólo
que debemos entender que mientras no han terminado las guerras, y Am
Israel
no fue merecedor de asentarse con tranquilidad y sosiego cada uno bajo
su
viñedo y su higuera, todavía no ha llegado el momento de
la construcción del Beit
HaMikdash. Y por lo visto, ese sosiego es también el indicio
que la
situación espiritual del pueblo ha llegado a tal punto que es
adecuado
construirlo, también desde el punto de vista espiritual.
Y hasta que lleguemos a la tranquilidad y
el sosiego, el descanso de las luchas contra los enemigos cercanos y a
la
seguridad frente a las amenazas lejanas, no tenemos más que
andar por el camino
de David, que se esforzó por dejar prontos los programas y los
medios para la
construcción – y de esa forma preparar los corazones para ese
gran día, como le
dijo a su hijo Shlomó: “Ahora, pues, hijo mío, sea el
Eterno contigo, para que
prosperes y edifiques
Donación
de emergencia
Majón Meir se encuentra en una muy difícil
situación financiera que le
dificulta continuar con su actividad y pone en peligro de cierre su
actividad
en Arutz Meir.
Queridos amigos de Majón Meir, los necesitamos hoy más
que siempre para
continuar con nuestra bendita actividad y nuestro estudio y
enseñanza de
Por favor, apóyenos con su donación y serán
bendecidos del cielo.
Director de Majón Meir
Visita
enfermos
Rav
Shlomó Aviner
“Tras el Eterno, vuestro
D’s, andaréis” (Dvarim 13:5). ¿Acaso una persona puede
marchar tras
Ve a visitar a todos, ve
todo el tiempo, ve a visitar enfermos mayores y también
pequeños (Nedarim 39B),
y sobre todo pobres y solitarios. Ocurrió una vez que un alumno
estaba enfermo y
no podía moverse de su cama, y nadie llegó a visitarlo.
Llegó Rabí Akiva, y
limpió su cuarto. Le dijo el discípulo: “Mi Rav, me has
revivido” (Nedarim
40A).
Cuando tú lo visitas, le
entregas vida. Tú tomas un sesentavo de su enfermedad (Nedarim
39B), porque lo
alivias (Ramba”m, Hiljot Abel, cap. 13) - si eres una persona que
él quiere, y
tu visita le es agradable (Meiri, Nedarim 39B). Anímalo
(Ramba”n, Torat HaAdam,
portón 50), alégralo de alguna forma. Por favor, no le
digas tonterías que lo
depriman más aún: “También fulano y mengano
están enfermos, y hay personas más
enfermas que tú”. Eso no consuela a nadie, son consuelos vanos.
Visítalo, y fíjate si le
falta algo, siéntate a su lado y cuídalo (Brajot 54B).
Organiza turnos de
guardia, porque no siempre la familia puede estar a su lado en todo
momento. Y mucho
más si no tiene familia que lo cuide. Para ello fundaron la
organización “Bikur
Jolim” en la ciudad Zaragoza hace 400 años, para que cuiden
del enfermo y
duerman con él (véase Aruj HaShuljan 335:3. Ahavat Jesed
3:3). Para ello habían
recaudadores de visitas de enfermos en muchas comunidades, y sobre todo
en
Berlín (Jojmat Adam 151:11). Gracias a D’s, eran ordenados
también cuando
hacían bondades.
Ve, ve, también si el
enfermo no lo pide. ¡Lo necesita! (véase Netiv Gmilut
Jasadim, Mahara”l de
Praga, cap. 2).
“Estas son las cosas que
no tienen medida” – no tienen medida mínima ni máxima
(Talmud Ierushalmi). No
tiene mínimo, porque cada minuto de visita de enfermos es muy
preciado, si
alcanza con ello o no puede visitar por más tiempo.
También escribirle una
carta, o llamarlo por teléfono, si alcanza con ello o no puede
más que ello
(Shu”t Minjat Shlomó 2:3, inciso 9) – y en general, todo depende
de lo que le es
más cómodo al enfermo. Y no hay límite
máximo, siéntate con él también muchas
horas, si lo necesita. También a expensas del rezo en
público, también a
expensas del rezo en general, porque el que está
ocupado en el cumplimiento de alguna mitzva,
está exento del cumplimiento de las otras mitzvot – y no
necesitas
completarlo más tarde.
Por supuesto, no
molestes y no te quedes demasiado. Se necesita sensibilidad, mi amigo.
Así
cuentan en el libro “Mibjar Pninim” que fue escrito por uno de los Rishonim,
en el portón de Visita de Enfermos: “Una persona visitó
un enfermo, y se quedó
demasiado. Le dijo el enfermo: Si hay algo que yo te debo,
tómalo y márchate”.
Y si no tienes tiempo en
la semana, visítalos en Shabat - si no hay otra
opción, porque a duras
penas nuestros sabios permitieron visitar enfermos en Shabat
(Shuljan
Aruj, Orej Jaim 306:6, 287:1). Pero por supuesto, no es la
intención que el
enfermo se quede solo en Shabat, D’s no lo permita.
Ve a visitar, y si es
adecuado, toma también tus hijos contigo. También eso les
debe ser enseñado. Ya
ves que el tzadik (justo) Iosef tomó con él sus
dos hijos cuando fue a
visitar a su padre Iaacov que estaba enfermo.
Lo principal, entrar con
alegría (Tzavaat Rabí Eliezer HaGadol), y distraerlo de
su enfermedad (Hanagat
HaBriut del Ramba”m). Y por favor, no le des consejos sin provecho
alguno
(Guesher HaJaim 1:3). Y por supuesto, reza por él.
Es una mitzva maravillosa, que la
persona disfruta de su mérito en este mundo y en
el venidero. En este mundo, en forma práctica. Y en el mundo
venidero, en el
plano espiritual.
Ve a visitar. Por favor, ve. Es como la mitzva de devolverle a
alguien algo que perdió – por supuesto que se le debe devolver
su salud y la
alegría a su vida. Él está triste, deprimido, se
siente alejado de la vida y su
relevancia, se siente despreciado, sin valor, siente que no lo
comprenden, a lo
sumo tienen compasión de él. Se hacen partícipes
de su dolor demasiado, se
hacen muy poco partícipes de su comprensión. “El Eterno
lo apoyará en el lecho
de su enfermedad” (Tehilim 41:4. Nedarim 40A). Quítale la
tristeza, alégralo,
ayúdalo a alegrarse también en lo profundo de su dolor.
Ve, ve a visitar. También si tiene una enfermedad contagiosa, ve
a
visitarlo - si el médico lo autoriza, por supuesto. No te
preocupes, los
emisarios del cumplimiento de una mitzva no son dañados
(Psajim 8B). El
que cuida la mitzva, no sabrá de dolor.
¡Ve a visitar! ¡Escúchalo!
¡Fortalécelo! ¡Ayúdalo!
Sí, mi amigo, hay que ser persona. También judío,
y también persona.
Por ello parte de nuestros Rabanim (Rabinos) explicaron que la
razón que
no se bendice por el cumplimiento de esa mitzva es porque no es
una mitzva
única de Am Israel (el Pueblo de Israel). No se puede
decir “que nos
santificó con Sus mitzvot”, porque también los
gentiles santificó D’s con
esa mitzva (Shu”t Binyamin Zeev 1:169). Es una mitzva
lógica,
recta, racional (Kad HaKemaj, Tzizit).
También entre los gentiles hay organizaciones de visita de
enfermos, en
las casas y en los hospitales, que visitan millones de enfermos por
año, y
sobre todo los que sus familiares no pueden visitarlos – si el enfermo
lo
acepta, por supuesto.
¡Ve, ve a visitar enfermos! ¡Ve!