Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

Parashat Shmini     26 de Nisan 5773     N^o 912

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Entusiasmo productivo y entusiasmo destructivo
Rav Zeev Karov (reimpresión)

“Y aconteció en el día octavo” (Vaikra 9:1), en los festejos de la construcción del Mishkan (Tabernáculo). Ese día, “fue tan jubiloso como el día en que fueron creados el cielo y la tierra”, y Am Israel (el Pueblo de Israel) se elevó a un encumbrado nivel, en el que “apareció la gloria del Eterno frente a todo el pueblo” (Vaikra 9:23).
En ese sublime momento, llegaron Nadav y Avihu y ofrecieron su sacrificio frente a D’s. Por un lado, su actitud es una expresión de bajeza, ya que “ofrecieron ante la presencia del Eterno un fuego extraño, que a ellos no les había ordenado el Eterno” (Vaikra 10:1), lo que es muy severo. También la reacción fue muy dura; “y de la presencia del Eterno brotó un fuego que los devoró” (Vaikra 10:2). Pero por otro lado, a continuación es escrito respecto a ellos que “esto mismo es lo que habló el Eterno, diciendo; He de ser santificado por los que se Me acercan” (Vaikra 10:3). También en la descripción del castigo, es utilizada la expresión “y de la presencia del Eterno brotó un fuego que los devoró”, la misma expresión que fue escrita anteriormente respecto a las ofrendas: “Y de la presencia del Eterno brotó un fuego que consumió de sobre el altar el holocausto y los sebos” (Vaikra 9:24).
Entonces, ¿cómo debemos juzgar la acción de Nadav y Avihu?
El estrecho sendero para llegar a ser meritorio de la cercanía Divina, es muy delicado y complejo. A diferencia de lo que se acostumbra a pensar, no se trata de un camino en el que hay sólo “blanco” y “negro”. De la misma forma que la realidad es muy compleja, también lo es el camino para llegar a la kdushá (santidad) de la vida. Los límites entre lo permitido y lo prohibido, pueden ser muy sutiles. La Parashá de nuestra semana trata pormenorizadamente ese tema, la importancia de discernir entre ellos. Existen muchos niveles en la realidad, y por ello también muchas diferenciaciones. Se necesita una profunda sabiduría para discernir y diferenciar entre lo santo y lo profano, entre lo puro y lo impuro. Ya dijeron nuestros sabios: “Si no se es poseedor de sabiduría, ¿cómo se puede discernir?”.
Con facilidad la persona puede dejarse llevar, y enturbiar los límites que diferencian y separan. Hay dos razones principales de esa equivocación: La primera, la soberbia. Quien se enorgullece, necesita justificar sus tendencias y sus deseos, y por ello confunde los campos. Así le ocurrió a Koraj, que anhelaba el poder, y su soberbia lo confundió hasta tal punto que no fue capaz de reconocer las diferencias que existen dentro de Am Israel.
La segunda, es la falta de control racional. La persona se entusiasma hasta tal punto que su raciocinio no es capaz de controlar sus acciones y tendencias. Por su entusiasmo, él no es capaz de identificar las sutiles diferencias en sus actos.
Entre los comentaristas, encontramos dos explicaciones básicas de la razón por la cual Nadav y Avihu ofrecieron un “fuego extraño”: Una de ellas, es que fijaron la halajá en presencia de Moshé, nuestro Rav. Nadav y Avihu se enorgullecieron, hasta tal punto que no fueron capaces de diferenciar entre el nivel de Moshé y el de ellos. También en nuestros días, vemos personas que se creen muy importantes, y no son capaces de reconocer que ellos no son “profesionales”. Hay quienes se sienten capaces de determinar halajot, y criticar a los grandes talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá), incluso si no tienen muchos conocimientos en la materia. Y hay quienes se sienten “médicos”, a pesar que sólo leyeron algunos artículos de medicina, y nunca la estudiaron.
La otra, es que entraron al Ohel Moed embriagados. El borracho, pierde el control racional, se deja llevar y no es capaz de discernir.
Y a pesar de ello, “He de ser santificado por los que se Me acercan”: El entusiasmo es importante en el culto a D’s. Sus poderosas energías son índices de la anulación de la persona frente al Creador. Toda la esencia de la persona se deja llevar por el entusiasmo, y rinde culto a D’s. Un culto a D’s frío, cuyo cometido es sólo cumplir con la obligación y nada más, es un culto muy falto. Pero el entusiasmo debe ser “dominado” por la discriminación y la diferenciación entre lo prohibido y lo permitido, entre lo impuro y lo puro.
Una forma de vida tan delicada, en un mundo tan complejo, no puede ser edificada sin dificultades y crisis. “Si no hubiese caído, no podría levantarme”. La inauguración del Mishkan exige el estudio de muchas discriminaciones: Qué sacrificio es correcto y cuál no lo es, quién debe ofrecer el sacrificio y quien no, y cuando es correcto ofrecerlo.
Ese estudio nos es enseñado a través del episodio de Nadav y Avihu. El fuerte anhelo de vincularse con D’s ardía en su interior. Ellos se entusiasmaron tanto de la edificación del Mishkan, que quisieron ofrecer sacrificios y acercarse a D’s. Ellos eran kdoshim (santos), y justamente a través de ellos todo Am Israel aprendió que incluso si se es kadosh y se posee un fuerte deseo de vincularse con D’s, se puede fracasar cuando se pierde la capacidad de discernir y diferenciar entre un fuego extraño y un fuego kadosh.
Por un lado, el octavo día fue un día de alegría y elevación espiritual. Por otro lado, fue el día del gran fracaso de grandes personas. Un fracaso que todo él es una lección y una aclaración para Am Israel, cómo debe ser resguardada la elevación espiritual, para todas las generaciones. 

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Desgracias y protestas a D's
Rav Shlomó Aviner (entrevista periodística, Nisan 5772)

Dos incidentes terribles ocurrieron en cuestión de una semana, en los que murieron niños pequeños: Fueros asesinados 4 judíos, entre ellos 3 niños, en la puerta de la escuela donde estudiaban en Francia, y murieron un padre con sus 5 hijos en Rejovot, cuando su casa se incendió.
¿Por qué nos pasan esas desgracias?
Por supuesto que no sabemos las razones de D's en este mundo. Hay quien es tzadik (justo) y le va mal, y hay quien es malvado y le va bien. Ya los profetas lo preguntaron, y no recibieron respuesta. Nuestro Rav Moshé preguntó, y en el Talmud hay diferencias de opinión si recibió alguna respuesta o no (Brajot 7). E incluso si recibió respuesta, ¿quién dice que nosotros la entenderemos? También en el libro Kohelet (Eclesiastés) e Iyov (Job) hablan de ese tema.
Pero la regla es como dijo Rabí Iojanan cada vez que terminó de leer el libro Iyov: "Finalmente la persona morirá. Bienaventurado es el que creció con la Torá, se ocupa de la Torá y complace a Su creador". Hay quienes explican que no se trata de la lectura del libro Iyov, sino que cada vez que le ocurría alguna desgracia como Iyov – ya que tenía 10 hijos, y todos ellos murieron.
La persona no sabe cuantos años vivirá, hay quien vive más y hay quien vive menos, lo importante es colmar la vida de Torá, de mitzvot y buenas acciones.
No se le debe protestar a D's porque hay desgracias, no es correcto, es ser mal agradecido. Casos como esos son poco corrientes en nuestro país y también en otros países.
¿Cuándo ocurrió que murieron 8 niños en una semana?
Hay que recordar que antes que surja la medicina moderna dos tercios de los niños morían por enfermedades infantiles, y hoy en día es muy poco corriente. Por supuesto que cada niño que muere es algo espantoso, y el panorama estadístico no nos exime del dolor de esa familia. Porque si según la estadística una enfermedad específica ataca a un niño en un millón, para su madre es un 100%. A ella no le importa qué ocurre con los otros niños. Pero nosotros, cuando miramos en forma genérica y amplia, debemos reconocer que vivimos en un paraíso.
¿Pero todo el tiempo hay desgracias en las que mueren personas?
Cada año mueren 350 personas – incluso niños - en accidentes de tránsito, y más de 10.000 mueren por el cigarrillo – cuando un sexto de ellas son fumadores pasivos - ¿por qué nadie hace barullo por ello? Y no hemos mencionado las personas que mueren por problemas cardíacos, a consecuencia de una alimentación incorrecta – se trata de números astronómicos.
Por supuesto, no es correcto protestarle a D's y preguntarle por qué nos hace eso, cuando casi todo es tan bueno – por lo menos en nuestro país. Hay países en los que las personas no tienen lo qué comer. Un billón de personas hambrientas, cada día mueren 30.000 niños de hambre - ¿has visto alguien que se preocupe por ello? Lamentablemente, no. La prensa no hace ningún barullo al respecto.
¡­­­­­¿Entonces, no se trata de una desgracia?!
Por supuesto que se trata de una terrible desgracia. La madre que perdió su esposo y sus cinco hijos es una desgraciada, pero no se debe pintar toda la vida de negro por eso. Cada persona que muere es una desgracia. Pero la desgracia particular de una persona determinada no puede distorsionar el pensamiento de todos.
Para esa familia es realmente una desgracia, pero lamentablemente hay también otras familias con desgracias. ¿Acaso una familia que murió en un accidente de tránsito es menos doloroso que un atentado de un terrorista o un incendio en una casa? Pero las protestas para con D's no tienen lugar, ya que se trata de casos muy extraordinarios.
¿Pero, por qué ocurren de pronto dos incidentes extraordinarios como esos en cuestión de una semana?
Lamentablemente, no es "de pronto". Todo el tiempo hay personas que mueren en Israel. En Francia, por cada 100.000 habitantes hay 15 asesinatos por año, en EE.UU. hay 25, y en nuestro país hay 8. Y lamentablemente, hay personas que mueren también jóvenes.
­Pero el público se estremece de esos dos incidentes, ¿por qué?
El hecho que el público se estremece no es el criterio para determinar lo que es auténtico y lo que no lo es. El estremecimiento del público no es un asunto de fe, sino que psicológico. Si te dicen que una persona fue asesinada tú te estremeces, pero si te dicen que 100.000 fueron asesinados tú te estremecerás menos. Te dicen que en el Holocausto fueron asesinados 6 millones de judíos, y tú sigues como si nada. Pero si te describen el asesinato de alguna persona determinada en el Holocausto, tú te estremecerás. El estremecimiento no siempre es reflejo de la verdad.
Esos incidentes son extraordinarios, y la prensa los infla mucho, quizás por ello producen un estremecimiento en el público. Pero hay muchas desgracias que ocurren y no son mencionadas por la prensa, cuando las personas piensan que nada ocurrió.
¿Qué es lo que D's nos insinúa con esos incidentes, quizás nos está diciendo que debemos arrepentirnos?
Por supuesto que debemos arrepentirnos. El Ramba"m al principio de sus halajot de Taanit (ayunos) dice que si le ocurre alguna desgracia a la persona, debe revisar sus acciones y arrepentirse. Una vez le dijo una persona a nuestro Rav que no sabe de qué debe arrepentirse. Le contestó que antes que nada debe arrepentirse de preguntar algo así. Y así también citan en nombre del Ramba"m.
Debemos arrepentirnos todo el tiempo, y tenemos mucho de qué arrepentirnos. Pero con todo, debemos recordar que a pesar de esas desgracias nuestra situación es buena, gracias a D's, y junto con el gran dolor de las familias, tenemos prohibido protestarle a D's, como si nos hiciese sólo maldades, D's no lo permita. Hay mucho bien, y un poco de mal.