Parashat Mishpatim 25 de
Shvat 5772 Shabat Shkalim No 856
“Y regocijo
eterno estará sobres sus cabezas"
En la
actualidad
“Entonces tomó el Libro del Pacto, y
lo leyó a oídos del pueblo, y ellos respondieron; todo lo
que dijo el Eterno
haremos y escucharemos” (Shmot 24:7).
Nuestros sabios nos enseñaron que
“cuando Israel antecedió 'haremos' a 'escucharemos', vinieron
600.000 ángeles
del cielo y le colocaron a cada uno de los miembros de Am Israel (el
Pueblo de Israel) dos coronas (tomadas del resplandor de
En la actualidad, ya hace miles de años que la
expresión “haremos y escucharemos” brota en base a la
convicción que D’s nos
ama - ya que nos elige con amor (Birkot Kriat Shma). Y en base a ello Am
Israel en todas las generaciones entregó su vida por el
cumplimiento de
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Soy un
converso
Rav
Shlomó Aviner (cuento
verídico)
¿Quién podría creer hace 100 años
que Eretz Israel volverá a pertenecerle a Am Israel
(el Pueblo de
Israel)? Pensaban que la reunión de los exilios es sólo
un lejano ideal, sólo
un sueño - y yo vi con mis propios ojos que la palabra de D’s se
va plasmando.
Vi que la historia de Am Israel es exactamente como la
describen las
profecías: “Y haré tornar el cautiverio de Mi pueblo
Israel, y ellos edificarán
las ciudades asoladas, y las habitarán, y plantarán
viñas, y beberán el vino de
ellas, harán huertas
también, y comerán su fruto. Y Yo los plantaré en
su propio suelo, y nunca
jamás volverán a ser arrancados de su tierra, que Yo les
he dado, dice el
Eterno, tu D’s” (Amos 9:14-15). Cuando mis padres visitaron el
país hace 10
años, pensaron encontrarse con un desierto, porque sabían
que aquí falta agua.
Pero se sorprendieron al ver jardines florecientes y espléndidos
productos
agrícolas. ¡Y el vino es tan sabroso! Turistas coreanos
compran aquí vino y lo
llevan a su país en sus maletas. ¡Y no hay lo que hablar
respecto a las frutas!
Cuando yo viajo a visitar a mis padres en Corea, les llevo frutos del
país:
Mango, pomelo y otros, ellos nunca probaron un sabor como ese, un sabor
de
paraíso.
El profeta Irmya atestiguó que la
reunión de los exilios es un milagro mayor que la salida de
Egipto: “No dirán
vive el Eterno, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de
Egipto,
sino que vive el Eterno, que hizo subir a los hijos de Israel de la
tierra del
norte, y de todas las demás tierras, adonde los había
arrojado, pues que los
volveré a traer a su propia tierra, que di a sus padres” (Irmya
16:14-15). ¡El
Eterno, nuestro D’s, nos redimió de Egipto, pero hoy en
día es más maravilloso
aún, porque es de todos los confines del mundo!
D’s devuelve a los hijos, y cumple
la promesa: “Que pactó con Avraham, y Su juramento con Itzjak,
que estableció a
Iaacov como decreto, y a Israel por pacto eterno, diciendo; a ti te
daré la
tierra de Knaan, su patrimonio” (Tehilim 105:9-11). Hoy en día
hay disputas en
cuanto a Iehudá y el Shomron
(Judea y Samaria), pero D’s le prometió toda esta tierra a
Avraham, Itzjak e
Iaacov. D’s nos lo devolverá todo, así prometió.
Hace 30 años éramos muy pocos
en Iehudá y el Shomron, hoy no. Cumpliremos “sed
fecundos y
multiplicaos”, nos desarrollaremos, y colmaremos toda la tierra, porque
D’s es
el dueño de ella. Él nos entregó “la tierra de
Knaan, su patrimonio”.
Volvamos al tema. Cuando comprendí
que la reunión de los exilios se cumple al pie de la letra
según las profecías,
sentí un escalofrío. Vi con mis propios ojos la prueba
que hay quien gobierna
en el mundo. También hace 2000 años y también hoy
en día, hay un dueño. Sentí
que la reunión de los exilios es la prueba que el D’s de Israel
conduce el
mundo, la historia. Y si el D’s de Israel es el dueño del mundo,
es bueno ser
su siervo. Me dije que yo ya no soy joven, pero me queda la mitad de la
vida -
o quizás menos - y debo decidir qué buscaré de
ahora en más.
Me recordé de Rut, que vivió con
Naomi en Moav. Cuando Naomi decidió volver a Eretz Israel,
Rut se
encontró en un cruce de caminos. Una posibilidad era quedarse en
Moav, muy
cómoda: La misma lengua, cultura,
comida, familia, amigos. La otra posibilidad, era marchar en
dirección a Eretz
Israel. Un duro camino. En aquel entonces, y también hoy en
día, no es
fácil inmigrar a otro país. Es una aventura. Por lo
general, las personas
buscan un camino fácil, agradable. Pero Rut eligió ir a Eretz
Israel, y
eligió el D’s de Israel. Ella comprendió que vivir dentro
de Am Israel
es la fuente de la bendición, allí se encuentra la
verdad, y por ello decidió:
“Tu pueblo es mi pueblo, y tu D’s es mi D’s” (Rut 1:16). Si el D’s de
Israel es
el único dios, entonces yo también debo subir al barco de
Am Israel,
como Rut. Si el D’s de Israel es el dueño del mundo,
único y singular, no tengo
opción: Debo elegir el camino correcto, no hay nada más
importante que eso.
Estuve en el país 13 años en status
de turista. No tenía mañana, sólo el hoy.
Tenía que salir del país cada tres
meses, porque era turista. Por supuesto, tenía muchos gastos.
También temíamos
los contratiempos en el aeropuerto: El Servicio de Seguridad nos
investigaban
como si fuésemos fugitivos. Una vez se venció la visa de
mi esposa un día antes
del vuelo, y nos hicieron muchos problemas. Cada vez, antes de llegar
al
aeropuerto estábamos terriblemente estresados. Durante 13
años nuestra
situación no era estable, todo era provisorio. Las personas no
comprendían por
qué me quedo en el país en una situación tan
endeble - ellos no sabían lo que estaba
pasando dentro mío, no me comprendían y pensaban que no
soy normal. Pero yo sabía
que la verdad se encuentra sólo dentro de Am Israel,
logré comprenderlo.
Si hubiese otro dios, habría ido tras él. Pero el camino
correcto es hacia el
D’s único del mundo.
Nuestro patriarca Iaacov no se
merecía la primogenitura: Él nació segundo, sin
ser el primerizo, sin derecho a
ser bendecido por Itzjak, ese era su destino, pero él
luchó, y finalmente
cambió su destino. También yo, nací totalmente
gentil, de padre y madre,
abuelos y abuelas – todos gentiles, hasta el principio de las
generaciones. Mi
historia estaba muy lejos de la historia de Am Israel. Pero a
pesar de
ello quise recibir la bendición, como nuestro patriarca Iaacov.
No podía
renunciar a ella. Ya hace mucho tiempo que cambié mi apellido
por el de
“Israel”. Quería ser como Iaacov, unirme a Am Israel.
No tenía
otro camino. Si podría comprar la bendición, lo
habría hecho hace tiempo, pero
la bendición no se compra con dinero.
Hice todo lo que pude y le imploré a
D’s, vertí mi corazón frente al Kotel (Muro de
los Lamentos) durante 13
años. D’s me vio, me hizo una bondad con mucha misericordia, me
hizo un milagro:
Finalmente se plasmó mi sueño, y gracias a D’s ahora soy
judío. Gracias a D’s,
que me bendijo. Ahora pertenezco a Am Israel. Ahora tengo una
nueva
familia, muchas nuevas familias que me ayudan. Estudio Torá
varias veces
por semana. Todavía soy como un bebe, y se que debo estudiar
mucho, estudiar el
judaísmo en profundidad, sin fin. Y debo rezar mucho, que D’s me
ayude, porque
hay quienes no aman a los conversos. El camino que elegí no es
fácil para nada,
pero es el único camino a la bendición. Yo rezo que D’s
me ayude a acercarme a
Él cada día más, ser un judío
auténtico. Mi esposa - que se llama Jen - es
amada por todos, mayores y niños. Nos casamos hace 20
años y todavía no tenemos
hijos, pero somos muy felices.
En Corea éramos cristianos. Cuando
llegué al país, giré en dirección al
judaísmo, y entonces comenzamos a
alejarnos el uno del otro, en nuestra forma de pensar. No
podíamos conciliar
nuestras concepciones, no respetábamos el uno al otro,
luchábamos el uno contra
el otro.
Los cristianos sostienen que ellos
creen en D’s, pero en realidad ellos son la religión de Iesh”u.
Es
decir, solo el que cree en él llegará al paraíso,
todos los otros no tienen
ninguna posibilidad de llegar allí, y no tiene ninguna
importancia cuán buenos
sean. Todos irán al infierno, sin excepción. De eso
temía mi esposa. Sus amigas
cristianas se esforzaron por fortalecerla en su fe en Iesh”u, y
hubo
algunas que le recomendaron divorciarse. No había paz en el
hogar, sólo tensión
y soledad. Cuando ella se iba a la iglesia, yo me quedaba sólo
en casa. Me
sentía solo, totalmente solo en el mundo. Mi esposa lo era todo
para mi: Mi
pareja, un poco mi madre, un poco mi hermana y un poco mi hija. Y de
pronto, ya
no estábamos juntos. Vivíamos en la misma casa, pero
nuestros pensamientos eran
totalmente distintos. Vivíamos como pareja, pero la brecha de la
fe nos
separaba. Hablábamos sólo conversaciones sencillas:
¿Comiste? ¿Estuvo rico? No
sentíamos calor en el hogar, no sentí que tenía
una compañera. Así pasó un año,
y otro año, y surcaron otros varios años. No podía
hacer nada, sólo esperar. Me
estaba claro que una persona no puede mover a la otra. Una vez fuimos a
una Rabanit
(esposa del Rabino) cuyo marido era un Rosh Ieshiva (director
de una ieshiva),
y nos advirtió: Si ustedes se convierten sin sentido, pobre de
ustedes, será un
desastre, es preferible que no lo hagan. Mi esposa se asustó, y
su corazón se
cerró más aún.
Pasaron otros años. Ella no quería
separarse, sólo esperar - pero D’s es grande. Yo no podía
hacer nada, pero Él
hizo un milagro. Hay un refrán en Corea que si una persona
actúa con rectitud,
del cielo la hace actuar. Lentamente, ella comenzó a cambiar.
Después de 10
años, comenzó a prender velas de shabat.
Intenté traerla a rezar, y
tenía muchas dudas, pero cuando comenzó a estudiar en Majón
Ora, eso la
cambió mucho. Ella volvía a casa con alegría de
cada estudio. Comenzó a
entender para qué la esperé tantos años. Ella
disfrutaba mucho de las clases, y
me explicaba lo que había estudiado. Cada día se
renovaba, y se impresionaba de
cuán importante es la mujer y la familia en el judaísmo.
Porque en Corea los
hombres son los importantes, a veces incluso golpean a sus mujeres.
Allí la
mujer no vale nada, sólo es una máquina de hacer hijos.
No hay ninguna
preocupación por ella. Si el marido decide divorciarse, la hecha
de su casa sin
un solo vintén. Pero el judaísmo es otro mundo. Mi mujer
se sintió muy libre.
En el judaísmo no se obliga a la persona. Si no llega al rezo,
nadie le exige
rendir cuentas. En el cristianismo, incluso si una persona no se siente
bien
debe llegar a la iglesia el domingo. No hay ningún pretexto. Si
no llega, es
definido como un hereje. Y también la iglesia obliga a donar
dinero, incluso si
no tiene lo qué comer en su casa. Pero el judaísmo dice:
Primero, tu familia.
Si hay lo qué comer, podrás donar.
Mi mujer sintió que ella se
encuentra frente a D’s de por sí misma. No la obligan a
participar de ninguna
ceremonia – ella sola frente a D’s. Ella comenzó a comprender
cuán profundo es
el judaísmo, cuántos secretos se esconden en él,
cuán maravillosa es la pureza
de la familia. Ella comprendió que Iesh”u no es el Meshiaj
(Mesías), que hay condiciones para ser Meshiaj: Reunir
los exilios y
luchar contra los enemigos. Iesh”u no cumplió con esas
condiciones, y
por supuesto que él no es un dios.
Cuando yo le pregunto: ¿No te
arrepientes de haberte convertido?, ella me contesta que si no hubiese
conocido
realmente el judaísmo, se habría arrepentido. Pero ahora
que ha probado el
gusto de otro mundo, un mundo que no es cristiano, un gusto que nunca
antes
probó, no puede detenerse a mitad de camino… Y ella agrega:
¡Ahora, incluso si
mi marido abandonará el judaísmo, yo me quedaré!
Eso es lo que deseo, con toda
mi alma.
Mi esposa participa de clases 4
veces por semana. Yo le doy gracias a D’s que ella cambió
totalmente. Yo y mi
esposa estamos muy conformes de nuestra nueva vida, y le agradecemos a
D’s que
nos ayudó a llegar al camino auténtico del pueblo
singular. Y yo le rezo que me
ayude a acercarme a Él, más y más.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
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especial en la ciudad de Ierushalaim.
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programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
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de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
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Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: sfaradit@emeir.org.il,
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