Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Pekudei     29 de Adar Alef 5771     Shabat Shkalim     No 808


“Y los bendijo Moshé”
Rav Azriel Ariel

El término de la construcción del Mishkan (Tabernáculo) es descrito en detalle. “Así fue acabada toda la obra del Mishkan de la Tienda de Reunión… Entonces trajeron a Moshé el Mishkan…” (Shmot 39:32-33). Y la reacción de Moshé es “Y vio Moshé toda la obra y he aquí que la habían acabado de hacer, como había mandado el Eterno, así la habían hecho, y los bendijo Moshé” (Shmot 39:43).
Un gran momento, de suprema elevación espiritual. Dos meses y medio de dura labor han terminado. Llega el  momento en que se puede plasmar la meta de la salida de Egipto: “Que los saqué de la tierra de Egipto para habitar en medio de ellos” (Shmot 29:46). Los Hijos de Israel han superado el reto. No hacen otro Becerro de Oro, sino que construyen el Mishkan y sus utensilios tal cual “como había mandado el Eterno, así lo habían hecho” – y por ello, Moshé los bendice. ¿Cuál es la bendición más adecuada en esas circunstancias, cuando se siente todo eso?
Los Midrashim – y Rashi en pos de ellos – citan la bendición de nuestro Rav Moshé: “Que sea la voluntad del Eterno que se revele la Shjina (manifestación de la presencia Divina) en las obras de vuestras manos”.
Esa bendición tiene dos aspectos: El primero, es que el Mishkan cumpla su cometido. Respecto a él fue dicho: “Me harán un Mishkan, y Yo habitaré en medio de ellos” (Shmot 25:8).
Pero en la bendición de Moshé hay otro aspecto: Él no se limita a bendecir que la Shjina se manifieste en el Mishkan, también agrega “en las obras de vuestras manos”. El Mishkan tiene valor justamente por ser obra de las manos de Am Israel (el Pueblo de Israel). Y así dijeron nuestros sabios (Ktuvot 5A):
“Enseñó Bar Kapara: Las obras de los tzadikim (justos) son más elevadas que la creación del cielo y la tierra. Respecto a la creación del cielo y la tierra está escrito ‘Mi mano fundó la tierra, y Mi diestra extendió los cielos’ (Ishaya 48:13). Mientras que en cuanto a las obras de los tzadikim está escrito ‘lugar que preparaste para Tu misma habitación, oh Señor, en el Mikdash que establecieron Tus manos’ (Shmot 15:17)”.
En la creación del mundo participó sólo “una mano”, la Mano Divina. Mientras que en la construcción del Mishkan participan “dos manos”: La Mano Divina, y la mano humana – que actúan en cooperación. Y para ser más exactos, hay “dos manos” Divinas: La Mano Divina que actúa en forma directa, a través de milagros, y la Mano Divina que actúa a través de las personas, en forma natural. El sentido de la bendición de Moshé es muy profundo: Que la Shjina – Divina, celestial – se manifieste en las obras de los constructores del Mishkan – terrenales, humanos. Justamente por tratarse de una obra terrenal, humana, se merece que la Shjina se manifieste en ella – cuando toda su meta es la plasmación de la Palabra de D’s en la tierra.
De acuerdo a ello podremos entender la continuación del comentario de Rashi, valiéndonos de las insinuaciones del Rav Kuk (Shmona Kvatzim Guimel, 348). La bendición de Moshé no termina allí, él agrega el último versículo del capítulo “Rezo de Moshé”: “Y sea la gracia del Eterno, nuestro D’s, sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros, sí, confirma Tú la obra de nuestras manos” (Tehilim 90:17). Ese es el tema del versículo: El vínculo entre las obras del hombre (“la obra de nuestras manos”) y la manifestación de D’s en el mundo (“la gracia del Eterno”). Ese vínculo es la base de la construcción del Mishkan. La creación del mundo es llamada “melaja” (obra): “Y el día séptimo acabó el Señor Su melaja que había hecho, y descansó en el día séptimo de toda Su melaja que había efectuado” (Bereshit 2:2). Y también la construcción del Mishkan es llamada melaja: “Y vio Moshé toda la melaja y he aquí que la habían acabado de hacer”. Pero el pecado del Primer Hombre en el Gan Eden (paraíso) hizo recaer la maldición sobre las obras humanas: “Maldita sea la tierra por tu causa” (Bereshit 3:17). El hombre fue expulsado del Gan Eden Divino, después de haber comido del árbol del conocimiento del bien y el mal – hizo que su egoísmo se adueñe de su misión. Cuando la obra humana no es orientada según la buena causa – de acuerdo al versículo “que creó el Señor, para hacer” (Bereshit 2:3), a través del hombre – recae sobre ella la maldición. La obra del Mishkan nos devuelve al Gan Eden perdido, a lo que nos fue encomendado cuando D’s dijo “para que lo labrara y lo guardase” (Bereshit 2:15), antes que el hombre fuese expulsado. El corregimiento se logra cuando todo lo que se hace, se hace exactamente como D’s le encomendó a Moshé – por la buena causa, sin intenciones o aspiraciones humanas, egoístas. Entonces, cuando Moshé vio la obra, “y he aquí que la habían acabado de hacer, como había mandado el Eterno, así la habían hecho” – enseguida los bendice diciendo “sea la gracia del Eterno, nuestro D’s, sobre nosotros”.
La “gracia”, es el regreso al Gan Eden. Cuando se obra por la buena causa, se siente satisfacción. “El placer y la satisfacción Divinos son el contenido más elevado, que se manifiesta a través del resplandor Divino, que se plasma en todos los aspectos de la vida y toda la existencia” (Olat Reaya Bet, 74). En esa situación se elevan y se fortalecen – y se transforman en recipiente – las obras humanas, cuando son orientadas al corregimiento del mundo con el Reinado de D’s. Su corregimiento es en dos aspectos: “la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros” – a través nuestro, de nuestro esfuerzo. “Sí, confirma Tú la obra de nuestras manos” – a través del contenido Divino que se esconde en ellas.
De esa forma corrige la obra del Mishkan las obras humanas en todo lugar y en todo momento, y los devuelve al Gan Eden. Y por ello, cuando termina el Shabat y volvemos a los días en los que obramos, rogamos: “Sea la gracia del Eterno, nuestro D’s, sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros, sí, confirma Tú la obra de nuestras manos”. 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Amar la tierra, y hacer alia
Rav Shlomó Aviner


Estas son citas de lo que dijeron personas que participaron de un seminario de alia (inmigración a Israel) de la Asociación de las Comunidades de Israel, que organiza alia en grupos. La preparación incluye un vínculo personal con cada uno de los inmigrantes en el exterior, tres seminarios de preparación donde se estudia en la Torá sobre Eretz Israel (la Tierra de Israel) y se tratan problemas prácticos, un paseo de estudios en Israel para encontrar dónde vivir, trabajar y escuelas apropiadas para los niños, y también después de la alia un acompañamiento durante el primer año, que incluye ayuda para los niños con maestros y muchachas que hacen Sherut Leumi (Servicio Nacional voluntario).
Así dijeron las personas que están a punto de hacer alia:
- Yo me decía: Por supuesto que haré alia, pero todavía no. Y ahora, me digo: Si no lo hago ahora, ¿cuándo lo haré? Cuanto más espere, será más difícil. Y si no hago alia por mí, por lo menos por mis hijos.
- Por supuesto, se debe preparar la alia – pero no se debe demorar demasiado.
- Lo he pensado mucho, y he llegado a la conclusión que no es tan imposible como me parecía. Si realmente se quiere, se puede solucionar los problemas.
- Haremos todo lo que podamos para hacer alia. Nada es imposible.
- Llegué al seminario con muchas dudas, y no recibí respuestas a todas ellas. Pero en Israel nadie se muere de hambre, nadie se queda sin alojamiento, y ningún enfermo se queda sin tratamiento. Es cierto que tenemos muchas dudas auténticas, pero no se debe preguntar demasiado. Siempre encontraremos alguna forma de arreglarnos, ese es nuestro lugar, el lugar que D’s nos dio.
- Llegué a la conclusión que el problema soy yo. Por lo tanto, debo resolver mi problema y hacer alia.
- Tengo mucha motivación para hacer alia, y también importantes dudas, sobre todo en cuanto a las escuelas para mis hijos. Pero cuando lleguemos, seguramente los problemas serán resueltos.
- Yo me voy convenciendo. Me esforzaré todo lo que pueda para hacer alia en la brevedad, y D’s me ayudará.
- En cierto momento dejé de hacer preguntas. Primero, hay que decidir que se hace alia, y fijar fecha. Y sólo entonces tratar de resolver los problemas, cada uno según lo que le es más adecuado.
- Cuanto más tiempo pasa, tengo menos dudas. En dos días logré avanzar mucho.
- Dejé de hacer preguntas. Yo hago alia.
- Gracias a D’s, ahora quiero hacer alia. Por fin logré liberarme de todo tipo de opiniones negativas que escucho alrededor mío.
- Pensé que el que hace alia es una persona que no tiene lo qué perder, una persona con problemas en el trabajo y en la educación de sus hijos. Aquí me encontré con médicos, ingenieros, jurisconsultos, que tienen todo para ganar si se quedan – ¡pero ellos hacen alia! He abierto los ojos. Tenía temores, pero se han desvanecido.
- Tuve muchas dificultades en la vida, y en comparación la alia no es difícil. Por supuesto que no es fácil, pero haremos lo que debemos hacer.
- Nos apresuraremos a hacer alia lo más rápido posible. Hay que terminar de hacer preguntas – de lo contrario, nunca haremos alia.
- Siempre pensé hacer alia, pero nunca fije fecha. Ahora, la he fijado: Yo hago alia.
- Hacer alia en grupo es un método muy eficaz, se siente apoyo e impulso. Llegué al seminario como un visitante, y en forma gradual nuestros pensamientos y nuestros sentimientos se fueron aclarando y desarrollando. Nuestro futuro es allí. Nos sentiremos orgullosos frente a nuestros hijos por nuestra decisión.
- Antes de llegar al seminario no tenía idea de cómo será. Y ahora, todas nuestras ideas se han ordenado en nuestra cabeza. Algo que estaba trabado se ha liberado.
- A veces les digo a los judíos en Francia: ¿¡Qué hacen ustedes aquí!? Y de pronto, me di cuenta que yo también estoy aquí.
- No tengo más dudas. Estoy impaciente por hacer alia.
- El sustento no es el problema, el punto clave es tomar la decisión. Después que decidamos, resolveremos los problemas. Hubo otros que hicieron alia en situaciones peores que la nuestra. Si ellos  lo hicieron, yo también lo puedo hacer. El problema soy yo.  Resolveré mi problema, y haré alia.
- Siempre habrá dudas. Debo tapar mis oídos y dejar de escuchar a personas en mi entorno que debilitan mi motivación. Me está claro que mi lugar es allí.
- Gracias. Nosotros venimos.
- Es una decisión correcta. Lo lograremos. Las dudas se han desvanecido.
- Si no haremos alia, no estrecharemos la mano que D’s nos extiende.
- Hasta aquí el asunto teórico. De ahora en más, nos dedicamos a las acciones.
- He encontrado aquí personas maravillosas, nuevos amigos, amigos del camino, un gran impulso. Todos juntos lo lograremos.
- Son tan espantosas las calumnias que se escuchan respecto a Israel. Ellos me dicen: Tú estás loca. Aquí, todo fue aclarado. Hasta el día de mi alia me taparé los oídos.
- Tenía muchas dudas. Después de haber escuchado lo que nos fue dicho aquí, se han desvanecido.
- Fue mi marido el que me hizo pensar en la alia. Ahora, yo lo empujaré a él con todas mis fuerzas.
- No le contaré a nadie en mi entorno que he decidió hacer alia, para que no me desaliente.
- He decidido hacer alia, y desde mañana comienzo a estudiar hebreo.
- En estos días he cambiado mucho. Sin dudas, es bueno para nuestros hijos.
- Estamos de camino. Tenemos algunos pequeños problemas para resolver. Nuestro lugar es allí.
- Recibí respuestas a mis preguntas, incluso a lo que no pensé preguntar.
- He encontrado aquí amigos con los que podré trabajar juntos.
- Gracias al grupo. Ahora no me siento sola.
- Mi corazón se elevó. Siento que he nacido nuevamente. Tengo seguridad en mí misma. No tengo de qué temer. Nuestra tierra cuidará de nosotros.
- Todas las dificultades son como las del embarazo, antes del parto. Yo nazco nuevamente.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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