Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Bo     3 de Shvat 5771     No 800


Rav Ioram Eliahu El signo de la libertad
Rav Ioram Eliahu

Am Israel (el Pueblo de Israel) fue ordenado colocar los Tfilin (filactelias) todos los días, en el brazo y en la cabeza – los miembros que se encuentran frente al corazón (el brazo) y el cerebro (la cabeza). Y así decimos en la plegaria antes de colocarlos: Nos disponemos a colocar los Tfilin “en el brazo… frente al corazón, para dirigir los deseos y los pensamientos del corazón al culto a D’s, y en la cabeza, frente al cerebro, para que el alma que se manifiesta en mi cerebro junto con el resto de mis sentidos y mis fuerzas de vida todas ellas sean sometidas al culto de D’s, bendito sea”. Esa mitzva fue entregada enseguida después de la salida de Egipto, para poner en evidencia que ahora - cuando nos liberamos de la terrible esclavitud - el camino para alcanzar la libertad eterna, la libertad auténtica, es encausar las fuerzas y los deseos para Su culto – porque “solamente el esclavo de D’s es libre”. Fue dicho en las Lujot HaBrit (las Tablas de la Ley), “la escritura era escritura de D’s, grabada sobre las tablas” (Shmot 32:16). “Dijo Rabí Ioshua Ben Levi, no leas jarut (gravado), sino que jerut (libre). Porque no hay quien sea libre, sólo el que se ocupa de la Torá” (Avot 6).
De acuerdo a ello podemos entender lo que dijeron nuestros sabios respecto al versículo de nuestra Parashá, “para que esté la Torá del Señor en tu boca” (Shmot 13:9) - “el que se coloca los Tfilin, es como si leyese la Torá”. De momento que los Tfilin son el signo de libertad, y el que se ocupa de la Torá llega a la libertad, el que los coloca es considerado también como si se ocupase de la Torá, porque está expresando la libertad que la Torá entrega a los que la estudian. Como nos enseñó nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk: “Los Tfilin son como el sumario de toda la Torá, un uniforme de libertad, del desprecio de la bajeza de la esclavitud”. Y por ello, son llamados “esplendor”, “los Tfilin son el esplendor de Am Israel” (Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Shmot, Pág. 135).
Nuestros sabios nos enseñaron que también D’s se coloca Tfilin. ¿Y qué está escrito en los Tfilin de D’s? “Y quien como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra” (Shmuel Alef 7:23). D’s se vanagloria con las alabanzas de Am Israel, y les dice: “Ustedes me hicieron una unidad en el mundo con sus Tfilin, donde está escrito 'escucha, Israel, el Eterno es nuestro Señor, el Eterno es uno' (Dvarim 6:4), entonces Yo también los haré una unidad en el mundo [con Mis Tfilin], como dice el versículo 'y quién como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra'” (Brajot 6).
Aprendemos de ello que el camino para nuestra subsistencia plena, en toda nuestra tierra, depende de hasta qué punto adquirimos nuestra libertad para nosotros mismos. Debemos aprender a no esclavizarnos, ni a nuestros  bajos deseos ni tampoco a fuerzas ajenas – ni tampoco a los gentiles de las naciones del mundo que quieren humillarnos y evitar que seamos el pueblo que corona a D’s en el mundo.
A través de la liberación de esa esclavitud sabremos proclamar el Nombre de D’s colocándonos nuestros Tfilin, seremos merecedores de la plasmación de lo que está escrito en los Tfilin de D’s, “y quién como Tu pueblo, Israel, un pueblo en la tierra” – uno, único, unido y soberano de nuestro patrimonio para siempre. 

Midreshet Majón Orá

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Rav Shlomó Aviner Antes no sonreía
Rav Shlomó Aviner

Antes no les sonreía a las personas, yo me encontraba ensimismado en mí mismo. Me decía: ¿Para qué sonreírle a los demás, si no sonrío dentro de mí? Es artificial, no es auténtico.
Estaba ensimismado en mí mismo, era duro y crítico. Los demás no existían para mí. Solo yo existía, y por ello no los saludaba. No ayudaba a un amigo en dificultades: "Ese es su problema", pensaba. "Que lo arregle él mismo, no soy su sirviente. Lo mío es mío, y lo tuyo es tuyo".
Lo único que me entusiasmaba era yo mismo. Buscaba todo tipo de placeres y experiencias.
Hasta que entendí que me equivoco, que cometo la gran equivocación de mi vida. Ya no recuerdo cómo fue que ocurrió. Pero no ocurrió de golpe, sino que gradualmente, a través de los acontecimientos de la vida, encuentros con personas y lectura de libros. Hasta que decidí cambiar.
No fue fácil, me exigió esfuerzo, también hubo subidas y bajadas sin número. Pero finalmente, vencí. Aprendí a sonreír y ser amable - sonreír por fuera y ser amable por dentro. Me enseñé a no ser egoísta, a no ser indiferente.
Ya no soy indiferente al prójimo, ya no soy egoísta. Si veo alguna persona en dificultades, me siento feliz de ayudarle. “Cuando veas al desnudo, lo cubras” (Ishaya 58:7) – ya sea el que no tiene prendas de vestir, ya sea el que no tiene alegría, o valentía, o tranquilidad, apoyo, éxito, vida social – todas las cosas que hacen la vida digna de ser llamada “vida”.
Antes, comparaba entre las personas. Ahora, entendí que esa es una enfermedad, es como la burda víbora, es un veneno. Ahora, no comparo. Cuando me encuentro con una personas, yo pienso: "Tú eres tú, tú vales, tú eres hermoso, yo te valoro, yo te amo – por el hecho que eres tú, sin ninguna comparación con los demás".
Ahora, yo saludo a las personas con una gran sonrisa – y ellas me devuelven con la misma moneda. Cuando saludo a alguien, le hago sentir que él realmente existe: Tienes una personalidad, eres una persona. Es algo fabuloso.
"Ser o no ser – esa es la pregunta", como es sabido. Para mí, "ser" es hacer bondades para con los demás. Hacer bondades, es para mí ser Israelí – eso es lo auténtico, eso es lo hermoso, esa es la rectitud para con D’s, ese es el culto a D’s.
Yo me entusiasmo de ello, yo me enorgullezco de ello – con un orgullo lleno de humildad.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
sfaradit@emeir.org.il, editorial@alumbrar.org