Nervios de
acero
Rav Ioram
Eliahu
En las
cartas (Iguerot HaReaya) dice el Rav Kuk que el libro de D’s es el
Libro de
Todo eso
lo escuchamos decir a nuestro Rav decenas de veces. Y lo curioso es que
nuestro
gran Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk falleció en la semana en
que se leía
Midreshet
Majón Orá
Centro de estudios
de Torá para chicas en
español y portugués
Están todas
invitadas!!
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o escribir a: anachman2@walla.com
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interesadas, hay dormitorios en el lugar
Estoy
deprimido
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta: Tienes muchas razones para ser
optimista. No hay
por qué sufrir – y un sufrimiento anímico no es menos que
un sufrimiento
físico. Por lo general, se puede solucionar y aliviar la
situación. Y tú
saldrás de ello, porque no aceptas tu situación. Porque
deseas ver la luz. Eso
es síntoma que dentro tuyo tú eres fuerte. En medio de un
mar de sufrimiento,
hay una fuerte isla de salubridad, que podrá agrandarse
lentamente.
Pero antes que nada, no
te culpes. Tú no eres culpable. Las razones de la
depresión son complejas:
Cambios químicos en el cerebro, herencia, reacciones a vivencias
duras en la
niñez o en el lejano pasado, crisis económicas severas,
familia arruinada y una
situación social dura.
Tú no eres culpable, tú
no quieres estar deprimido, no te incentiva para nada, estarías
dispuesto a
pagar cualquier suma para salir de ello. Silencia a las personas que te
sermonean, y también cesa de sermonearte a ti mismo. No te
ocupes en la
búsqueda de tus faltas. Tú no estás solo con ese
problema: Hay en el país un 5.5%
de personas en tu situación. Por supuesto, el hecho que haya
otros que sufren
no te consuela, pero debes saber que tienes muchos hermanos como
tú en tu
situación, y tampoco ellos son culpables. No todos son iguales,
hay expresiones
distintas y contrarias de la depresión: Falta de apetito, o
apetito desmedido.
Insomnio, o sueño. Pérdida de peso, u obesidad.
Descompostura, o estreñimiento.
Agresividad, o pasividad. Enojo, o melancolía. Baja autoestima y
odio propio.
Disminución de la atención, o de la memoria. Juzgado para
mal del prójimo, y
autocrítica excesiva. Y muchas otras formas, toda una larga
lista de dolor y
sufrimiento. El común denominador, es que las personas no son
culpables.
Yo te creo cuando dices
que lo intentaste todo para salir de ello, y todavía lo intentas
por tus
propias fuerzas – pero no lo has logrado. No siempre se triunfa, y por
ello
debes ser ayudado por un profesional. No te avergüences. Tú
no lo has elegido,
y tienes permitido recibir ayuda. Después, tú
sanearás y ayudarás a los demás.
Cuéntale a un profesional todo lo que te pasa, incluso si te
parece una
tontería. Él no se burlará, no te
reprenderá. Seguramente no se comportará como
los puritanos en EE.UU., que colocaron muy en lo alto el valor del
esfuerzo y
el trabajo – y tenían razón, por supuesto – y castigaban
duramente a los
deprimidos culpándolos de ser haraganes, lo que consideraban un
muy grave
pecado.
Antes que nada,
dirígete al médico de familia – que también
él sabe tratar ese tipo de
situaciones en un principio, y encontrar si hay alguna razón
médica y
diagnosticarla.
Luego, dirígete al
psicólogo clínico. Y si tampoco eso no ayuda,
dirígete al siquiatra que te
recetará medicamentos. No te avergüences de tomar
medicamentos siquiátricos. Si
tú recibes medicamentos siquiátricos eso no quiere decir
que tengas algún
estigma, que seas loco. Hay un desequilibrio químico en el
cerebro, y los medicamentos
antidepresivos devuelven ese equilibrio. Hoy en día hay
medicamentos
excelentes, realmente maravillosos, un milagro de la medicina moderna,
la
expresión de la imagen y semejanza Divinas a través del
pensamiento científico
- y no debes temer de los efectos secundarios. Por supuesto, no debes
decidir
tú solo tomar los medicamentos, sólo el médico
decidirá. Dicho sea de paso,
también el médico de familia puede recetar remedios
antidepresivos. Y también
se puede dirigir a la trabajadora social.
Tampoco se debe temer
de la psicología. El método cognitivo te ayuda a pensar
en forma positiva,
cargar en forma racional los pensamientos depresivos, acostumbrarse a
ver el
presente y el futuro desde un punto de vista optimista, y cesar de
culparte a
ti mismo de tus derrotas. Quizás tú digas: ¿Para
qué necesito un psicólogo?
Todo eso lo puedo hacer yo mismo. En efecto, también con el
psicólogo tú lo
haces por ti mismo. Él sólo te ayuda a hacerlo, siendo
más experimente y
objetivo.
Dicho sea de paso, los
tratamientos alternativos no demostraron ser efectivos en estudios
doble ciego.
Pero el tratamiento bio-feedback – a pesar de sonar como tratamiento
alternativo – es totalmente científico, y tiene buenos frutos en
muchos planos
anímicos.
Y también si tú ves que
tu amigo está hundido en la depresión o los miedos, por
favor, convéncelo a
dirigirse a un tratamiento profesional. Pero como hemos dicho, no lo
sermonees,
sólo dale apoyo, amor, amistad. Para eso hay amigos.
No somos médicos ni
psicólogos ni tampoco trabajadores sociales, y a pesar de ello
podemos darte
algunos consejos de varias cosas buenas que te pueden ayudar, y no
necesitan de
conocimientos profesionales:
Ocupación: Ocúpate de cuanto más
puedas, de esa forma no pensarás
en tu situación.
Actividad física: Por
supuesto, es buena para la salud del cuerpo, pero también
estimula la secreción
de endorfinas, que alivian los dolores y mejoran el humor. Corre. Nada.
Anda en
bicicleta.
Actividad creativa:
Dibujo, o escritura. Churchill – que era un depresivo, a pesar que
parecía lo
contrario – dibujaba en sus últimos días, cuando
dejó la vida política.
Actividad voluntaria:
Ayuda a las pobres personas que están deprimidas, o se encuentra
presas de otros
problemas. Cuando te concentres en el sufrimiento de otras personas,
olvidarás
el tuyo propio. También tendrás satisfacción por
hacer algo bueno, y te
sentirás dichoso. En sus escritos médicos (que fueron
traducidos del árabe por
el Dr. Zusman Montener) el Ramba”m le escribe al rey de Egipto en
cuanto a su
hijo, el príncipe que estaba deprimido, que estudie escritos
morales y los
cumpla.
Sociabilidad: Disfruta con amigos. Y nuevamente,
no con amigos
que te sermonean, sino que con amigos que te apoyan, te aman y te
alientan. Así
también saldrás de la soledad, que ella sola puede
deprimir. Y si no puedes
encontrar amigos, cría una mascota, que genera una
relación de amistad con
otras personas – como un perro, o un gato.
Alegría: El Ramba”m escribe que el que se
encuentra
triste, debe ocuparse del canto, la música y paseos en lugares
hermosos (Shmoná
Prakim, Cáp. 5). Y como es sabido, Rabí Najman de Breslav
enseñó que se puede
echar la tristeza incluso utilizando las boberías.
Tranquilizado: Utiliza los distintos métodos
para
tranquilizarse. No se necesita ir a la India para eso, todo puede ser
encontrado en los métodos convencionales, mucho más
barato. Gracias a D’s.
Dormir: Trata de dormir en forma ordenada.
Eso ayuda a
regular toda la vida.
Estudio: Estudia sobre la depresión. A
veces eso mismo
deprime, pero hay personas que el conocimiento de la enfermedad los
tranquiliza.
Esos son algunos
consejos, cada uno debe elegir lo que le es adecuado. Y tú, mi
querido lector,
si tienes más consejos que has probado, escríbeme.
Y si preguntarás:
¿Quizás con todos esos consejos podré salir
sólo? ¿Quizás no necesito la ayuda
de un profesional? Puede ser. Pero con la ayuda, saldrás
más rápido. Y en
nuestro rezo, decimos “cúranos pronto”.
Pero tú saldrás
adelante, sí, tú saldrás de ello.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: sfaradit@emeir.org.il,
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