Beahavá Ubeemuná
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Parashat Vaishlaj     18 de Kislev 5770     No 745


Rav Iaacov Filver Ver y ser visto
Rav Iaacov Filver

De vez en cuando escuchamos que algún muchacho o muchacha que crecieron en una casa donde los padres son grandes educadores, un ejemplo, y fueron educados en los mejores institutos de enseñanza, finalmente ellos dejaron de lado el yugo de las mitzvot o se desviaron del camino de sus padres. Y eso nos hace preguntar: ¿Cómo pasó algo así? ¿Cómo es que jóvenes cuyas casas, institutos de enseñanza, la sociedad en la que crecieron y todos los otros factores de su educación fueron del más alto nivel, y a pesar de ello las consecuencias finales fueron un fracaso?
La Torá nos enseña que no hay una “póliza de seguro” para la educación de la persona. No hay un mejor ejemplo que nuestro patriarca Avraham – que fue el educador de todo el mundo, sobre el que atestigua el versículo “porque Yo lo he conocido a fin de que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden  el camino del Eterno, haciendo rectitud  justicia” (Bereshit 18:19), y no sólo a su casa él educó, sino que en todo lugar donde llegaba proclamaba el nombre de D’s, como dice el Ramba”m: “… de momento que el público se agrupaba y le preguntaban, les hacía conocer a D’s a cada uno según su capacidad, hasta que los hacía tornar al camino auténtico, y de esa forma se le adhirieron miles y decenas de miles. Y esas son las personas que fueron llamadas ‘la casa de Avraham’. Y él implantó en su corazón ese gran principio, y escribió libros y se lo comunicó a Itzjak” (Ramba”m, Hiljot Avoda Zara, Cáp. 1). Y con todo eso, Avraham no logró tener éxito en su propia casa: No tuvo éxito ni con Ishmael - su hijo - ni con Lot – su sobrino, que creció en su hogar.
¿Cuál debe ser nuestra actitud frente al caso de Dina, que tanto dolor produjo? ¿Acaso se trata de un fracaso de la educación de la casa de Iaacov? ¿O todo es culpa de Shjem Ben Jamor? A primera vista, Iaacov cuidó mucho a Dina, como cuenta el midrash: “‘Y levantose aquella noche y tomó… y a sus once hijos’ (Bereshit 32:23). ¿Dónde se encontraba Dina? La puso en una caja, y la cerró. Se dijo: Ese malvado [Esav] tiene mucha codicia, no sea que la vea y me la quite”. Y también está escrito (Pirkei DeRabi Eliezer 38): “La hija de Iaacov se encontraba en las tiendas, y no salía afuera”. Y si tanto cuidó Iaacov a su hija Dina, ¿cómo llegó a ser apresada por la red de Shjem Ben Jamor? Según la interpretación sencilla podemos decir que toda la culpa es de Shjem - que era un malvado, y no era capaz de dominar sus bajas pasiones - y Dina fue una víctima inocente. Pero en otro Midrash (Pirkei DeRabi Eliezer 38) dicen que “cuando Iaacov llegó a su casa, en la Tierra de Knaan, fue mordido por una serpiente. ¿Qué serpiente? Shjem Ben Jamor. La hija de Iaacov se encontraba en las tiendas, y no salía afuera. ¿Qué hizo Shjem Ben Jamor? Trajo muchachas para que se entretengan afuera y toquen panderos. Dina salió a mirar a las muchachas, y él la robó”. Encontramos dos fases: El primer tropiezo fue cuando la muchacha salió a mirar el espectáculo de las muchachas ajenas – como sucede hoy en día con los jóvenes religiosos, que no se transforman de creyentes en herejes de una vez, sino que al principio los padres con su amplio corazón les permiten ir a todo tipo de festivales, como los de Arad o la costa Tzemaj y similares – y ¿qué hará el joven para no pecar? Y después, cuando los padres ya no pueden influir en el hijo, llega “Shjem” y lo roba.
Otra razón, es el ejemplo en la casa que influye en el comportamiento de los niños. Respecto al versículo (Iejezkel 16:44) “he aquí que todo el que habla en refranes te aplicará este refrán, diciendo; como la madre, así es la hija” dijeron en el Midrash (Midrash HaGadol): “El versículo está hablando de nuestra matriarca Lea, y la culpa a ella de la falta de su hija… ya que está escrito: ‘Y salió Lea a su encuentro’… y por ello habla también de la salida de Dina. No está escrito ‘salió Dina, la hija de Iaacov’, sino que ‘salió Dina, la hija de Lea’ (Bereshit 35:1). Como la madre, así también su hija”.
Lo que debemos aprender es que cuando la persona se transforma en padre de familia y padre de hijos, debe prestar atención incluso a sus acciones más sencillas, porque los hijos lo miran todo el tiempo y aprenden de ella. Como vemos en el caso de Dina, cuando una salida de Lea influyó en Dina en forma mucho más severa. ¿Y para qué salió Dina? Dijeron en el Midrash (Tanjuma, Vaishlaj 10): “‘Y salió Dina, la hija de Lea’ – para ver y ser vista”. Una cultura de “ver y ser visto” es ajena al espíritu del judaísmo, y de momento que Dina la adoptó, tropezó. 

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Rav Shlomó Aviner No colmes la tierra de asesinos
Rav Shlomó Aviner
(Reimpresión)

¿Acaso debemos liberar terroristas “sin sangre en las manos” a cambio de nuestros queridos rehenes? Dijeron nuestros sabios: “No se libera rehenes pagando un rescate exagerado, para la corrección del mundo” (Guitin 45A). ¿Por qué? En la Gmará se dan dos razones: A. Porque es una carga demasiado engorrosa para el público. B. Para que no secuestren más y más judíos.
Ambas razones deben ser aclaradas: ¡¿Acaso para salvaguardar el dinero del público no rescataremos una persona que está sufriendo?! Y ¡¿acaso por la probabilidad que en el futuro haya algún peligro nos desentenderemos de un peligro palpable, en el presente?! La respuesta a ambas preguntas es la misma: Según la Torá, realmente debemos rescatar al que está sufriendo ahora, inclusive pagando toda suma que se exija, y no debemos tomar en cuenta el peligro futuro. Pero nuestros sabios instituyeron que no sean rescatados, para la corrección del mundo.
Nuestros sabios toman en cuenta las necesidades del público, y también toman en cuenta el futuro. Ellos miran la realidad desde un punto de vista amplio, toda la situación a lo largo del tiempo. No siempre es posible solucionar todos los problemas de una vez, y es necesario determinar un orden de prioridad – como aprendemos de la “Doctrina de Recursos Limitados”. Por ello, nuestros sabios determinaron en este caso que lo más importante no será el bien del individuo particular, sino que la corrección del mundo.
Por supuesto, en nuestra situación no se está hablando de dinero, sino que liberar terroristas, con el peligro que ellos vuelvan a asesinar. Ya que toda la diferencia entre un terrorista “con sangre en las manos” y un terrorista “sin sangre en las manos” - es arbitraria: Ese terrorista no ha ensuciado sus manos con sangre no por ser una persona delicada o por haberse arrepentido, sino que nuestras fuerzas de defensa, el ejército, la policía y el Servicio de Inteligencia han logrado detenerlo a tiempo. Y gracias a D’s, ellos lograron evitar muchos atentados – pero lamentablemente no todos. Por ello, también en esta situación se está hablando de una carga muy engorrosa para el público, cuando el país se llene de asesinos. Y también hay peligro que haya más secuestros, para liberar a todos los terroristas.
¿Acaso la conclusión cambiará si nuestros cautivos se encuentran en peligro? ¿Acaso cuando los rehenes se encuentran en peligro se los rescata pagando cualquier suma? Los sabios que determinan la halajá discrepan, de acuerdo a las dos razones anteriormente citadas: Si la razón es por tratarse de una carga demasiado engorrosa para el público, puede ser que tratándose de peligro de muerte debemos rescatarlos. Pero si la razón es para que no secuestren más, ¡por el contrario, no debemos doblegarnos y poner en peligro la vida de muchas personas porque una de ellas está en peligro! (ver Pitjei Tshuvá, Shuljan Aruj, Ioreh Dea 252. Y Mahara”m Lublin).
Pero en nuestro caso, ambas razones nos conducen a la misma conclusión: Si nos doblegaremos y aceptaremos sus exigencias, continuarán secuestrando más y más personas, poniendo su vida en peligro para alcanzar su meta. Y será más engorroso para el público inmediatamente, ¡porque el país se llenará de asesinos!
Y no digas: “Confiamos en el ejército, la policía y el Servicio de Inteligencia que lograrán desbaratar todo atentado que intenten hacer los terroristas ‘sin sangre en las manos’ (¡que están sedientos de sangre en sus manos!)”. Porque si bien es cierto que nuestras fuerzas de seguridad se sacrifican y actúan con eficacia, aparte de que esas personas son asesinadas a veces, no siempre logran evitar los atentados. La experiencia demuestra que la gran mayoría de los terroristas que fueron liberados volvieron al círculo del terror. Esta es una corta lista de algunos ejemplos de atentados realizados en los últimos años por terroristas “sin sangre en las manos” que fueron liberados - y se apresuraron a mojar sus manos con sangre:
Penetración y disparo en el puesto militar “África”: 4 soldados muertos.
Atentado en “C-food-market”: 3 muertos.
Penetración y disparo en la Mejina Kdam Tzvait de Atzmona: 7 jóvenes muertos.
Atentado en el hotel “Park” de Natanya: 29 muertos, 155 heridos.
Explosión del ómnibus en el cruce “Meguido”: 17 muertos, 42 heridos.
Atentado suicida en el cruce “Um-El-Fajem”: Un policía muerto.
Explosión de un jeep, al lado de un ómnibus en el cruce “Carcur”: 14 muertos, 42 heridos.
Disparos en Kiriat Arba: 2 muertos.
Atentado suicida en Tzrifin: 8 soldados fueron asesinados.
Atentado suicida al lado del café “Hilel”, Ierushalaim: 7 muertos, muchos heridos.
Disparos en el asentamiento Noghot, en el Sur de Har Jebron: 2 muertos.
Atentado suicida en el café “Cafit”, Ierushalaim: 11 muertos, 30 heridos.

En total: 122 muertos y centenas de heridos – ¡por la liberación de terroristas! Por eso, podemos entender por qué las organizaciones de los heridos en atentados se oponen a la liberación de terroristas: Porque han sentido en carne propia lo que eso significa.
Pero debemos decir la verdad: Todo el tema de liberación de rehenes, habla de una situación de galut (exilio). Pero si tenemos un ejército – todo debe cambiar. Cuando Lot fue apresado, nuestro patriarca Avraham no negoció con los secuestradores, sino que salió a luchar contra los cuatro reyes y lo liberó (Bereshit, Cáp. 14). Cuando el rey de Arad en el Sur secuestró una sola sirvienta de Am Israel (el Pueblo de Israel), nuestro Rav Moshé salió a luchar para liberarla (Bamidvar, 21:1-3). Cuando Amalek secuestró las mujeres de Tziklag, el rey David salió a luchar para liberarlas (Shmuel Alef, Cáp. 36). Así es la regla en la guerra: Uno para todos, y todos para uno. Si bien no es un dicho del Talmud, es cierto. ¡Sin eso, no hay guerra, no hay ejército, no hay estado!
Por todo ello, no debemos doblegarnos por las presiones, debemos fortalecernos con vigor y valentía, y de esa forma también protegeremos a nuestro pueblo.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail:
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