“La verdad
prometida a Iaacov”
Rav Ioram
Eliahu
Al principio de su camino, cuando descubre
que Lavan lo engañó, y a pesar de su promesa
explícita de entregarle a Rajel
por esposa – “mejor es que te la de a ti, y no la de a otro” (Bereshit
29:19) –
por la mañana encuentra que “he aquí que es Lea”
(Bereshit 29:25). Iaacov
consiente con una nueva condición con Lavan, y trabaja para
él “otros siete
años” (Bereshit 29:30) para casarse con Rajel. Rashi allí
explica que “los
otros siete años, fueron como los primeros siete. De la misma
forma que los
primeros fueron con fidelidad, también los segundos, a pesar que
tuvo que
trabajar por engaño” (Rashi, Bereshit 29:30). Cuando una persona
trabaja en un
lugar determinado, le es fácil trabajar con empeño
mientras que su jefe lo
trata con fidelidad y rectitud. Pero cuando ve que su jefe no lo trata
con
rectitud, y sobre todo cuando ve que lo engaña y no le entrega
el sueldo que le
corresponde, la persona tiende a darse a sí mismo permiso para
comportarse en
forma no tan recta, y pensar que incluso es lo correcto que no trabaje
tanto, y
no continúe con la misma rectitud que comenzó a trabajar.
Pero Iaacov nos
enseña que las cuentas de la fidelidad las debemos hacer frente
a D’s y no
frente al jefe, y por ello nunca podrás verte exento del
comportamiento correcto
según los criterios de la halajá.
La fidelidad de Iaacov y su autenticidad se
expresan sobre todo al final de
Y en efecto, en
Cuando el Ramba”m resume las leyes
relativas, “Hiljot Sjirut”, también él lo aprende
de Iaacov y escribe “y
también debe trabajar con todas sus fuerzas, ya que el tzadik
Iaacov
dijo ‘porque con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre’
(Bereshit 31:6).
Y por ello recibió su recompensa incluso en este mundo, como
dice el versículo
‘y prosperó de un modo extraordinario’ (Bereshit 30:43)”.
Aprendemos de ello que el camino hacia una
sociedad correcta pasa por el sendero de la elevada disciplina de
trabajo que
cada uno debe adquirir y poner en práctica en su labor, elevar
la confianza de
los unos en los otros – entre las personas, entre los dueños y
alquilantes,
jefe y empleado y semejantes, hasta que lleguemos al nivel de
autenticidad que
aprendemos de nuestros patriarcas. Y de esa forma seremos realmente
merecedores
de edificar una sociedad de la que podremos enorgullecernos, y ser una
luz para
las naciones.
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Majón Orá
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No le
dispares al oficial
Rav
Shlomó Aviner
Y también nosotros decimos: No le
disparen al oficial – él está haciendo lo mejor que
puede. Él no es culpable de
las tensiones en la nación. Por el contrario, respétalo
mucho por su sacrificio
por la seguridad del estado, y se condescendiente con él en las
pocas ocasiones
en las que hay algún desperfecto. Como ese pianista que
continúa tocando el
piano sin perder la tranquilidad, cuando todos se pelean y se golpean y
se
disparan los unos a los otros, ese oficial se transforma en una
víctima de
todos, es culpable de todos los problemas, y no puede defenderse.
Cuando veo alguien que ofende un
oficial, me duele, siento que me desarmo, que me enloquezco. Si un
oficial le
da una bofetada a un enemigo en medio de una operación militar –
los
izquierdistas lo atacan en la prensa y lo demandan en una corte. Si
hace lo
contrario, entonces los derechistas lo ofenden, lo llaman Nazi, lo
patean, le
tiran clavos y botellas incendiarias. ¿Quizás ambos
bandos están dispuestos a
dejar de dispararle de derecha e izquierda – porque les parece
demasiado
izquierdista o derechista?
¿Quizás tú estás dispuesto de una vez
por todas a decidir si tienes confianza en él o no? Porque para
matarse por la
seguridad, es suficiente bueno: ¡¿Tú te aprovechas
de él, y después lo atacas?!
¡Hasta ese punto eres un ingrato! O en el mejor de los casos, has
perdido tu
equilibrio.
Yo añoro a nuestro Rav, el Rav Tzvi
Iehudá Kuk, que a veces besaba el uniforme de un soldado. Yo
añoro al Netzi”v
(Rav Naftalí Tzví Iehudá Berlín) que
determinó que el que debilita el espíritu
del dirigente de la lucha es considerado “persecutor” de toda la
nación
(comentario a Sheiltot Rav Ajai Gaon 142). Por ello, por favor, no le
dispares
al oficial. Déjalo de lado, y no te aproveches de que no puede
devolverte, y
sufre con amor las tensiones de todas las corrientes.
¡Él se pone en peligro para salvarte, y
tú lo mortificas! ¡Tú no eres una persona, no eres
un judío! Lloré por dentro,
y llamé por teléfono a un oficial que tuvo que soportar
el fuego de un diario,
para consolarlo. Me dijo: “Hacemos cosas tan importantes, que ese tipo
de
fastidios no nos molestarán en la continuación de nuestra
labor”. Quise
consolarlo, pero él me consoló.
“Y a pesar de ello” – él no me lo dice,
pero seguramente lo piensa – “yo soy tan inocente, que me dejo
engañar. Soy
sólo una persona, y vi tantos compañeros que cayeron en
la batalla, uno tras
otro, y lo que me duele, es: ¿Dónde se encuentran todos
los otros, los cientos
y miles, que podrían haber salido a luchar, y se esconden en la
ciudad y
pasean? Yo veo las luces de lejos, y me digo a mí mismo que yo
hago todo lo que
ellos no hacen. Y a veces es más doloroso que la muerte misma.
Qué suerte que
no tengo tiempo para pensar en todas esas cosas”.
Sí. Él marcha con el arma al hombro y
con gran valor, desde la mañana hasta la noche, y desde la noche
hasta la
mañana. Trabaja duro, en todo lugar y en toda condición
climática – y no se ve
en su rostro ni envidia ni avidez. Él trabaja todo el tiempo
para los demás, no
los molesta, sólo rinde su servicio en el ejército para
los otros.
Realmente, Tzaha”l (Ejército de
Defensa de Israel) no necesita ninguna comisión externa de
investigación – todo
el tiempo se investiga a sí mismo, sin descanso.
¡¿Para matarse es bueno, pero
para investigar lo que pasó no?! No me entusiasmé mucho
de la comisión de investigación
después de
No te equivoques, Tzaha”l no es
un lugar donde se organizan paseos: Él está ocupado en la
lucha contra crueles
enemigos que quieren exterminarnos. No te olvides, nos encontramos en
guerra,
ya sea una guerra a alto volumen – llamada Hic – o ya sea a bajo
volumen –
llamada Lic.
De pronto, hay silencio y calma en el
país. ¿Tú te piensas que es por casualidad? No. Es
por mérito de esas personas
que sacrifican sus vidas en el ejército, para toda la
nación. Y llegan personas
que se piensan inteligentes – que no es seguro que todas ellas
estén dispuestas
a sacrificarse por los demás – y los insultan por derecha e
izquierda. Y el
oficial escucha, se ofende, y calla. ¡Déjalo en paz! Los
oficiales ya son nenes
grandes, y saben arreglárselas solas entre ellos, y hablar unos
con otros como
buenos amigos, que se quieren y valoran. No te metas. No te necesitan.
Por el
contrario, tú los necesitas a ellos. Y si no les tienes
confianza, ¿qué haces
en esta tierra?
No te preocupes, el oficial es moral.
No le hace nada malo a ningún inocente. Todo es de acuerdo a los
valores
correctos, de acuerdo a la moral.
Dijo la esposa de un oficial: “No me es
fácil. No sólo que él no se encuentra en casa, que
no lo veo, que los niños no
lo ven, sino que también lo difaman en el diario”. Pero el
oficial se dijo a sí
mismo: “Gracias a D’s, en el ejército tengo amigos. Ellos
realmente son mis
amigos, en los que puedo confiar. Son mis amigos del alma, siempre
están
conmigo, en todo lugar donde voy – mis comandantes, mis camaradas, mis
soldados. Ellos me conocen, sin necesidad de explicarles, ellos son
fieles,
ellos son amigos auténticos, ellos siempre están conmigo,
no temen encontrarse
a mi lado en las dificultades, bajo fuego, cuando se duele, cuando el
enemigo
ataca, cuando los amados nos atacan…”.
Ese es el oficial que no come, no toma
ni duerme. A penas se ocupa de las cosas mundanas. Todos sus
pensamientos están
ligados a Am Israel (el Pueblo de Israel). No tiene tiempo para
sí
mismo. No se tiene a sí mismo.
Y tú, que lo único de lo que te ocupas
es de tus placeres y de tus problemas particulares, tú, que
comes con comodidad
y duermes tranquilamente, y cuando sientes que algo te falta gritas
“¡qué
injusticia!” – ¡no tienes el mínimo respeto por una
persona que se sacrifica
por el destino de su pueblo, que lleva en su corazón los
problemas del pueblo,
que ama a su prójimo como tú amas a tus hijos, que no se
preocupa por su
felicidad particular y su vida particular!
El que vive de esa forma – lleva a D’s
en su corazón.
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