Pesaj de
Egipto, y Pesaj de las generaciones
futuras
En la
actualidad
El milagro de la salida de Egipto fue
repentino, de un salto. La gueulá (Redención)
llegó como un relámpago, después
de cientos de años de oscuridad y esclavitud en Egipto. De una
vez, se reveló
frente a los ojos de Am Israel (el Pueblo de Israel) – y
salvando las
diferencias, frente a los ojos de los egipcios – lo que D's es capaz de
hacer:
Él no está limitado por el lugar o por el tiempo, y
cuando así quiere, nos
redime con celeridad. Tenemos la obligación de contarle a
nuestros hijos ese
milagro, de generación en generación, como dice el
versículo: "Y cuando
entren en la tierra que el Eterno les dará, tal como Él
habló, guardarán esta
labor. Y cuando sus hijos les digan 'qué es esta labor para
ustedes?'. Dirán; 'es
ofrenda de Pesaj para el Eterno, quien pasó sobre las
casas de los Hijos
de Israel en Egipto, cuando abatió a los egipcios, pero
salvó nuestros hogares'"
(Shmot 12:25-27). Y en efecto, en el Pesaj
de Egipto está escrito: "Y así lo comerán, con
sus lomos ceñidos, y
sus zapatos en sus pies y sus bastones en sus manos, con apresuramiento
lo
comerán, es ofrenda de Pesaj al Eterno" (Shmot 12:11).
Comenta
Rashi: "Esta ofrenda es llamada Pesaj, porque D's salteó
[pasaj,
en hebreo. N. del T.] las casas de los israelitas que estaban entre las
casas
de los egipcios. Saltaba de egipcio en egipcio, y el israelita que
estuviese en
medio se salvaba. Y en cuanto a ustedes, hagan toda la labor en aras
del Cielo,
con celeridad".
En la actualidad, si bien
es cierto que el milagro de la salida de Egipto fue repentino
y el sacrificio de Pesaj de Egipto lo comimos con
apresuramiento,
nuestros sabios nos enseñan que el sacrificio de Pesaj
que es ofrendado
a lo largo de las generaciones no es comido con apresuramiento, sino
que con
lentitud (ver Psajim 96A).
También en nuestra generación, la generación
del renacimiento nacional, debemos diferenciar entre una gueulá
que es
semejante al Pesaj de Egipto – una gueulá
milagrosa y apresurada
– y una gueulá natural, paulatina. Como dijo el Rav
Jarla"p:
"Porque en Egipto lo principal fue la liberación del alma, por
ello fue
una gueulá repentina. Pero en el plano material, el
pueblo continuó con
su naturaleza de exilio, sintiendo temor por cualquier dificultad, y en
momentos de crisis quería regresar a la galut (el
exilio), 'designemos
un jefe, y volvamos a Egipto' (Bamidvar 14:4). Pero en la gueulá
futura
– que no tendrá otra galut después – será
redimido también el cuerpo. Y
por ello, llega lentamente, paulatinamente. Y eso en lo que respecta a
la gueulá
del cuerpo nacional, pero en lo que respecta a la gueulá
del alma, ella
será repentina, 'y el Eterno, a quien buscáis,
vendrá en seguida a Su Templo,
mediante el ángel del pacto, en quien os complacéis'
(Malaji 3:1). Porque lo
natural avanza gradualmente, y el milagro llega en forma repentina. Y
cuando
llegue el momento de la gueulá del alma,
comenzará a brillar y
resplandecer la luz de la gueulá del alma
repentinamente... y volverán
los hijos a su Padre en el Cielo, con un arrepentimiento maravilloso, y
un gran
amor, con el deseo de dirigirse en pos de D's y vincularse a
él... también
todos los que están alejados de D's y de Su Torá
escucharán y vendrán a
entregarle una corona real" (MiMaayanei HaIeshuá 21).
Y pronto se cumplirá "y vendrá el
redentor a Tzion, a los que se arrepienten de la trasgresión en
Iaacov, dice el
Eterno. Y en cuanto a Mi, este es Mi pacto con ellos, dice el Eterno,
Mi
espíritu que está en ti y Mis palabras que he puesto en
tu boca, no se
apartarán de tu boca, ni de la boca de tu simiente, ni de la
boca de la
simiente de tu simiente, dice el Eterno, desde ahora y por siempre"
(Ishaya 59:20-21).
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La
pureza de las armas
Rav
Shlomó Aviner (reimpresión)
Pregunta:
Según
Respuesta: Por supuesto que hay
que cuidarse de no derramar sangre. Es cierto que la guerra nos es
impuesta, y
nosotros deseamos la paz, pero eso no quiere decir que la guerra borra
todos
los otros ideales. Sobre todo el valor de la vida humana; toda persona
fue
creada a imagen y semejanza Divina. No salimos a luchar para descargar
impulsos
agresivos, sino que Tzaha"l (el Ejército de Defensa de
Israel) es,
como su nombre lo indica, el Ejército de Defensa de
Israel. La guerra es
para evitar el derramamiento de sangre, y por lo tanto, no se debe
matar en
ella si no es necesario. D’s no lo permita!.
La vida de toda persona
es muy valiosa. “Por eso fue creado el primer hombre solo, para
enseñarnos que
todo el que mata una persona, es como si destruyera un mundo entero, y
todo el
que salva una vida, es como si hubiera salvado un mundo entero” (Talmud
Ierushalmi, Sanhedrin 4:9, pág. 22A). Y por supuesto que no hay
que arriesgar
ni una sola vida, si no es estrictamente necesario. Por eso, la
pregunta de qué
tipo de lucha preferir, es un ejemplo excelente de pureza de armas, que
excluye
la lucha a corta distancia de tiro, en la que pueden morir muchos
soldados. Hay
que evitar que caigan nuestros soldados. Si caen en la lucha sin
necesidad,
cuando podríamos haber obtenido el mismo efecto bélico
sin que hubieran muerto,
entonces nuestras armas no son puras; están manchadas con sangre
de nuestros
hermanos. Por eso dijo David en el comienzo de su lamento por el rey
Shaul:
“Cántico para enseñar a los hijos de Iehudá a usar
el arco” (Shmuel Bet 1:18),
para que no caigan en vano a filo de espada en una lucha cuerpo a
cuerpo. Él no
ve a Am Israel (el Pueblo de Israel) como una fuente de
“material
humano”, sino que “la sangre de ellos será preciosa a sus ojos”
(Tehilim
72:14).
Todo judío nos es muy
preciado, y nuestro corazón se parte por cada uno que es
asesinado por nuestros
enemigos terroristas, que colman nuestra tierra con viudas y
huérfanos; pobre
de nosotros que añadamos también a ellos!.
Hubo en la historia
luchadores aventureros, que arriesgaron su vida buscando peligros y
gloria.
Ellos pensaban: “Cuanto más uno se arriesga, mejor. Matar, o ser
matado”, pero
nosotros no somos así. Por eso, cuando salimos a luchar, tomamos
precauciones,
y vestimos cascos, por ejemplo. El que piensa que sin casco él
demuestra cuan
valiente es, es un tonto. No tiene ningún valor bélico.
El que lucha con su
espada sin temor, es muy valiente, pero si es posible luchar a larga
distancia,
no refleja pureza de armas.
También las vidas de los
enemigos trataremos de cuidar, si es posible, a pesar de que él
viene a
matarnos, y eso nos permite matarlo. De todas formas, no atacaremos al
enemigo
en vano, sin ningún objetivo. Donde está escrito en
“Tus dientes como
manadas de ovejas esquiladas, que suben del lavadero” (Shir HaShirim
4:2).
“Esos son los héroes de Israel, que devoran a los enemigos con
sus dientes”
(Rashi). Los dientes del Estado de Israel, son Tzaha"l - y
están muy
limpios. Los héroes de Israel “toman distancia del robo y de las
abominaciones,
para no ensuciarse con el pecado” (Rashi). No tomes las pertenencias
del
enemigo, tampoco las destruyas, no insultes ni hieras, y por supuesto,
no mates
en vano. Y por supuesto, no arriesgues en vano la vida de nuestros
soldados.
Si hay que elegir entre
la vida de nuestros hermanos o la vida de nuestros enemigos, elegiremos
nuestras vidas. Ellos vienen a luchar contra nosotros, debemos
defendernos, y
no nos arriesgaremos en la defensa. Para eso tenemos franco tiradores,
y si eso
no alcanza, para eso tenemos fuerzas de artillería, y fuerza
aérea.
Quizás tú digas: Hay
allí inocentes?. Si es así, que se retiren. Les
anunciaremos con altoparlantes
que los ciudadanos inocentes pueden retirarse, y los asesinos rendirse:
“Se los
advierte que si quieren abandonar la ciudad, pueden hacerlo” (Sefer
HaJinuj
527). Y el rey Shaul le dijo a los Kenitas: “Idos, retiraos, bajad de
entre los
Amalekitas, no sea que os destruya juntamente con ellos, porque
vosotros
usasteis de benevolencia para con todos los hijos de Israel, cuando
subimos de
Egipto. Retiráronse, pues, los Kenitas de en medio de los
Amalekitas” (Shmuel
Alef 15:6).
También el concepto de
“inocentes”, no siempre es tan claro, como escribió el Principal
Oficial de
Educación de Tzaha"l: “A veces parte de esos ciudadanos
‘inocentes’
en campos de batalla colmados de habitantes, como en Llenin, si bien no
salen a
luchar al frente, son ‘luchadores administrativos’: Recogen
información,
distribuyen municiones, o son fuerzas de distracción. En
semejante situación,
‘se ganaron’ ser heridos por nuestros soldados” (Dvar Lashetaj 11, 12
de Siván
5762). No es su intención que todo árabe es parte de la
“fuerza de apoyo”, sino
que recalcar cierta ambigüedad.
Si un terrorista se
esconde en una casa, es casi seguro que la familia sabe que es un
terrorista.
Ellos lo apoyan, ayudan, y en la cocina hay un almacén de armas.
En nuestro
ejército, un integrante de la “fuerza de apoyo” que cumple su
deber con
aplicación, tiene derecho a recibir el símbolo distintivo
de quien lucha en el
frente. Y en forma semejante, con respecto a los terroristas; quien
apoya al
terror, es un terrorista.
A pesar de eso no
tenemos ningún ideal de matar o herir en vano ciudadanos
inocentes que se
encuentran en el campo de batalla, incluso si es posible que apoyen la
lucha.
Pero si nos vemos obligados por las circunstancias, no hay que olvidar
que se
trata de una lucha contra crueles asesinos, y no de un juego amable.
Cuentan que los Ingleses
y los Franceses se aburrieron de tanto tiempo sin guerra, y organizaron
una
batalla premeditada en Fontenoy, en la que disparaban unos a otros,
cada uno a
su turno, según todas las reglas de la cortesía Francesa
e Inglesa. Nosotros
estamos en una lucha frente a un enemigo cruel y malvado, y no en un
elegante
juego, en el que todo el que renuncia es más alabado. Nuestros
soldados confían
en nosotros, y no traicionaremos su fe, mandándolos a arriesgar
sus vidas
cuando hay otra solución.
Si nuestros soldados
mueren por que nosotros nos compadecemos de quienes tratan de matarnos,
nuestras armas no son puras. Hemos explicado anteriormente: Quienes
vienen a
matarnos, nos dan el derecho de matarlos en defensa propia. A pesar de
eso, por
encima de la medida de la justicia, nosotros les concedemos la
oportunidad de
retirarse, los advertimos previamente, tratamos de herir solo en forma
exacta.
Pero compadecernos - ya es una perversión de la justicia, y
nuestras armas se
manchan con sangre de inocentes: Nuestros soldados.
No destruyan en vano, no
ensucien sin cometido. Sucedió que un soldado me
telefoneó: “Nos encontramos en
la casa de un terrorista. Puedo utilizar la electricidad para recargar
mi
teléfono celular?”. Una pregunta de un tzadik (justo)!.
Le dije que si.
Pero por lo visto, no le era fácil, y dejó dinero sobre
la mesa. No tomes
botín. Y tampoco manches la pureza de las armas con la sangre de
nuestros
soldados. En general, tampoco sermonees tanto sobre la pureza de las
armas del
soldado Israelí. Él es puro con su arma, sin tantos
sermones. Él escuchó en la
entrega de
Por supuesto que no
estamos dando órdenes a Tzaha"l. Él recibe sus
órdenes de Am
Israel. Solo aclaramos entre nosotros, dentro de Am Israel,
y de esa
forma una gran bendición emanará también para
nuestro ejército.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
editorial@alumbrar.org