Beahavá Ubeemuná
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Parashat Mishpatim     27 de Shvat 5766     Shabat Shkalim     No 553


El asno del que odias
Rav Azriel Ariel

Una situación en la que hay odio entre judíos no es nada sencilla. Por un lado, seguramente un judío no odia sin motivo, y por algún incidente importante llegó a odiar a su prójimo - y es posible comprender su actitud. Y por otro lado, nuestra Torá nos indica cómo debemos comportarnos en situaciones semejantes, incluso cuando el odio es justificable - y mucho más cuando no lo es:
"Si vieres caído debajo de su carga el asno del que odias, te negarás a descargarlo?!. Forzosamente, tú lo descargarás juntamente con él!" (Shmot 23:5).
La mitzva es hacer un bien para el que se odia. Por qué?. Él me hirió!. Él cometió un pecado!. Acaso no se nos está exigiendo "ofrecer la otra mejilla", como enseñó aquella otra persona?!.
Podríamos argüir que el versículo se refiere a una situación en la que el odio no es justificable: La Torá le exige al que odia obligarse a sí mismo y ayudar a su prójimo - y de esa forma terminar con el círculo vicioso del odio. Pero nuestros sabios (Psajim 113B) nos enseñan que se trata de una situación en la que el odio es justificable: Cuando has visto un miembro de Am Israel que comete un pecado intencionalmente, no debes justificar de ninguna forma su conducta, y debes cumplir el versículo "el temor del Eterno es aborrecer la maldad" (Mishlei 8:13). Y a pesar de ello, la Torá nos ordenó hacerle un bien al odiado, y la pregunta vuelve a formularse: Si hay una mitzva de odiarlo, cómo puede haber al mismo tiempo una mitzva de hacerle un bien?!.
No tenemos más remedio que llegar a la conclusión que ese odio no es un odio integral, sino que un odio limitado. No tiene por cometido "eliminar" al pecador, sino que es una expresión de nuestro profundo descontento de su conducta. Profundizando más, debemos formular - en base a lo que escuchamos decir al Rav Tzvi Iehudá Kuk zt"l - que
no se trata de un odio causal, sino que de un odio con un objetivo. Y debemos aclararlo:
Un comportamiento indignante del prójimo, origina enojo. La ira, cuando es extrema, conduce al odio. Si le preguntamos a la persona por qué lo odia?, su respuesta será muy sencilla:
Porque él se conduce de tal o cual manera. En esa situación, ese odio tiene una causa - la conducta indignante. Pero si le preguntaremos: Cuál es tu objetivo?. Qué pretendes obtener con tu odio?. En la mayoría de las ocasiones la persona no tendrá ninguna respuesta, sólo se ve impulsado por los tempestuosos sentimientos de su irritación. La Torá nos dirige en otro sentido. No debemos odiar "porque", sino que "para que": Para que esa persona no influya negativamente sobre mí o sobre otros, para que él corrija su conducta, etc. Y si el objetivo del odio es correctivo - para mí o para el prójimo - deberá ser focalizado cuidadosamente para lograr su propósito, y no generar indeseables efectos secundarios. No puede emanar de un sentimiento de abominación integral, porque entonces no podrá influir para bien sobre el pecador y sus compañeros. Debe ser una aguda expresión de deslegitimación de su conducta - pero debe ser acompañado de un profundo amor por la personalidad del prójimo. En situación semejante, la persona no se deja llevar por la realidad, sino que él la controla de acuerdo a su camino y a la luz de los valores con los que se ve comprometido y las metas derivadas de ellos a las que aspira.
Es por ello que fue elegido justamente el "Pequeño Shmuel" para formular la "bendición de los minim" [la doceava bendición del rezo Shmoná Ezré. N. del T.] (Brajot 28B). Formularla en base a un odio total, que permite descargar las frustraciones personales - no es gran cosa: Eso, cualquiera puede hacerlo. Pero formular una bendición que apunta al corregimiento de la realidad, elevándose por encima de todas las heridas personales - eso, sólo podía hacerlo el "Pequeño Shmuel", que acostumbraba a decir: "Cuando tu enemigo cae, no te alegres" (Mishlei 24:17).
Y este es el lugar adecuado para agregar otra idea, en base a lo que decía el Rav Tzvi Iehudá Kuk zt"l respecto al versículo de nuestra Parashá. "Si vieres caído debajo de su carga el asno del que odias" - se está hablando de quien se encuentra con una situación en que las tendencias
materiales [simbolizadas por el asno: En hebreo, jamor = asno, y jomriut = materialismo. N. del T.] - la búsqueda de la satisfacción de los placeres materiales - degrada a Am Israel a un nivel en el que se rinde a su aspecto negativo, y se comporta con maldad. El problema más serio, es cuando el Tzibur (público) se transforma en Robetz (cae bajo la carga). Tzibur - que está compuesto por las siglas de las palabras tzadikim (justos), beinonim (medianos) y reshaim (malvados) - no es una situación fácil, pero es la situación normal, cuando los tzadikim se encuentran en la cabeza, unidos con las demás partes del público. Pero cuando los malvados son los cabecillas y los dirigentes - y entonces las siglas se invierten y obtenemos la palabra Robetz - es una situación insoportable, en la que hay un fuerte deseo de "escaparse" y "desconectarse" de ella. Entonces, nos dice la Torá: "Te negarás a descargarlo?!" - acaso siquiera pensarás en abandonarlo, D's no lo permita?!. De ninguna forma!. "Forzosamente, tú lo descargarás juntamente con él!". Es recalcado "con él", junto con todo Clal Israel (la totalidad genérica de Am Israel). "Con él estaré Yo en su angustia" (Tehilim 91:15). Es más: "Con él", quiere decir como decimos "a pesar de todo, lo esperaré todo día que llegue", con todas las complicaciones y con todas las dificultades, este es nuestro pueblo. No se trata de ninguna renuncia como principio en sí. No se puede justificar ninguna acción malvada o injusta. No se debe renunciar a ningún detalle o punto.
"No hay ninguna posibilidad de escape. Este es nuestro estado… no renunciaremos, no escaparemos ni abandonaremos. Estamos juntos, con Clal Israel. A pesar de todas las complicaciones… pertenecemos a Clal Israel. Debemos exigir enérgicamente, pero por dentro… nosotros sufriremos un poco, los demás también sufrirán un poco, y con el tiempo se llegará al orden correcto… no se trata de concesiones o renuncias, sino que lentamente encontraremos alguna fórmula de comprensión mutua, en base al amor, la hermandad, el shalom y la fraternidad" (Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Itro, Sidra Bet).

Midreshet Orá

Majón Meir se dispone a abrir una Midrashá (centro de estudio de Torá) para muchachas de habla hispana y portugués en Ierushalaim. Las interesadas en recibir más detalles son invitadas a llamarnos o escribirnos:
Gueula Najman
Cel: 052-4621830
E-mail: tgueu@hotmail.com , editorial@alumbrar.org


Rav Shlomó Aviner Rabí Black
Rav Shlomó Aviner

(Traducción de una canción de EE.UU.)
 

Él andaba en silencio, montado en su caballo
era alto y delgado.
A primera vista, él parecía ser
cruel y duro
pero si lo mirabas a sus ojos
podrías ver que te equivocabas.
Él era un gigante entre los gigantes
y quiero que sepan
que él impartía musar (cultivo de las virtudes) ardiente en el hielo congelante.
Llevaba con él un jumash en el bolso a su lado
y la gente lo llamaba con sencillez
Rabí Black.
Era un pobre mísero
pero… se lo sentía como un rey.
Y a veces, por la noche, podía escucharlo cantar:
"Guarda tu lengua de hablar el mal,
y tus labios de hablar engañosamente.
Apártate del mal, y obra el bien
busca la paz y persíguela" (Tehilim 34:14)

Si alguna vez pensé
que esa persona vestida de negro era débil
falto de valor, incapaz de devolver ofensas
dejé de lado ese pensamiento
ese día en que un atrevido
entró al Beit Kneset (Sinagoga)
pero no para rezar.
Pateó la puerta de entrada
e insultó a todos, a diestra y siniestra
y cuando se hizo silencio
se dirigió al Rav
le escupió en la cara
y lo golpeó como si fuese una mula.
En situación semejante, yo creo que se necesita ser realmente tonto
para mirarlo a los ojos
sin devolverle los oprobios
pero fue justamente eso lo que hizo
el anciano Rabí Black.
Permaneció incólume como una roca
por encima de todo hombre
y también se contuvo cuando ese atrevido
lo volvió a golpear
pero lo taló
como si fuese un gran árbol antiguo
cuando le dijo con una increíble voz suave:
"Guarda tu lengua de hablar el mal,
y tus labios de hablar engañosamente.
Apártate del mal, y obra el bien
busca la paz y persíguela" (Tehilim 34:14)
 

Pasaron muchos años
desde que nos vimos obligados a separarnos
pero yo creo
que aprendí de memoria sus caminos
todavía escucho en mis oídos
la voz tronante de sus disertaciones
que todavía resuena en el mismo valle
donde acostumbraba a cantar.
Es de esa forma que continué tras él
y no me arrepiento de ello
y espero que siempre
actúe en honor de su memoria
porque quiero que entiendan
que ese anciano Rabí Black
fue como mi padre
del que aprendí:
"Guarda tu lengua de hablar el mal,
y tus labios de hablar engañosamente.
Apártate del mal, y obra el bien
busca la paz y persíguela" (Tehilim 34:14)

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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