Parashat Itró
19 de Shvat
5765 No
497
"Un reino
de sacerdotes y una nación
santa"
Rav
Azriel Ariel
Aún antes de ser
entregada
"Y de esa forma serán un pueblo singular, porque seréis
'un reino
de sacerdotes', para explicar y enseñar a toda la humanidad a
declamar el
Nombre de D's y rendirle culto juntos, como fue dicho: 'Y vosotros
seréis
llamados sacerdotes de D's' (Ishaya 61:6). Y como fue dicho: 'Porque de
Tzión
saldrá
El mundo es capaz de soportar nuestra existencia como particulares que
rinden culto a D's. Durante los muchos años de nuestra galut
(exilio) el
mundo se contentó - ya sea el mundo cristiano como
musulmán - en mantenernos
como un grupo humillado de judíos-individuales que profesan una
religión ajena,
que vive subyugado bajo su gobierno y depende de su misericordia. Pero
le es
difícil reconocer que somos un pueblo y un reino que lleva
grabado el Nombre de
D's en su existencia nacional, y por demás tiene una meta
universal.
Según la tradición de nuestros sabios que nos llega a
través de Rabí
Akiva (Shabat 87A), esa expresión - "y ustedes Me seréis
un reino de
sacerdotes y una nación santa" - le fue dicha a Am Israel el
día
Lunes de la semana. Ese es el día en el que fueron separadas las
aguas
superiores de las aguas inferiores en la creación del mundo. Ese
es el día en
que fueron creados la divergencia y el odio. Ese es el día en
que fue creado
también el gueinom (infierno). Las leyes de la
misión y el destino
descendieron unidas al mundo. "Har Sinai" (Monte de Sinai)
- en el que recibimos las leyes de nuestra misión, es el lugar
en el que
recibimos el destino nacional - ser un pueblo que sufre del odio por
parte de
las naciones del mundo. Ese monte así se llama porque
"allí descendió el
odio de las naciones [en hebreo, odio es siná. N. del
T.]" (Shabat
89A). El día en que recibimos nuestra misión, nos fue
dictaminado ser un pueblo
luchador, que se encuentra en un conflicto eterno con el mundo, no
sólo por
intereses y problemas particulares, sino que por su existencia en
sí. Por ello,
no tuvieron éxito todos los intentos de hacer desaparecer el
antisemitismo del
mundo. Y también los que pensaron que el día en que
seamos un "pueblo
normal" que habita en su tierra "como todos los pueblos" y viva
su vida según las normas acostumbradas en Europa y EE.UU.,
desaparecerá el
antisemitismo del mundo - descubrieron para su sorpresa que a lo sumo
lograron
convertir el "antisemitismo" en "antisionismo", pero no lo
hicieron desaparecer del mundo.
Podemos ponernos a llorar por nuestro amargo destino, porque estamos
destinados a sufrir el odio de los demás pueblos, que constituye
un problema
insoluble. Pero también podemos verlo como un reto. Si durante
los miles de
años de la historia sufrimos por nuestro judaísmo, eso es
una señal del
profundo significado que se esconde en él. Si ya hace más
de cien años nuestra
sangre es vertida por nuestra tierra y nuestro estado - y
después de todos los
intentos de terminar con esa contienda aún no vemos su final -
es una señal que
un importante papel les depara el futuro: "Así dice el D's, el
Eterno, el
que creó los cielos y los extendió, el que
extendió la tierra con todo cuanto
hay en ella, el que dio aliento a la gente que sobre ella vive, y
espíritu a los
que caminan por ella; Yo, el Eterno, te he llamado en justicia, y
tendré asida
tu mano, y te guardaré y te pondré como el pueblo de Mi
pacto, por luz de las
naciones" (Ishaya 42:5-6). El episodio de Har Sinai nos
exhibió el
significado de nuestra existencia, la razón del sufrimiento
continuo a través
de todas las generaciones. Debemos ser "una nación santa" - para
con
D's, nuestro Señor, y de esa forma - también un "reino de
sacerdotes"
para con toda la humanidad.
Esa elevada visión - es comunitaria y nacional, pero
también desciende
hasta la profundidad del nivel del particular. No alcanza con ser una
"nación santa" a nivel público, abandonando la vida del
particular en
manos de la impureza y la maldad. El reinado, la estatificación,
está compuesta
por ciudadanos particulares, que cada uno es exigido permanecer en un
nivel
moral y espiritual alto semejante al Cohen (sacerdote) en su
nivel
particular, cuando la unión de todos en una alianza única
los transforma en un
"reino de sacerdotes". Sólo de esa forma se puede formar una
"nación santa".
Eso no sólo señala la misión y la meta a las que
aspiramos, sino que
también el destino nacional. En relación a esa afinidad
habla Baal HaTurim,
cuando acota que la palabra "reino" figura en todo el Tanaj (
Que sea la voluntad del Eterno que seamos prontos meritorios de ver
nuestro estado, el Estado de Israel, actuando de acuerdo a su gran
misión, ser
"un reino de sacerdotes y una nación santa".
El
movimiento de enlace
Rav
Shlomó Aviner
Ese es nuestro movimiento, el
movimiento de enlace, un movimiento
antiguo y nuevo. Cuantas más personas se enrolen en él,
tanta más bendición
procurará y será capaz de producir cambios.
Pero hay condiciones para adherirse a nuestro movimiento: Debes estar
colmado de fe en Am Israel, estar colmado de amor por Am
Israel,
y no de desaliento, D's no lo permita, ni tampoco estar encerrado en ti
mismo.
Ya hace mucho tiempo que tendríamos que haber fundado ese
movimiento,
pero temíamos. En vano temimos, ya que todos esperábamos
ese movimiento, lo
anhelábamos. No sólo nos vinculamos con Gush Katif
(los asentamientos
judíos de
El movimiento de enlace marcha por la carretera que elude los medios de
prensa, la política, las manifestaciones, las protestas
hirientes, las
expresiones amenazantes, como
"si-me-será-malo-también-lo-será-para-ti”,
elude el "contra" - ya que conectarse es estar "a favor", a
favor de la unión de la nación por encima de todo.
Conectarse es estar en contra
de "vencedores y vencidos", pero es estar a favor de que
todos seamos vencedores y nadie sea vencido, estar a favor de ir de
puerta en
puerta, de corazón en corazón.
Si quieres adherirte a nuestro movimiento, la condición es que
brindes
parte de tu tiempo y estés dispuesto a encontrarte con otras
personas.
Si es así, toma a un amigo, o a tu esposa, y golpea en la puerta
de tu
vecino (quizás también la puerta del vecino de ya hace
veinte años, que aún no
conoces), y dile con una sonrisa: "Hola, somos del Movimiento de
Enlace.
Estamos en una etapa de crisis, de búsqueda, y la
política se encuentra en un
callejón sin salida. Pensamos que lo mejor para hacer, es
unirnos. Hemos venido
a escuchar y hablar. Quizás sólo a escuchar, o
sólo a hablar, o quizás ambos al
mismo tiempo".
Lleva en tu alforja un poco de combustible para la vida que puedas
ofrecer: Fe, amor, valor, autenticidad y humildad - para dar,
también para
recibir. Sobre todo humildad, ya que no lo sabemos todo.
En nuestro movimiento, acostumbramos a decir que estamos muy contentos
de estar juntos en nuestra tierra, estamos contentos que tenemos un
país y un
ejército. Estamos contentos de lo que tenemos, y de esa forma
también aspiramos
a mucho más: Que el trabajo sea respetado, y no sea entregado a
extraños. Que
se anhele poseer nuestra tierra, y no se entregue parte de ella a
extraños. Que
sea un honor ser soldado, y ser un soldado en una unidad combatiente
más aún.
Aspiramos a una buena educación, con el corazón, con fe,
con buenas virtudes. Que
las resoluciones de los jurados sean naturales, correctas y
auténticas. Que la
juventud sea derecha y buena, sin violencia, alcohol,
prostitución ni drogas.
Que haya seguridad en nuestra tierra, sin rendirse al terrorismo. Que
la
televisión sea limpia y el arte delicado. Que las familias sean
felices, sin
mujeres maltratadas o humilladas, matrimonios según la halajá,
recatados
y fieles. Familias numerosas. Respeto por el shabat, y no
entretenimiento, compras y esclavización de los empleados. Una
política de
asistencia social amplia, gracias a la que la opresión
económica de nuestros
hermanos desaparezca.
Tantos anhelos!. Cómo lo lograremos?!. Y la respuesta: Todos juntos
lo
lograremos. Para ello, conversaremos, nos uniremos, lejos de los
proyectores de
la prensa.
Esa es la regla, "busco a mis hermanos". Nos encontraremos, no
para obtener algo, sino que para encontrarnos, porque somos hermanos, y
de esa
forma lograremos alcanzarlo todo.
Departamento
ibero-americano
Majón Meir
abrió sus
puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y
portugués, y te invita
a tener esta experiencia única de estudiar Torá en
su ambiente tan
especial en la ciudad de Ierushalaim.
El
programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está
destinado para jóvenes
de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad
judía por medio
del estudio de
Para más
información los
invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del
Departamento ibero-americano
Rav Rafael
Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
E-mail: espanol@machonmeir.org.il,
editorial@alumbrar.org