Parashat Vaigash 4
de
Tevet 5785 No 1491
Dirigirse
a Egipto
Rav
Jagai Londin
La frase
que comienza nuestra Parashá
es “y se dirigió a él Iehudá” (Bereshit 48:18). Y
más tarde, encontramos otra
vez que Iehudá se dirige: Cuando Iaacov y sus hijos descienden a
Egipto, Iehudá
es enviado a Goshen antes que todos, y según el Midrash
es “para
edificar allí un Beit Midrash (centro de estudio de la Torá)”.
En
contraste con Iosef, que expresa la
potencia material en Am Israel (el Pueblo de Israel), “el
proveedor de
toda la gente de la tierra” (Bereshit 42:6),
del que surge Meshiaj Ben Iosef (el salvador de la descendencia
de
Iosef) – que se encarga de edificar el nivel físico del retorno
a Tzion –
Iehudá es la fuerza que expresa en Am Israel el plano
espiritual, del
que surgirá Meshiaj Ben David (el salvador de la
descendencia de David),
que edifica el nivel del Kodesh (lo santo) sobre el nivel
físico.
En la Parashá
aprendemos que para
edificar la Casa de Israel es necesario permitirle a la fuerza
espiritual
dirigirse y ser la primera. Para que la nación de Israel sea
construida, es
necesario edificar un Beit Midrash, y solo después
edificar el
asentamiento. También el descenso mismo a Egipto para
cristalizar el aspecto
nacional de la familia de Iaacov expresa que la nación se forma
justamente
fuera de la Tierra de Israel, sin dependencia de los aspectos
materiales.
Cuando eso es comprendido, se puede entrar a Eretz Israel (la
Tierra de
Israel) y plasmar la meta plena de la nación – un reinado de
sacerdotes y un
pueblo santo. El mundo espiritual que se expresa dentro del aspecto
material.
La Casa de Iosef y la Casa de Iehudá reunidas.
Un
joven en crisis
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: Estoy en
contacto con un joven soltero, con problemas anímicos, y
llegué a la conclusión que necesita asesoramiento
psicológico. Pero él se
opone. Siente que no vale nada, que no logra superar sus malas
tendencias, y a
pesar de que sabe que eso no es bueno, continua con ello. Se ve a
sí mismo con
abominación, no tiene autoestima, se pregunta cuándo y si
siquiera será
merecedor de felicidad. Se lamenta que tambalea entre distintas
situaciones,
deseo de superarse y caída nuevamente al mismo lugar. Se niega a
recibir ayuda,
arguyendo que una persona ajena no puede entenderlo realmente y
ayudarle, y
será un desperdicio de tiempo. Incluso no niega que tuvo
pensamientos suicidas,
y hay días en que lucha por desear vivir, pero los hechos le
demuestran que
cuando le hace frente al dolor con sus propias fuerzas, logra
superarlo. Me
agradece por mi ayuda, pero dice: Nadie podrá ayudarme, salvo yo
mismo. Cada
vez que compartí mis sentimientos y me dirigí a recibir
ayuda, nuevamente caí.
En resumen, él continúa luchando hasta que llegue al
éxito, pero piensa que eso
será a través del autocontrol y su elección.
Respuesta:
1. Muy
bien por el muchacho. Es un valiente. No desespera. Es un
luchador. También cuando cae, se levanta nuevamente. Por lo
visto lo espera un
gran futuro. Justamente de la oscuridad saldrá un gran
resplandor.
2.
También el que lucha con valentía necesita ayuda, como un
soldado que necesita arma, estrategia, comandante. De esa forma el
muchacho
vencerá más rápido y mejor, con ayuda. Son mejores
dos que uno. Porque si uno
cae, su compañero lo levantará. No se debe tener
vergüenza por ello, así creó
D’s al mundo. Ya el Primer Hombre recibió una ayuda – su
cónyuge. Hoy tú me
ayudas, mañana yo te ayudaré.
3. El que
ayuda puede ser un Rav, un amigo, un psicólogo – el que
más puede ayudar. No todo Rav es apto, hazte un Rav que te sea
afín. No todo
amigo ayuda, hay un amigo bueno y un amigo menos bueno. No todo
psicólogo
ayuda. También los mejores psicólogos no tienen
éxito en todos los casos. Y por
los casos que tuvo éxito, le corresponde llegar al Gan Eden.
Ese joven
debe empecinarse en encontrar quién le ayude.
Fortalécete
y vigorízate.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los
lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno
debe aconsejarse
con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los
detalles de las
numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no
limitarse a lo
escrito en esta sección.
Encendido
de las velas
Condicionado
del recibimiento del Shabat
En
ciertas circunstancias no se recibe el Shabat con el encendido
de las
velas: Si se hace una condición, o si un hombre enciende las
velas de Shabat.
Si
es necesario, la mujer puede hace una condición y decir en forma
explícita que
no recibirá el Shabat con el encendido de las velas[1],
y
cuando hace esa condición ella tiene permitido continuar
haciendo Melajot
que están prohibidas en Shabat también
después de haber encendido las
velas [hasta que reciba el Shabat en forma explícita, o
si llega el
momento en que Shabat comienza de por sí]. E incluso si
no formuló una
condición en forma explícita, sólo pensó
que no recibirá el Shabat ahora
con el encendido de las velas, alcanza con ello, y luego del encendido
de las
velas todavía tiene permitido hacer Melajot[2].
Un
hombre que enciende
Cuando
un hombre enciende las velas de Shabat, incluso si recita la
bendición
correspondiente, se acostumbra que no recibe el Shabat de esa
forma, y
por ello tiene permitido hacer Melajot también
después del encendido. Y
de todas formas, es bueno que haga una condición
explícita que no recibirá el Shabat
con el encendido de las velas[3].
[1](Shuljan Aruj 263 inciso 10). En el Shuljan Aruj es
citada una
controversia en cuanto a la mujer que hace una condición antes
del encendido de
las velas que no recibirá el Shabat, si esa condición
tiene vigor o no. Y
escribieron los sabios que determinan la halajá que de momento
que hay
diferencias de opinión al respecto, no se debe hacer algo
así salvo si es
necesario (allí, Mishná Brurá inciso 44, citando a
Maguen Avraham).
La mujer que acostumbra a bendecir “sheejeianu” en
vísperas de Iom Kipur o Iom Tov cuando enciende las velas no
puede condicionar
que no recibirá la kdushá del día con el encendido
de las velas (Shu”t Zejer
Simja inciso 44. Kaf HaJaim 514 inciso 112).
[2](Allí, inciso 10, Ram”a). Y en cuanto a
cuándo debe bendecir, véase
más adelante.
[3](Allí, Mishná Brurá inciso 42).