Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Shoftim     2 de Elul 5783     1422 


Rav Dov Bigún

El pastor de la generación
En la actualidad

 

"Jueces y policías deberás asignar para ti en todas tus ciudades que el Eterno, tu D's, te concede a ti para tus tribus, y deberán juzgar al pueblo juicio de equidad" (Dvarim 16:18). Comenta Rashi: "'Y deberán juzgar al pueblo juicio de equidad' – deberás asignar jueces expertos y tzadikim (justos) para que juzguen con equidad". No alcanza con que el juez sea experto, debe ser tzadik – es decir, una persona temerosa de D's que se dirige por Sus caminos y Su Torá. Y eso está relacionado con nuestra capacidad de permanecer asentados en la tierra de nuestra vida, como dice el versículo "Equidad, en pos de la equidad irás, para que hayas de vivir y puedas poseer la tierra que el Eterno, tu D's, te dará a ti" (Dvarim 16:20) y como comenta Rashi, que "es meritorio el nombramiento de jueces correctos para que Israel sea merecedor de vivir y se asiente en su tierra".

No sólo el sistema judicial correcto es necesario para la protección de la nación como corresponde en su tierra, sino que también la dirección política debe ser de acuerdo con nuestra Torá kdoshá (santa) y según un rey temeroso de D's, como dice el versículo "y será que al asentarse él sobre el trono de su reino, deberá escribirse la repetición de la Torá sobre pergamino ante los Cohanim (sacerdotes) de la tribu de Leví. Y ella estará con él, y leerá de ella todos los días de su vida, para que aprenda a venerar al Eterno, su D's, para cuidar todas las palabras de esta Torá y estas leyes para cumplirlas" (Dvarim 17:18-19). Y como comenta Rashi – "si así hizo, es merecedor que su reinado se continúe".

En la actualidad, bienaventurados somos que nuestra generación fue merecedora de edificar un estado en la tierra de nuestras vidas. Pero todavía hay mucho que corregir en nuestro amado país. Entre otras cosas, los dos sistemas que tienen la mayor influencia sobre el estado espiritual y moral de la nación: El sistema educativo y el sistema judicial. El sistema educativo debe apuntalar una generación recta, educar los niños a ser personas rectas, buenas, entregadas y responsables, fieles a su pueblo y su tierra, y acercar todos los niños de Am Israel (el Pueblo de Israel) a la tradición judía con amor y fe.  Y de esa forma generar un cambio espiritual y moral en la sociedad y en la nación. Y el sistema judicial debe comportarse según el espíritu de nuestra Torá kdoshá y según sus pautas, lo que hará que la nación le tenga confianza y se cumplirá "Tzion será redimida con justicia, y los que se vuelven en ella con equidad" (Ishaya 1:27).

El Rav Kuk zt"l, el vidente y el pastor fiel de nuestra generación y las generaciones futuras, que el 3 de Elul se cumplirán 88 años de su defunción, vaticinó la crisis espiritual y moral que sobrevendrá en nuestra generación, y también vaticinó el cambio y revolución que habrá en la nación a través del regreso al judaísmo, como escribió: "Nuestra nación se edificará y se perfeccionará, volverá a su vigor con todos los sistemas de vida cuando su fe, su temor a D's - es decir, el contenido elevado santo y Divino de ella - se difundirá, se reforzará, se perfeccionará y se fortalecerá. Todos los que construyen la nación comprenderán la profunda autenticidad de ese punto. Y entonces con voz plena de valentía y vigor declararán respecto a ellos y respecto a su pueblo en alta voz: Volvamos a D's... y un pueblo creado se levantará, un gran e imponente pueblo, con el resplandor Divino iluminándolo... como un león se levantará y como un cachorro de león se elevará" (Orot HaTshuva 19:11). Y en nuestra generación vemos con nuestros propios ojos el principio de ese cambio anhelado, del retorno al judaísmo en todas las capas de la sociedad israelí. Y de esa forma seremos merecedores que también los sistemas nacionales se comportarán según la tradición judía, como preparación para la llegada de nuestro Meshiaj (Mesías), pronto en nuestros días.

Anhelando la salvación plena
Dov Bigún


Rav Shlomó Aviner

Neshama

Rav Shlomó Aviner

Thomas Hobbes era partidario de la teoría mecanicista, y arguyó que la Neshama (el alma) no existe, sino que es parte de la realidad material de la persona. En forma similar hoy en día opinan los investigadores del cerebro que ligan los fenómenos mentales con fenómenos neurólogos – lo que por supuesto anula el principio de libertad de la voluntad, el libre albedrío.
Se trata de un error lógico. Porque las ciencias que investigan el cerebro, sobre todo el aspecto consciente, aceptan la premisa ontológica del fisicalismo. En palabras sencillas: Sólo los fenómenos que pueden ser investigados físicamente existen. Por ello explican los fenómenos espirituales según procesos físicos en el cerebro. Por supuesto que según esa premisa reduccionista, la Neshama no existe.
Pero nosotros decimos “no vi, no es argumento válido”, y lo que escapa al conocimiento físico no necesariamente no existe, es decir, puede que exista.
Para comprender qué es Neshama, hay que diferenciar entre Nefesh, Ruaj y Neshama. Nefesh es el aspecto psico-fisio-biológico de la persona, que en cierta medida es común también con los animales, ya que ambos son llamados por la ToráNefesh Jaia”. La psicología y el psicoanalismo en sus variedades se ocupan de esa Nefesh.
Por encima de la Nefesh se encuentra el Ruaj, que es el aspecto moral-de valores- espiritual de la persona, que no existe en el animal, y esta ligado con el Nefesh, y de esa forma con el cuerpo, y realmente influyen en ella, pero no determinan para ella, lo que cuida de la libertad de la voluntad.
Y por encima, la Neshama, que es un destello Divino, “y sopló en sus narices Nishmat Jaim” (Bereshit 2:7). La Neshama Divina, absoluta, eterna, no es influida por ningún elemento, “la Neshama que me has dado es pura”.
En cuanto a cómo puede ser que haya una interacción entre la Neshama que no es física con el mundo físico corporal de la persona, esa es una vieja cuestión, y ya fue preguntada por Renee Decart y también los filósofos griegos antiguos, no necesariamente en cuanto a la Neshama o el Ruaj sino que en cuanto a la Nefesh en su sentido psicológico, y es llamado “el problema mente-cuerpo”. Muchos se ocuparon de ello, y no encontraron solución adecuada, y según el profesor Leibobitz – que lo llamó “el problema psicofísico”, no tiene solución.
Ya el Ramba”n habló de ello, y es mencionado en el Shuljan Aruj en cuanto a la bendición “Asher Iatzar”. El Ram”a explica la expresión “hace maravillas”: “Hace maravillas cuando cuida el Ruaj de la persona en su interior, y vincula algo espiritual con algo material” (Shuljan Aruj, Orej Jaim 6:1, acotación. Y véase LeNetivot Israel Bet 119).
De todas formas, de momento que las ciencias del cerebro parten de la base que sólo lo físico existe, por supuesto que hay aquí un error lógico, según el cual la Neshama no existe.


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.

Melaja de un niño pequeño

Darle algo prohibido a un niño pequeño

En nuestra Torá kdoshá está escrito[1]: “No podrán comerlos, pues abominación son”. Y nuestros sabios recibieron por tradición que la interpretación de “no podrás comerlos” es que no podrás darle de comer de ellos a niños pequeños, por lo que es una prohibición a los mayores de alimentar a los pequeños alimentos prohibidos[2].

También darle de comer a un bebe recién nacido que no entiende nada está incluido en esa prohibición, y toda persona tiene prohibido darle de comer alimentos prohibidos, a pesar de que fue aclarado anteriormente que un niño pequeño que aún no ha llegado a la edad de la educación – no entiende qué es prohibido y qué es permitido – su padre no tiene obligación de enseñarle y evitarle trasgredir prohibiciones. Eso es cierto cuando el niño pequeño comete una trasgresión de por sí mismo, pero proporcionarle algo prohibido para que lo haga es una prohibición de la Torá escrita, para su padre o cualquier otra persona[3].

Esa prohibición es apodada por los poskim (sabios que determinan la halajá) “Sfia LeKatan” – darle algo prohibido a un niño pequeño.

Otras prohibiciones de la Torá

Nuestros sabios aprendieron de los versículos que la prohibición de Sfia LeKatan no se refiere sólo a alimentos prohibidos, sino que a toda prohibición de la Torá escrita. Por lo tanto, toda persona tiene prohibido ordenarle a un niño o niña pequeños cometer alguna trasgresión de la Torá escrita, incluso si son muy pequeños y no entienden, porque tratándose de cualquier prohibición de la Torá escrita el mayor tiene prohibido ordenarle a un pequeño hacerlo[4].

Por lo tanto, toda persona tiene prohibido ordenarle a un niño pequeño encender o apagar la luz en Shabat, o realizar toda otra Melaja prohibida, incluso si se trata de un niño pequeño de uno o dos años, que no comprende.

Prohibiciones de nuestros sabios

También acciones que están prohibidas en Shabat según nuestros sabios está prohibido decirle a un niño pequeño que las haga. Por lo tanto, si en algún lugar está prohibido según nuestros sabios cargar, está prohibido darle a un niño pequeño algún objeto para que él lo cargue allí[5].



[1](Vaikra 11:42).
[2](Iebamot 114A. Shuljan Aruj, Orej Jaim 343 inciso 1. Mishná Brurá inciso 4. Kaf HaJaim inciso 19).
[3](Allí, Mishná Brurá).
[4]Mishná Brurá (allí), y así dice: “Y esa es una prohibición de la Torá escrita, y se aprende del versículo que dice ‘no podrás comerlos’ que está de más. Y nuestros sabios recibieron por tradición que quiere decir que no podrás dárselos de comer a los pequeños. Y también cuando se habla de la sangre está escrito ‘toda persona de ustedes no comerá la sangre’, y nuestros sabios recibieron por tradición que quiere decir que no le darás de comer a los pequeños. Y también en cuanto a la impureza de los Cohanim está escrito ‘diles y les dirás’, y nuestros sabios explicaron diles a los mayores que les digan a los pequeños. Y de esas tres mitzvot aprendemos respecto a todas las prohibiciones de la Torá que está prohibido darles de comer u ordenarles trasgredir”.
[5](Allí, Shuljan Aruj).