Parashat
Vaishlaj 16 de Kislev
5783 1387
Llegó
integro
Rav
Ioram Eliahu
“Iaacov
llegó integro” (Bereshit 33:18). Nos
enseñan nuestros sabios: “Dijo Rav, integro en su cuerpo,
integro en su riqueza,
integro en su Torá” (Shabat 33B). Explica el Rav Kuk
zt”l en su
comentario “Ein Aya” que la plenitud del cuerpo genera la
necesidad de
la plenitud de la riqueza, y lo acostumbrado en el mundo es que toda
plenitud
que alcanza la persona y deriva de ella otra plenitud, la segunda se
convierte
en algo de por sí, y llega a desplazar el límite de la
primera. Así también en
este caso, la plenitud del cuerpo genera la necesidad de la plenitud de
la
riqueza, pero la necesidad del dinero se convierte en algo de por
sí, hasta el
punto que no sólo que el dinero ayuda a ensanchar y fortalecer
el cuerpo, sino
que la preocupación por alcanzar la plenitud de la riqueza
daña al cuerpo y lo
enferma. Es como si ambas plenitudes se transformasen en enemigas.
Explica el
Rav que “el cuerpo y la
riqueza, ambos son una buena base para la virtud espiritual, que es el
pedestal
de la Torá”. Cuando la persona comprende la necesidad de
fortalecer el
cuerpo, y también que debe consagrar parte de su riqueza para
todas las
necesidades de la vida, que acarrean la plenitud de la persona y su
salud,
entonces puede ocuparse de la plenitud de su Torá sin
ningún obstáculo o
molestia.
Nuestro
patriarca Iaacov “su meta era
mostrarles a todos que no hay ningún aspecto de la plenitud, ya
sea de los más
elevados hasta los más bajos, que no fortalezcan unos a otros
cuando es bien
entendido”. Por supuesto que no es que una plenitud contradiga a la
otra. Por ello
la Torá recalca que Iaacov fue merecedor que D’s se
encontraba con él y
llegó integro en su cuerpo, y eso no era contrario a la
integridad en su
riqueza. Él sabia darle a cada fuerza su lugar correcto y
adecuado en su vida. “Y
de ambos juntos encontró el bien interno, de ser integro en su Torá…”.
Para enseñarnos que por los caminos de la justicia y la verdad
todas las
virtudes se aúnan y ninguna plenitud desplaza a la otra.
Según
eso podemos comprender a nuestros
sabios, que nos enseñaron en base al versículo “Iaacov se
quedó solo” (Bereshit
32:25), que había olvidado unas vasijas pequeñas del otro
lado del río y volvió
por ellas (Rashi, allí). Y nos resulta extraño: Iaacov,
que tenía tantas
riquezas, con tanto ganado, ¿por qué tenía que
volver a buscar algunas vasijas
pequeñas que no tienen mucho valor? Dice el Rav Kuk (Ein Aya,
Brajot 4:38) “de
nuestra santa Torá aprendemos el valor de la plenitud,
que con toda la
dirección de la Torá en asuntos elevados, ella se
compadece del dinero
de Am Israel (el Pueblo de Israel) y se fijó
también en las pequeñas
vasijas”. La dirección de la Torá es darle su
valor a cada cosa, pequeña
o grande, y por supuesto tratándose de las riquezas que la
persona se esforzó
por adquirirlas, eso tiene valor, está prohibido tirarlo y
despreciarlo, sino
que se lo debe cuidar y comprender que tiene su lugar en la
adquisición de la
plenitud que tú te esfuerzas por alcanzar en tu vida.
“Así también nuestro patriarca
Iaacov, junto con su elevada comprensión y su ocupación
del amor por D’s, se
quedó por unas pequeñas vasijas. Para enseñarte,
que las personas plenas valoran
también toda cosa pequeña, según su valor”.
Agrega el
Rav y nos enseña hasta qué punto
llega el valor de esa enseñanza. Nuestros sabios nos
proporcionan dos
explicaciones distintas de por qué se quedó solo Iaacov:
Una razón, en base al versículo
“y será ensalzado sólo el Eterno en aquel día”
(Ishaya 2:17), es decir, Iaacov
se quedó solo para retraerse con su D’s. Y la segunda, como
hemos dicho, para
salvar una pequeñas vasijas. Dice el Rav Kuk (Maamarei HaReaya,
pág. 260) que
por lo general hay algún denominador común entre las
diferentes opiniones de
nuestros sabios. Y así también en este caso, el
denominador común es “que la
virtud de la celeridad correcta… es salvar las vasijas necesarias que
fueron
adquiridas con esfuerzo y trabajo, y se llega al final a la idea y meta
de ‘y
será ensalzado sólo el Eterno en aquel día’
(Ishaya 2:17)”. Cuando se sabe dar
el peso y actitud correctos a la riqueza y el dinero que la persona
necesita,
no le molesta, sino que lo ayuda a utilizarlo en forma correcta para su
elevación a los altos niveles espirituales.
En una
generación de abundancia como la
nuestra, conviene profundizar en el tema del vinculo entre las
diferentes
plenitudes. Darle a cada uno de los campos el peso adecuado a
él. Esforzarse por
alcanzar la plenitud del cuerpo y su salud, y la plenitud del alma, a
través de
la plenitud de las riquezas. Por otro lado, hay que cuidar de las
riquezas, no
malgastarla en necesidades vanas, y por supuesto que no en cosas que
dañan la
plenitud del cuerpo. En base a ello, se puede llegar a la plenitud de
la Torá
y el trepado en los niveles del kodesh (lo santo).
La
lotería ladrona
Rav
Shlomó Aviner
Todos
saben que el que juega a los dados,
es decir juegos de azar, no puede ser testigo. Pero en la Gmará
hay diferencias
de opinión en cuanto a la razón. Hay quienes opinan que
es porque no se ocupa
del asentamiento del mundo, sino que de vanidades. Y hay quienes opinan
que es
como robar según nuestros sabios, porque el que pierde en el
juego de apuestas si
supiese de antemano que perderá no habría apostado, y por
lo tanto no paga de
todo corazón. No es una decisión plena, lo que es llamado
“asmajta lo kania”.
¿Cuál es la diferencia operativa entre esas opiniones? Si
se trata de una
persona que tiene algún oficio, y sólo juega de vez en
cuando, puede ser
testigo si la razón es que no se ocupa del asentamiento del
mundo. Pero si la
razón es porque es como robar, no importa que tenga algún
oficio, estará
prohibido igualmente.
El Shuljan
Aruj determina que la
razón es “asmajta lo kania”, y por lo tanto está
prohibido también si lo
hace ocasionalmente. El Ram”a determinó que la
razón es que no se ocupa
del asentamiento del mundo, y por ello estará permitido, por
ejemplo lotería. Y
también sabe de antemano que puede llegar a perder su dinero
(Shuljan Aruj, Joshen
Mishpat 207:13).
Hay
quienes opinan que también el Shuljan
Aruj coincidirá que en nuestros días se puede comprar
una tarjeta de
lotería, porque el que paga el premio no es una persona
particular sino que una
organización, y no cabe hablar de que no es una decisión
plena. Pero esa es una
opinión poco sólida, ya que finalmente la
organización paga en base al dinero
que cobró del resto de los apostadores que perdieron.
Y hay
quienes son menos estrictos porque
parte del dinero de esa organización son destinados a obras de
caridad, y por
ello el apostador paga de corazón pleno – y también esa
opinión es poco sólida.
Y hay
quienes opinan que el problema de “asmajta”
es sólo si el dinero se encuentra sobre la mesa y debe pagar
enseguida, y
entonces no paga de buen corazón. Pero tratándose de
lotería, ya pagó de antemano.
Y esa es una opinión sólida.
Pero de
todas formas es algo despreciable,
como dice el Riba”sh que de todas formas es feo y abominable y
detestable,
y muchos cayeron por ello (inciso 432), y su intención es que
personas
inocentes perdieron mucho dinero por ello. Y también hay quienes
se vuelven peligrosamente
adictos (véase Shuljan Aruj, Joshen Mishpat 34, 16. Iore Dea
228, 15). Hay
personas pobres que una parte fija de su sueldo es destinado a comprar
tarjeta
de lotería, cuando en su casa hacen falta las necesidades
más básicas.
La
organización del “Loto” (lotería
nacional de Israel) utiliza diferentes medios para tentar a las
personas inocentes
a comprar tarjetas. Hay mecanismos sicológicos sabidos. No
servirá explicarle que
la probabilidad de morir en una tormenta es 400 veces más grande
que la probabilidad
de ganar en la lotería. Hay mecanismos de ilusionado. Por
ejemplo, una persona
está ilusionada y piensa que tiene más suerte que los
demás, y ganará por
encima del promedio general. Por supuesto, es una tontería. Pero
un 40% de la
población se fía en ello con esperanzas de ser ricos.
Publican
sin cesar cuentos maravillosos de
personas que ganaron sumas grandes. Difunden frases vacías como:
“Todos los que
ganaron compraron tarjeta de lotería”. Por supuesto…
Lamentablemente
la mayoría de los que
compran son pobres, porque necesitan dinero, lo que no es así
tratándose de
ricos. Resulta entones que la lotería es cierto impuesto
indirecto de los
pobres. Espantoso.
Es cierto
que hay quien gana. Pero la probabilidad
es nula. Hay muchos tipos de loterías en el mundo. En el tipo de
lotería en nuestro
país la probabilidad de ganar es uno en 16 millones. Es decir,
si una persona
compra una tarjeta por semana, ganará después de 300.000
años. Hay también
tipos de lotería en el mundo que la probabilidad de ganar es uno
en 150 millones
– un robo a plena luz del día.
Por todo
eso, hay poskim (sabios
que determinan la halajá) a los que les preguntaron si
está permitido tener
algún provecho de ese dinero inmoral en todo tipo de lugares de
caridad o
culturales en los que fueron invertidas las ganancias. No es nuestro
tema. Sino
que rezar por los desgraciados que D’s los salve de ese profundo pozo.
Meorot
HaShabat
El cometido
de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas
básicas
del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica
en su comunidad
en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot
del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Medicina
en Shabat
Un enfermo
que no está en peligro
“Enfermo
que no está en peligro”, es decir, una
persona que por su enfermedad o alguna herida tiene muchos dolores y se
debilitó todo su cuerpo por ello, o necesita recostarse, a pesar
que no se
trasgrede ninguna prohibición de la Torá escrita
para curarlo, de todas
formas está permitido curarlo haciendo acciones que están
prohibidas según
nuestros sabios. Pero debe hacerlas en forma distinta de lo acostumbrado[1].
Por
ejemplo: Un enfermo que no está en peligro que
necesita algún remedio que se encuentra en otra casa, y para
traerlo se debe pasar
por algún lugar donde no hay Eruv, y según
nuestros sabios está
prohibido cargar allí [por ejemplo, en un lugar definido como Carmelit
–
un lugar que no es considerado vía publica pero tampoco un lugar
privado] está
permitido cargar el remedio en forma distinta de lo acostumbrado, por
ejemplo
entre los pelos o debajo del sombrero. Porque cuando se trata de una
prohibición
de nuestros sabios está permitido hacerlo en forma distinta de
lo acostumbrado
para la cura de un enfermo que no está en peligro[2].
Si no es
posible hacerlo en forma distinta de lo
acostumbrado [y tampoco puede hacerlo a través de un gentil], lo
hará un judío en
la forma acostumbrada[3].
Peligro de
un miembro
Todo eso
cuando no hay peligro para ningún miembro del
cuerpo. Pero cuando se teme que algún miembro del cuerpo llegue
a dañarse en
forma severa, y si no lo curarán sufrirá un daño
irreversible y dejará de funcionar
como corresponde, está permitido realizar acciones que
están prohibidas según
nuestros sabios en forma corriente como en todo día de la
semana, y no se lo debe
hacer en forma distinta de lo acostumbrado[4].
A
través de un gentil
Está
permitido decirle a un gentil que haga alguna Melaja
para curar un enfermo que no está en peligro[5],
o si alguno de sus miembros del cuerpo está en peligro, ya sea
que la Melaja
está prohibida según nuestros sabios o según la Torá
escrita[6].
Así también está permitido decirle a un gentil que
haga alguna Melaja que
el enfermo que no está en peligro necesita, como cocinarle
comida, cuando hay
necesidad de ello[7].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 328 inciso 17
como la tercera opinión en el Shuljan Aruj. Y así
determinó Ta”z y Maguen
Avraham, y Gr”a escribió que esa es la opinión principal.
Allí, Mishná Brurá
inciso 57. Kaf HaJaim inciso 110, que así determinaron los
poskim Ajaronim, y
no como el Ba”j).
Y véase Shaar HaTziun
(496 inciso 9) que está aclarado que Melajot prohibidas
según la Torá escrita
está prohibido hacerlas de una forma que no se acostumbra para
un enfermo que
no está en peligro. Y lo que permitieron tratándose de
cierto enfermo que mame
directamente del animal leche en Shabat ya que es Mefarek de una forma
que no
se acostumbra, y si hay sufrimiento no prohibieron, es porque no se
acostumbra
a hacerlo de esa forma, y no es considerado Melaja en absoluto, y no es
semejante
a otras Melajot en eso. Pero en Shuljan Aruj HaRav (328 inciso 19)
escribió que
está permitido hacer para un enfermo que no está en
peligro incluso alguna
Melaja de la Torá escrita en la forma que no se acostumbra a
hacerla, porque de
momento que lo hace en forma distinta está prohibido sólo
según nuestros sabios,
y estará permitido para un enfermo que no está en peligro.
[2]Así también, si el medicamento se
encuentra en un cajón que está prohibido abrirlo en
Shabat porque se encuentran
allí también objetos que son Muktze, está
permitido abrir el cajón para sacar
el remedio para un enfermo que no está en peligro, ya que la
prohibición de no
mover Muktze es sólo de nuestros sabios (328, Mishná
Brurá inciso 58. Kaf
HaJaim inciso 114 en cuanto a alimentar un bebe con leche que es
Muktze). Y
véase Pri Megadim que tal parece que tiene que hacerlo de forma
distinta de lo
acostumbrado (fue citado por Mishná Brurá allí).
[3](Jaiei Adam, Clal 69 inciso 12. Fue
citado por Mishná Brurá inciso 102. Kaf HaJaim inciso
111).
[4](Allí, Shuljan Aruj, Mishná
Brurá
inciso 57). Pero Melajot que están prohibidas según la
Torá escrita, está
prohibido hacerlas incluso cuando está en peligro algún
miembro de su cuerpo
(allí).
[5]Que tiene muchos dolores, y todo su
cuerpo se debilitó por ello, o debe recostarse.
[6](Allí, Shuljan Aruj y Mishná
Brurá
inciso 47). Y véase en Mishná Brurá (allí,
inciso 46) y Kaf HaJaim (inciso 97)
que justamente cuando se necesita la cura en Shabat. Pero si no, se
debe
esperar hasta la salida del Shabat. Pero cuando hay peligro,
está prohibido
demorarse hasta la salida del Shabat, sino que se le debe ordenar a
algún
gentil que lo haga en Shabat. Y
véase en Shuljan Aruj HaRav (allí,
inciso 23) que escribió: No permitieron ordenarle a un gentil
para curar a un
enfermo sino cuando lo necesita en Shabat, pero no si lo necesita
después del
Shabat.
[7](Allí, Mishná Brurá inciso
47. Kaf
HaJaim inciso 100).