Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ajarei Mot - Kdoshim     12 de Iyar 5781     1305


La Torá y la tolerancia
Rav Ziv Rave

Pregunta: ¿Por qué la Torá no tolera la voluntad del hombre? Por ejemplo escribe tajantemente: “No se dirijan a los ídolos, y dioses de fundición no harán para ustedes, Yo soy el Eterno, su D’s…” (Vaikra 19:4), “el hombre que cometa adulterio… ciertamente morirá, el adúltero y la adúltera” (Vaikra 20:10), “el hombre que yazca con un varón como se yace con una mujer, abominación han cometido, ambos morirán…” (Vaikra 20:13). Hay muchos que les cuesta escuchar expresiones tan duras y tajantes como esas, y prefieren marchar por el camino que les parece correcto. ¿Quizás sería mejor que la Torá sea más tolerante, y los Rabanim (Rabinos) sean más abiertos y pacientes? El mundo cambia todo el tiempo, ¿por qué quedarse estancado en esas posiciones arcaicas?
Respuesta: Porque la Torá es Divina, y no humana. No tiene por meta fijar las debilidades de las personas sino que elevar al mundo, a través de la santificación de la vida. Las personas pueden equivocarse y extraviarse, las culturas continuarán cambiando y también los cultos a otros dioses, pero D’s no es parte de ello. Él es Kadosh (Santo), se encuentra por encima de todo experimento humano, y Su Torá es eterna. La Torá no tiene que acomodarse a las debilidades del hombre, sino que el hombre debe superar sus bajos instintos y enderezarse de acuerdo con la kdushá de la Torá. “Habla a toda la asamblea de los Hijos de Israel y le dirás, santos serán, porque Santo soy Yo, el Eterno, su D’s” (Vaikra 19:2).
La persona nace dentro de una época cultural determinada, y puede llegar a acostumbrarse a formas de pensamiento y comportamiento que se encuentran en su generación como si fuesen sobre entendidos. Un punto de vista local como ese puede llegar a cerrar su capacidad de observar la realidad según el punto de vista correcto.
Si observamos en forma general las raíces historiosóficas de la cultura occidental descubriremos cosas maravillosas en cuanto a su influencia en nuestra generación. En la época del primer Beit HaMikdash (El Templo) el mundo en derredor era idólatra, y un ejemplo de ello es la mitología griega. En la época del segundo Beit HaMikdash comenzó el florecimiento de la filosofía griega, pero todavía el mundo se quedó en su gran mayoría idólatra. Hace unos dos mil años surgió el cristianismo, y comenzó a difundirse hasta que conquistó a Europa. El cristianismo es un tipo de Becerro de Oro, porque distorsiona el judaísmo y se basa en la idea del culto a D’s de una forma que este nunca ordenó. El cristianismo borró y falsificó los contenidos del judaísmo, y los adhirió junto con conceptos idólatras e imaginaciones descabelladas. Muchos pueblos fueron obligados a aceptar la concepción cristiana, y sus opositores fueron quemados en la hoguera durante cientos de años.
El cristianismo mismo pasó una reforma cuando dentro de él surgieron los protestantes que se opusieron al catolicismo. Luego, como una consecuencia del audaz movimiento de desentendimiento de la interpretación católica, la humanidad se dijo que podemos desentendernos también totalmente del cristianismo. Entonces comenzó la época del renacimiento, la época del iluminismo, la revolución industrial y la revolución científica. Así comenzó la época moderna, en la que la persona determina sus valores y no la Iglesia. En esa época todavía había lugar para los valores conservadores como nacionalismo y familia, pero también ellos comenzaron a tambalearse en esa fase…
En la época entre la primera y segunda Guerra Mundial, cuando el hombre vio decenas de millones de víctimas a consecuencia de los valores humanos, comenzaron los brotes de las corrientes filosóficas post modernistas que niegan la posibilidad de existencia de valores comprometedores, Divinos o humanos. No hay una verdad, todo es relativo, no hay verdades históricas, y todo depende del punto de vista. Sólo la voluntad del hombre es la que determina su comportamiento. El post modernismo borró todo límite y toda regla, no hay familia ni nacionalismo. La persona se auto define en el campo sexual, nacional, religioso, y así desaparecen todas las reglas de su vida y vuelve a escribir nuevamente todas sus descabelladas imaginaciones en la práctica.
En la humanidad hoy en día hay influencias de todos esos cambios y épocas, todos los cuales hicieron surgir desafíos frente al judaísmo. Pero tal parece que la innovación del post modernismo es el desafío más potente.
El post modernismo tiene dificultades con las personas que no aceptan el liberalismo. Frente a lo que él cita como ejemplo de Ilustración, le rebaten “abominación han cometido, ambos morirán”. Su reacción es “ustedes no son tolerantes, ustedes tienen fobias”. Y de momento que a nadie le gusta sentirse intolerante, de esa forma silencian, y los límites continúan siendo desarmados. En el pensamiento post modernista hay otro aparato de defensa sofisticado: Toda expresión, por más absoluta que sea, será repelida con el escepticismo diciendo que “todo es relativo, ese es tú narrativo, y yo tengo otra forma de ver las cosas”.
El post modernista se ocupa de desconectarse casi de todo. Pero de una cosa nunca podrá desconectarse: De la exigencia de su alma. El alma es Divina, y su naturaleza y sus necesidades no podrá borrar con sus tramas. Las modas culturales podrán marear a la persona, pero el alma tiene un orden Divino propio.
El alejamiento del hombre de la naturaleza de su alma lo hace sentir triste. La tristeza es un punto de prueba para la persona, si vive en forma correcta o no. Y si dirás, hay pecadores alegres, te diremos que en este momento la situación le sonríe, pero es pasajero. El post modernista triste se ve obligado a elevar continuamente el nivel de la excitación corporal para no escuchar el llanto de su alma, pero eso lo ayuda sólo por corto tiempo. El cuerpo vive, la boca habla mucho – pero el corazón está muerto, se ha cerrado herméticamente.
D’s confía en la persona, por ello hizo descender su alma al mundo, y le entregó en sus manos un mapa - la Torá. Los límites de la dirección de la Torá son los senderos por los que la persona podrá liberar su alma. Las leyes de la Torá no tienen por objetivo ahogar la vida sino que elevarla a su esencia. Mundos de kodesh y de lo laico plenos no le fueron prohibidos a la persona, sólo la impureza. La pérdida de los límites vacía la vida de todo su resplandor.
La dirección Divina le enseña a la persona a tomar del mundo lo que lo acerca a D’s, y alejarse de lo que lo impurifica. Dentro del celo Divino se encuentra la bondad infinita con la persona. Dentro de la certeza fija que no participa de los experimentos, se encuentra la esperanza del mundo. El mundo volverá a ser un Gan Eden (Paraíso) y también más que ello, cuando el hombre vuelva a vivir su alma. “Santos serán para Mí, pues Yo, el Eterno, soy Santo y Yo he separado a ustedes de las naciones para que sean míos” (Vaikra 20:26).


Rav Shlomó Aviner

Guerra mundial
Rav Shlomó Aviner

Nos encontramos ahora en la guerra mundial más grande que hubo alguna vez. No contra Irán, no contra los árabes, no guerras pequeñas relativamente hablando, que venceremos con la ayuda de D’s. Sino que una guerra mundial espiritual contra la cultura occidental, que es mucho más peligrosa, para nosotros y todo el género humano.
Esa guerra empeora día a día. Es una guerra contra el bien, contra la rectitud, contra el recato, contra la familia, contra la verdad. En realidad, es una guerra contra D’s, como es aclarado en los Salmos (Tehilim cap. 2). La maldad ataca al bien de todas las formas posibles, con gran potencia, con mucha perseverancia y con gran astucia. En efecto, gran astucia, porque ese mal se disfraza de bien. Ese mal habla en nombre de la libertad de la persona, igualdad de las personas y otras parábolas falsas, porque en realidad apareja esclavitud, humillación y desgracia. Pero se viste con palabras hermosas, como Nimrod en su momento, o como el ministro de Esav, que hay diferentes opiniones si se veía como un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) o como un ladrón, y los discípulos del HaGr”a explicaron: Por fuera un talmid jajam, por dentro un ladrón.
También en nuestros días muchos estudiosos de la Torá caen en la trampa, se confunden, llaman al mal bien y al bien mal. No por mala intención, D’s no lo permita, sino que por falta de visión profunda.
¿Y por qué justamente esa mentira ataca con toda la potencia? Porque ve que la verdad se va esparciendo en el mundo a su paso, que el mundo lentamente se va purificando, que la Torá conquista los mundos, que Am Israel  (el Pueblo de Israel) renace a su tiempo. Y por ello el mal se atemoriza, se desmaya, se siente presionado y lucha con sus últimas fuerzas.
Está claro que finalmente triunfaremos en esa lucha, como vencimos en las luchas similares a lo largo de todas las generaciones. Pero eso no nos permite estar despreocupados, sino que debemos luchar con gran esfuerzo, porque D’s actúa a través nuestro, dentro nuestro.
El mal mundial se vale de ese argumento falso que es repetido, que la fe en D’s y el culto a D’s no son fuente de felicidad, sino que de vaciado de la vida. Es la mentira más grosera que se puede decir. Por el contrario, la persecución del placer sin limites es la que apareja inmundicia y retroceso. No es en vano que nuestros sabios dijeron: “Él es el Ietzer HaRrá (mal instinto), es el Satán, es el ángel de la muerte”. El Ietzer HaRrá desvía toda bondad y trae muerte. En las generaciones pasadas esa cultura pagana malvada, apodada la cultura occidental, luchaba con fuerza, ahora lucha con ingenio, como dice el profeta Ishaya (Ishaya 54:17) que fue citado en la Carta de Teiman del Ramba”m: “Ninguna arma forjada contra ti tendrá éxito, y a toda lengua que en juicio se levantare contra ti condenarás”. Gracias a D’s, no vencerán, no con armas, ni con la lengua. Por supuesto que finalmente venceremos, pero eso requiere un gran esfuerzo de fe y de valentía, ya que esas concepciones son fanáticas y violentas. Por supuesto que ellas apoyan la libertad y la tolerancia, pero en realidad “alabanzas de D’s en su boca, y espada de dos filos en su mano” (Tehilim 149:6). No soportan ningún pensamiento distinto de lo que ellos piensan, y luchan contra ellos con todos los medios más crueles de la violencia escondida.
Dijo el maldito Ministro de Propaganda de Alemania Nazi: Si se repite una mentira una y otra vez, se transformará en verdad, y se logra confundir a las personas de corazón recto, incluso tratándose de cosas sencillas, como que no hay padres e hijos, no hay marido y esposa, todo es una sémola. Y toda esa inmundicia es presentada con un envoltorio atrayente.
Como es sabido, todo eso no es por azar, como que nada es por azar, sino que según el orden de la conducción Divina. La meta de esos intentos es profundizar y aclarar más las bases de la fe, y purificarlas de toda escoria. Cuanto más lo presionen, así se multiplicará y se esparcirá.
Y por supuesto, no odiamos a esos judíos, sólo esas ideas. Hay que diferenciar entre diferencia de opiniones y separación de corazones, entre el tema y el que habla de él. Por supuesto que amamos a todo Am Israel, pero junto con ello luchamos hasta el final contra toda concepción corrupta. Amamos y nos entristecemos, la Shjina (manifestación de la Presencia Divina) se entristece, D’s se entristece. Nos entristecemos por esos judíos, que buscan la felicidad y encuentran escorias, y por ello se sumergen en placeres falsos y abominables.
El Satán envenena las almas y las cabezas, descarría a las personas del camino correcto colmado de resplandor a un camino bajo, al mundo del dinero y los placeres. Es una terrible tragedia.
Y nosotros, discípulos de nuestro patriarca Avraham y nuestro Rav Moshé, continuaremos luchando por D’s, hasta que se cumpla “se colmará la tierra de conocimiento del Eterno”, y “en ese día será el Eterno uno y Su nombre uno”.


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Quitado del alma
Herida

Está escrito en nuestra Torá kdoshá (santa) [1]: “Porque la sangre es el alma”, es decir, la sangre de un ser viviente es su alma.
Por lo tanto, el que hiere algún miembro de una persona o un animal y salió de la herida sangre, comete una trasgresión de quitado del alma, porque de momento que la sangre es el alma es como si quitase el alma de ese lugar. Y a pesar de que no quitó toda la sangre del ser viviente, está prohibido, porque la prohibición del quitado del alma no se refiere sólo cuando mata al animal, sino que también cuando quita parte de su alma[2].

Golpe seco
También cuando golpeó un animal y no salió sangre, si donde golpeó se hizo un moretón por debajo de la piel, comete una trasgresión de quitado del alma [en ese lugar], porque de momento que la sangre se separó no vuelve al torrente sanguíneo, y es como si la hubiese sacado fuera del cuerpo del ser viviente[3].
El que golpeó a su compañero y salió sangre de la herida, o produjo un moretón, ha cometido la prohibición de quitado de sangre[4], como fue aclarado.
Está prohibido en Shabat extraer un diente o hacer caer un diente que está flojo, porque de esa forma quita sangre del cuerpo[5].
Se debe cuidar mucho de no golpear una persona o un animal en Shabat de forma que puede producir una herida, para no cometer una trasgresión de quitado del ama[6].
Así también se debe cuidar en Shabat de no rascarse en lugares del cuerpo donde hay picaduras o heridas, porque de esa forma quita la sangre absorbida en la piel[7].


[1](Dvarim 12:23).
[2](Shuljan Aruj, Orej Jaim 317 inciso 8. Mishná Brurá inciso 29. Biur Halajá comienza veajovel, diciendo que esa es la opinión de Rashi, Tosafot, Ramba”n, Rashb”a, Ritv”a y HaMeiri). Si bien no es considerado que cometió una trasgresión de la Torá escrita, sólo si necesita la sangre o del herido, pero si no tiene necesidad es considerado que arruina, y está prohibido sólo según nuestros sabios (allí, Mishná Brurá inciso 30).
En opinión del Ramba”m sacar sangre está prohibido en Shabat por la prohibición de desarmado [derivado de Dash], porque el desarmado de la sangre de donde estaba – la carne – es como el desarmado de las semillas de la espiga (Ramba”m, Hiljot Shabat 8:7, fue citado por Biur Halajá allí, comienza veajovel). Y en opinión del Ramba”m, también el extraído de sangre de un muerto está prohibido en Shabat (Biur Halajá, allí). Y la cantidad de sangre para hacerse acreedor de Jatat es como un higo, según la medida de la Melaja de Dash (allí, Biur Halajá. Kaf HaJaim inciso 60). Y a pesar de que Dash es relevante sólo tratándose de producción agrícola, a esos efectos un animal es considerado producción agrícola (Kaf HaJaim allí).

[3](Allí, Mishná Brurá inciso 32). En efecto, todo eso es tratándose de una persona, un animal o un pájaro, o los ocho animales rastreros que tienen piel. Pero el resto de los animales rastreros que la sangre es absorbida nuevamente por la carne, no se hace acreedor de Jatat a no ser que la sangre haya salido de su cuerpo (allí, Shuljan Aruj y Mishná Brurá inciso 30).
También según la opinión del Ramba”m que está prohibido por ser desarmado, si la sangre se abultó también cometió una trasgresión, porque la sangre fue arrancada de su lugar (allí, Biur Halajá).

[4](Allí, Mishná Brurá inciso 30). Y cuando golpea a su compañero para vengarse, en opinión del Ramba”m comete una trasgresión de la Torá, porque de esa forma no es considerado arruinado sino que lo contrario, porque se tranquiliza vengándose, y su enojo se apacigua. Y el Raaba”d exime, pero está prohibido según todas las opiniones (allí, Mishná Brurá y Kaf HaJaim inciso 61).
[5]Véase Mishná Brurá (allí) que el que hace una sangría como tratamiento médico cuando no se trata de un enfermo en peligro o tratándose de un animal, según todas las opiniones comete una trasgresión de la Torá, porque es considerado que hace un corregimiento y no un deterioro, y también es una Melaja necesaria de por sí, porque en este momento está interesado en hacer esa herida para curar. Y escribió que según ello la extracción de un diente es una Melaja de la Torá escrita, incluido en la prohibición de medicina, y así escribió Maguen Avraham (328 inciso 3) y Pri Megadim (allí), y Jaiei Adam, y véase Biur Halajá. Y Maamar Mordeji tal parece que la extracción de un diente sólo es una prohibición, pero no se hace acreedor de Jatat, porque en ese caso la sangre que sale es porque el diente es extraído, y es una Melaja que no es necesaria en sí, y así también parece ser la opinión del Shuljan Aruj HaRav.
[6](Allí, Mishná Brurá).
[7](Allí, y Kaf HaJaim inciso 63).