Parashat Haazinu 13 de
Tishrei 5780 1240
Íntegra
es Su actuación
Rav
Ziv Rave
No se entiende:
¡En vez que D’s haga
temblar los cielos y la tierra - “oigan, oh cielos, y hablaré, y
que la tierra
escuche las expresiones de Mi boca” (Dvarim 32:1), para que sean los
fieles
testigos del canto Haazinu, que habla de lo que puede llegar a pasarle
a los
Hijos de Israel si no cumplirán la Torá -
podría haber creado a la
persona en un principio sin Ietzer HaRrá (mal instinto)!
Ese Satán
interior es el que causa todas las caídas, enceguece y
desvía a las personas, y
después también los acusa. Incluso en cuanto a la Torá
que es la fuente
de la vida - como la lluvia y el rocío para el mundo,
“goteará como lluvia mi
lección, fluirá como rocío Mi enunciado” (Dvarim
32:2) - él la hace olvidar,
hasta tal punto que las personas se buscan caminos equivocados, “dioses
que
ellos no habían conocido, nuevos que recién habían
llegado, antes quienes no se
espantaron los ancestros de ustedes” (Dvarim 32:17).
La respuesta a esas preguntas se
encuentra en el canto mismo, según la interpretación del Malbi”m
(Tora
Or, Dvarim 32). “La roca, íntegra es Su actuación, pues
todos Sus caminos son
justicia, D’s confiable y sin iniquidad, justo y recto es Él”
(Dvarim 32:4).
D’s creó al Primer Hombre íntegro, pleno, sin el defecto
del Ietzer HaRrá,
“íntegra es Su actuación”. Y además, lo
advirtió que no coma del Árbol del
Conocimiento del Bien y el Mal, y le hizo saber cuánto
saldrá perdiendo si trasgredirá
su orden, “pero del Árbol del Conocimiento de lo Bueno y lo Malo
no comerás,
pues el día en que comas de él ciertamente
morirás” (Bereshit 2:17). Antes de
haber comido deseaba sólo lo auténtico, lo bueno y lo
puro, pero a través del
comido comenzó a tender también a lo malo, que genera
distanciamiento de D’s,
que es como la muerte, realmente. De momento que antes de haber comido
su
corazón estaba limpio totalmente de la tendencia del Ietzer
HaRrá, la
víbora tenía que venir por fuera para tentarlo. Pero
después de haber comido el
mal se mezcló en su interior, en su voluntad, sus pensamientos y
sus
sentimientos, sus imaginaciones y sus acciones. Así se
convirtió el Primer
Hombre y su descendencia en criaturas compuestas de bueno y malo.
Cuando los Hijos de Israel se
encontraron en la Entrega de la Torá en el Monte de
Sinai se curaron del
defecto del Ietzer HaRrá, y al respecto dice el
versículo “ojalá que así
sea siempre, este corazón suyo para temerme y guardar todos Mis
mandamientos
todos los días, a fin que les vaya bien a ellos y a sus hijos,
para siempre”
(Dvarim 5:26). Y de momento que cesó su indignidad, y no
tenían esa tendencia a
trasgredir las palabras de la Torá, que eso mismo es la
muerte, fueron
liberados de la esclavización al ángel de la muerte
(Shabat 88B). Pero cuando
llegó por segunda vez la víbora por fuera, esta vez bajo
la forma del “Erev
Rav” (mezcla de pueblos que se adhirieron a ellos en la Salida de
Egipto),
y los incitaron a hacer el Becerro de Oro, volvió ese defecto
como
anteriormente.
“‘Yo dije, sois seres con apariencia
de dioses, y dodos vosotros sois hijos del Altísimo’ (Tehilim
82:6), cuando Am
Israel se encontraron en el Monte de Sinai y recibieron la Torá,
le
dijo D’s al ángel de la muerte, tienes poder sobre todos los
idolatras, pero
sobre esta nación no tienes poder, porque ellos son Mi parte, y
de la misma
forma que Yo vivo y existo así también Mis hijos existen…
‘pues la porción del
Eterno es Su pueblo, Iaacov es la cuerda de Su heredad’ (Dvarim 32:9),
y
ustedes no quisisteis y corrompieron sus acciones y le dijisteis al
becerro
‘este es tu Señor, Israel’ (Shmot 32), y por ello
‘moriréis como hombres, y
caeréis como uno de los príncipes’ (Tehilim 82:3)”.
Pero también si diremos que en un
principio se encontraba fuera del hombre, ¿por qué
creó D’s al desviador? Al
respecto fue dicho “todos Sus caminos son justicia”. El alma de la
persona
descendió a este mundo para que se haga merecedora de su nivel
espiritual a
través de sus acciones, no como un regalo, que avergüenza
al que lo recibe. En
el Zohar lo asemejan a un rey que tenía un hijo
único que lo amaba
mucho, y le pidió que no se acerque a ninguna mujer libertina,
porque todo el
que se acerca a ella no se merece entrar al palacio del rey. Más
tarde, el rey
quiso probar la fidelidad de su hijo y contrató a una mujer
libertina para que
intente seducirlo. Si ese hijo acatará la orden de su padre la
echará, y su
padre se alegrará, e introducirá al hijo a sus cuartos
más secretos de su
palacio, y le entregará regalos y honor. ¿Quién
fue la cusa de toda esa bondad
para el hijo? Esa mujer. Y esa mujer es alabada por ambos lados, porque
cumplió
la orden del rey, e hizo que todo ese bien recaiga sobre el amado hijo
del rey
(Zohar 163 1). Y en semejanza, la misión del desviador es poner
a la persona a
prueba, y si esta no lo escuchará, se hará merecedora de
una gran recompensa
según la justicia.
Pero todavía podemos cuestionar que hay
personas que se complican con las tentaciones del desviador y llegan a
hacerse
merecedores de la muerte, y no se hacen merecedores de esa forma de
ningún alto
nivel. Y en este punto debemos tener fe en que “D’s confiable y sin
iniquidad,
justo y recto es Él”, D’s no hará injusticias para con
las personas, y no pone
a prueba al que no es capaz de soportarla. E incluso si no pasó
la prueba, a veces
aunque no siempre, según los cálculos Divinos que no
podemos detallar “la
sabiduría elevada se encarga que haya otra salvación, que
un alma llegue a este
mundo varias veces en cuerpos distintos, y de esa forma podrá
corregir todo lo
que dañó en otra oportunidad, o completar lo que no pudo”
(Derej Hashem,
2:3,10).
La
Tshuvá, no es algo fácil….
Rav
Shlomo Aviner (reimpresión)
Pregunta: Al
confesar mis faltas - vidui,
en hebreo - cuando sé que me será imposible mantener mi
promesa y que
nuevamente volveré a cometer cierto pecado, ¿cómo
puedo hacer frente al Señor
del mundo y expresar mi arrepentimiento y la verdadera
aceptación del futuro?
Respuesta: Ese vidui constituye un
arrepentimiento verdadero, mas no es suficientemente fuerte para hacer
frente a
eventuales irrupciones instintivas que puedan aparecer. Constituye una
verdadera Tshuvá, (arrepentimiento
sincero) y a pesar de no ser completa, no debemos menospreciarla.
Así como la redención es lenta,
¡Dichoso es quien hace de una vez una Tshuvá
grande y completa! ¡Dichoso es quien logra transformarse en
otra persona en un instante! Rabí Elazar Ben Dordai que estaba
sumido
terriblemente en las profundidades del pecado, con un esfuerzo
extraordinario y
sobrehumano logró salvarse de su personalidad, se
despedazó, hasta que se
desvaneció. Surgió entonces una voz que declaró:
“Rabí Elazar Ben Dordai está
invitado a la vida en el mundo venidero”. Rabí lloró y
dijo: “Hay quien compra
su mundo en varios años y hay quien lo hace en un solo momento” (Avoda Zará 17A).
La mayoría de nosotros es incapaz de alcanzar ese nivel de Tshuvá repentina, en el cual el fulgor
de espiritualidad expulsa a la fealdad del pecado en un instante. Sin
embargo,
nosotros somos capaces de una Tshuvá
progresiva, gradual: De subir y conquistar lentamente los caminos de la
rectitud, corrigiendo nuestras virtudes, mejorando nuestros actos y
aprendiendo
de qué modo depurarnos hasta llegar al alto nivel de pureza (Orot HaTshuvá, cap. 2).
Cuando el individuo piensa en
Nuestro maestro el Rav Kuk escribió: “El hombre debe revelar sus
pecados…. Cuando realiza un examen de consciencia, inicia entonces un
proceso
de purificación, día tras día, a través de
la plegaria y el reconocimiento de
sus faltas. A partir de entonces, logra liberarse lentamente de la
maldad,
antes que ésta haya logrado constituirse en un montón que
no le permita alzar
su cabeza” (Orot HaKodesh Guimel 302).
Por consiguiente,
El individuo no debe desesperarse al ver que al levantarse vuelve a
caer. El tzadik, el justo, “se
levanta y vuelve a caer siete veces”, hasta que no cae más. En
cambio, el
malvado yace caído y desesperado. A veces, el tzadik
también cae en la lucha y se repone. Pero hay algo que es
peor que caer en la lucha: Caer sin luchar.
Por lo tanto, el hombre debe tener coraje, hacer frente con integridad
a la luz, fortalecerse con
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Borer
Forma de comer
Alimento y residuos mezclados, o dos tipos de cosas
mezcladas, cuando
desea separar uno de otro en Shabat, debe cuidarse que no lo
haga en la
“forma de Borer” como acostumbra en los días corrientes
[como fue
aclarado anteriormente], y su separación está permitida
solamente cuando se
cumplen tres condiciones juntas:
1. Cuando separa la “comida” de los “residuos”, y no al revés.
2. Lo hace con la mano, y no con la ayuda de alguna herramienta.
3. Separa la comida para utilizarla de inmediato, y no para dejarla
separada y utilizarla más tarde[1].
Cuando se cuida de todas esas tres condiciones, la acción de
separación
no es definida como “forma de Borer” sino que “forma de comer”,
y está
permitida en Shabat[2].
Pero si se cuidaron sólo de una condición, o incluso dos
condiciones, cuando
la tercera no fue cumplida, está prohibido. Por ejemplo: El que
separa la
comida de los residuos, con la mano, pero lo hace para dejarlos
separados y
utilizarlos más tarde, comete una trasgresión de Borer
según la Torá
escrita[3].
Esos detalles serán aclarados más
adelante.
Carnero triple
En resumen: La forma de separación
permitida en Shabat es sólo cuando separa la comida de
los residuos, con
la mano, para ser utilizado enseguida. En hebreo, esas siglas forman la
palabra
Ai”l [“comida” es ojel, que comienza con la letra Alef.
“Mano” es iad. Y “enseguida” es lealtar. N. del T.],
que quiere
decir “carnero”. El “carnero triple”, de las tres condiciones.