Parashat Ree
30 de Av 5779 Rosh
Jodesh 1234
Hijos
En
la actualidad
Esta semana, el 3 de Elul, se
cumplirán 84
años de la elevación al Cielo del Rav Kuk zt”l, el
visionario y fiel pastor de
la nación en la generación del renacimiento. En
relación a la crisis del
abandono de la religión en nuestra generación y la forma
de unificar y acercar
la nación a sus raíces, y cómo marcar un camino
recto en el complejo campo de
las relaciones entre los religiosos y los que no lo son, nos
enseña el Rav que primero
hay que estudiar, profundizar y aclarar en forma básica la
esencia de Am
Israel (el Pueblo de Israel), su Sgulá (esencia
espiritual
intrínseca) y su espíritu. La Sgulá de
Israel es la herencia de los
patriarcas y el hecho que D’s nos eligió de entre todos los
pueblos, como está
escrito en nuestra Parashá: “Ustedes son hijos del
Eterno, su D’s… Pues
tú eres un pueblo santo para el Eterno, tu D’s, y a ti te
escogió el Eterno
como nación atesorada de entre todas las naciones que
están sobre la faz de la
tierra” (Dvarim 14:1-2). Y como explica Rashi: “Pues tú eres un
pueblo santo –
tu santidad intrínseca, la cual heredaste de tus patriarcas. Y
además, ‘a ti te
escogió el Eterno’”. Debemos reconocer que “en cada miembro de Am
Israel,
desde el más grande hasta el más pequeño, un
resplandor Divino de vida y un
aspecto santo arde y alumbra” (Orot Israel 9:4). Y como dice
Rabí Meir,
“Ustedes son hijos del Eterno” – de todas formas ustedes son llamados
“hijos”,
también cuando son necios, o no tienen fe, o incluso rinden
culto a otros
dioses, D’s no lo permita, como dice el profeta “y será en donde
se les diga
ustedes no son Mi pueblo, se les dirá Hijos del D’s vivo”
(véase Oshea 2,
Kidushin 36A).
Nuestra elección, en contraste con la Sgulá,
depende de nuestras buenas acciones como el estudio de la Torá,
o lo
contrario, D’s no lo permita. Y eso cambia de generación en
generación, de
persona en persona, pero no cambian en absoluto el hecho que somos
hijos de
nuestro D’s y Señor, y Él nos elige en toda
situación y lugar con amor, como
bendecimos todos los días “que elige a Su pueblo Israel, con
amor” (bendiciones
de Kriat Shmá).
En la actualidad, en
nuestra generación, la generación del renacimiento, la
generación
de los talones del Meshiaj (El Redentor), se fortalece la Sgulá.
Más y más se revela el pacto con los patriarcas que nunca
cesa, y el contenido
del rezo “recuerda las bondades de los patriarcas, y trae el Redentor a
los
hijos de sus hijos por Su Nombre, con amor” (véase Iguerot
HaReaya, carta 555).
Ella se revela frente a nuestros ojos, con la reunión de los
exilios y la
edificación de nuestro país que va desarrollándose
a pasos gigantes. Es cierto
que en el plano de la elección hay quienes son faltos de
acciones, buenas
virtudes e ideas, pero ellos cambiarán y volverán a
elegir el bien con la ayuda
de D’s y no hay bien como la Torá. Debemos saber que “el
amor por Am
Israel es consecuencia de la fe en el resplandor Divino de Kneset
Israel
(el alma genérica del Pueblo de Israel) que es una esencia
espiritual intrínseca
que no la abandonará con los cambios. Y ese elevado amor debe
despertar en los
pensadores cuando desciende el espíritu de la nación,
cuando es pisoteado todo
lo santo y es depreciada la religión. Ellos deben aclarar, con
todo rigor y
valor, que la fuerza de Israel es grande y fuerte con D’s, y mirar al
resplandor interno que se encuentra en el espíritu
genérico, y que también
reside en cada particular de Am Israel en forma revelada o en
secreto,
también en el más apartado, que se ha alejado mucho del
camino de D’s” (Orot
Israel 4:2). Y en base al añadido del amor por Am Israel
seremos todos
merecedores de “un resplandor nuevo alumbrará a Tzion", pronto,
en
nuestros días, Amén.
Anhelando
la salvación plena
Dov
Bigún
Compra
hasta que te desmorones
Rav
Shlomó Aviner
“Compra
hasta que te desmorones” – shop until you drop – es el slogan de los
que se
oponen a la cultura de consumo. Lamentablemente, nuestra cultura se ha
transformado en una cultura de consumo, es decir una cultura en la que
el
comprar es un valor central, hasta que la persona consume productos que
no le
son necesarios – en el campo de la alimentación, la vivienda y
otros. Una de
las razones centrales son las propagandas, que son dirigidas por
corporaciones
capitalistas enormes, que generan una demanda artificial. Capitalismo
no es
sólo un régimen económico, sino que todo un
sistema económico, social y
cultural. Una vez dijo Marx que la religión es el opio de los
pueblos. Ahora,
los neo-marxistas dicen que las propagandas son el opio de los pueblos.
Ellas
generan una escala de valores, también lavan el cerebro en forma
subliminal
según todo tipo de manipulaciones, también actúan
como condicionamiento clásico
de Pavlov. Por ejemplo, colocando una foto de una persona atractiva en
su
aspecto físico al lado del producto que quieren publicitar, o
presentación de
modelos de imitación - sobre todo tratándose de
vestimentas - cuando promueven
marcas como símbolos de status, cuando en realidad no tienen
ningún valor.
Así
controlan las corporaciones con la ayuda de su dinero los medios de
prensa, y
también controlan la censura porque por supuesto, los ricos
tienen dinero para
publicar y los pobres no.
Esa misma
cultura de consumo genera un mundo materialista, las relaciones entre
las
personas se transforman en relaciones comerciales, colocan en la
cúspide el
placer, hacen que las personas sean juzgadas según su apariencia
en los medios
de prensa, y las manejan como una mercancía.
Y nosotros
decimos: “¿Quién es rico? El que se contenta con lo que
tiene”. Una forma de
vida recatada. Una vida simple. No ascetismo, sino que contentarse con
lo que
se tiene. Y entonces se puede trabajar menos, y queda tiempo para
brindar, para
estudiar Torá. Liberarse de las bajas pasiones, porque
no hay quien
muera habiendo satisfecho la mitad de sus pasiones, el consumo
desmedido genera
necesidades nuevas. La felicidad no se encuentra allí.
EE.UU. es
la capital de la cultura de consumo, y la embajada de ella son los
centros
comerciales, el templo idólatra nuevo de la religión de
consumo, en el que hay
todo lo bueno - y todo lo malo. Los que se oponen dicen: Hay que
bombardear el
centro comercial.
El amor
por las pertenencias es necesario en forma básica. Los tzadikim
(justos)
les son más apreciadas sus pertenencias que su
propio cuerpo, porque ellos se cuidan de no robar. Pero hay
quien la
pasión por el dinero lo lleva a lo prohibido: Robo,
engaño, mentira, apropiación,
controversia, envidia, competencia y más. Véase el libro “Pele
Ioetz”,
en el inciso “kesef” [dinero. N. del T.]. La persona es notoria
en tres
cosas, y una de ellas es su bolsillo. Es una vieja enfermedad. En el
libro “Mesilat
Iesharim” (cap. 11) cita a nuestros sabios: “La mayoría
[trasgreden] el
robo”. No exactamente asaltando, sino que falta de rectitud en los
negocios.
Pero por supuesto, puede llegar a cosas mucho más severas. El
crimen organizado
en el mundo es un ejemplo de ello: Protección, apuestas
ilegales, casas de
vergüenza, cobrado de deudas difíciles, comercio de drogas,
lavado de dinero,
facturas falsas de empresas inexistentes y más. ¡Las
entradas anuales de ellos
en el país son de unos 50 billones de shkalim, cuando el
presupuesto del país
son 500 billones de shkalim! Que D’s nos proteja.
Si al
dinero, sí a las pertenencias, sí al consumo. Pero sin
exagerar. En forma
adecuada y equilibrada, en base a la dirección Divina. D’s le
mostró a Moshé
una moneda de fuego: Dinero en base al fuego del kodesh (lo
santo).
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Kvisha UMelija
Está permitido en Shabat salar un trozo
de rábano o similar y
comerlo enseguida – porque sala el trozo y lo come antes que alcance a
exudar y
disminuya su amargura. Y a pesar que salar algunos trozos está
prohibido en Shabat,
incluso si piensa comerlos enseguida, porque cuando se trata de varios
trozos
parece como si preparase conservas, y también se asemeja al
curtido. Pero
cuando sala un solo trozo y lo come enseguida, no parece como si
preparase
conservas ni se asemeja al curtido[1].
Cuando no come enseguida el trozo, y lo deja exudar y endulzar su
amargura, está prohibido incluso si se trata de un solo trozo[2].
El Shuljan Aruj dice que hay
quien escribió que si desea comer varios trozos de
rábano, tiene permitido
sumergir todos los trozos en la sal, uno tras otro, cada uno por
separado, y
ponerlos frente a él sin que se toquen, y cuando termine de
salar todos los
trozos, podrá comerlos uno tras otro, enseguida[3].
Pero también de esa forma [que
sumerge cada trozo por separado, y los coloca frente a él sin
que se toquen]
está prohibido demorarse demasiado tiempo antes de comerlos
luego del salado,
de forma que lleguen a exudar mucho. E incluso en medio de la comida
misma,
desde el principio de la comida hasta el final está prohibido
demorarse, porque
eso es similar al curtido[4],
pero puede demorarse un poco[5].
Los Ajaronim escribieron que la
costumbre es no dejar los trozos salados en
absoluto, incluso un solo trozo, sino que tomar el trozo que desea
comer,
salarlo y comerlo enseguida[6].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 321, Mishná
Brurá
inciso 14).
[2](Allí, Mishná Brurá).
[3](Allí, inciso 4, citando Trumat HaDeshen
que
explicó así la opinión del Tur. Mishná
Brurá inciso 19).
Y en Kaf HaJaim (allí,
inciso 18) escribió citando a Kneset HaGdola que lo que el
Shuljan Aruj citó la
opinión de Trumat HaDeshen diciendo “hay quien escribió”,
es porque Beit Iosef
tiene dudas al respecto, si la interpretación de las palabras
del Tur es como
explica Trumat HaDeshen, o quizás también de esa forma
está prohibido en
opinión del Tur. Y agregó Kaf HaJaim otra razón,
que de momento que Trumat
HaDeshen mismo escribió que “puede que”, por ello el Shuljan
Aruj lo citó
diciendo “hay quien escribió”.
[4](Allí, Beit Iosef. Mishná
Brurá inciso 20).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso
16. “Pero si se
demoran un poco, y exudan un poco, no hay problema”).
[6](Allí, Mishná Brurá inciso
14. Y al final del
inciso 20, citando Ajaronim).
Y en Kaf HaJaim (allí,
inciso 26) escribió así: “Por ello, se debe ser
más estricto y salar sólo un
trozo por vez y comerlo. Y así escribió el Ba”j, que
está prohibido más de dos,
e incluso dos hay que ser más estricto. Y así acostumbra
la gente, que no salan
sólo cada trozo, y lo comen. Lo que dijo el Ba”j fue citado por
Maguen Avraham
y otros Ajaronim, y también por Jasa”l.