Parashat Vaietze 7 de
Kislev 5778 No
1145
Rav Ioram
Eliahu (reimpresión)
Al principio de su camino, cuando descubre
que Lavan lo engañó, y a pesar de su promesa
explícita de entregarle a Rajel
por esposa – “mejor es que te la de a ti, y no la de a otro” (Bereshit
29:19) –
por la mañana encuentra que “he aquí que es Lea”
(Bereshit 29:25), Iaacov
consiente con una nueva condición con Lavan, y trabaja para
él “otros siete
años” (Bereshit 29:30) para casarse con Rajel. Rashi allí
explica que “los
otros siete años, fueron como los primeros siete. De la misma
forma que los
primeros fueron con fidelidad, también los segundos, a pesar que
tuvo que
trabajar por engaño” (Rashi, Bereshit 29:30). Cuando una persona
trabaja en un
lugar determinado, le es fácil trabajar con empeño
mientras que su jefe lo
trata con fidelidad y rectitud. Pero cuando ve que su jefe no lo trata
con
rectitud, y sobre todo cuando ve que lo engaña y no le entrega
el sueldo que le
corresponde, la persona tiende a darse a sí mismo permiso para
comportarse en
forma no tan recta, y pensar que incluso es lo correcto que no trabaje
tanto, y
no continúe con la misma rectitud que comenzó a trabajar.
Pero Iaacov nos enseña
que las cuentas de la fidelidad las debemos hacer frente a D’s y no
frente al
jefe, y por ello nunca podrás verte exento del comportamiento
correcto según
los criterios de la halajá.
La fidelidad de Iaacov y su autenticidad se
expresan sobre todo al final de
Y en efecto, en
Cuando el Ramba”m resume las leyes
relativas, “Hiljot Sjirut”, también él lo aprende
de Iaacov y escribe “y
también debe trabajar con todas sus fuerzas, ya que el tzadik
Iaacov
dijo ‘porque con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre’
(Bereshit 31:6).
Y por ello recibió su recompensa incluso en este mundo, como
dice el versículo
‘y prosperó de un modo extraordinario’ (Bereshit 30:43)”.
Aprendemos de ello que el camino hacia una
sociedad correcta pasa por el sendero de la elevada disciplina de
trabajo que
cada uno debe adquirir y poner en práctica en su labor, elevar
la confianza de
los unos en los otros – entre las personas, entre los dueños y
alquiladores,
jefes y empleados y semejantes, hasta que lleguemos al nivel de
autenticidad
que aprendemos de nuestros patriarcas. Y de esa forma seremos realmente
merecedores de edificar una sociedad de la que podremos
enorgullecernos, y ser
una luz para las naciones.
Rav
Shlomó Aviner
Tú
seguramente sabes que el ejército es un lugar
problemático. Por ello está
escrito al respecto “tu campamento será santo” (Dvarim 23:15).
¿Pero también
fuera del ejército hay que cuidar de la santidad? Explica
Rabí Avraham Even
Ezra que en el ejército hay más obstáculos, hay
más tentaciones. Por ello,
querido soldado, cuida de nuestro ejército, también ese
es tu papel.
Bienaventurados
somos que nuestro ejército es recatado y puro. Es el
ejército más recatado del
mundo. Lo digo con certeza. Yo, en mi humildad, fui soldado durante
mucho
tiempo en un ejército gentil, y sé de qué estoy
hablando, no se me puede contar
cuentos. Pero todo puede desgastarse, todo puede averiarse, como
escribe el Mesilat
Iesharim que toda buena virtud la acechan peligros. Entonces,
querido
soldado, no te duermas en tu vigila, cuida a nuestro ejército
que se quede
limpio y recatado.
Lamentablemente,
hay todo tipo de detalles problemáticos que se van acumulando.
Pero por encima
de ellos, hay una tendencia de mezclar en el ejército hombres y
mujeres. En
¿Acaso
hemos visto en alguna escuela religiosa una mujer maestra de gimnasia
para
niños un poco grandes? ¡No! ¡No puede ser! ¡Y
por supuesto en el ejército no
puede ser! Soldado israelí, no consientas con ello. Por supuesto
que estamos de
acuerdo en hacer deporte, pero no ese tipo de deporte.
Nuestro
soldado, nosotros amamos a nuestro ejército, es nuestro, somos
nosotros, nuestra
propia carne. Por ello, no podremos callar frente a sus caídas.
Por ello,
frente todo lo que necesita ser corregido, debes hacerlo saber,
presentar
quejas en el Comisionado de Quejas de los Soldados, todo desperfecto
debes
hacerlo saber, protestar. No por odio, D’s no lo permita, sino que por
amor.
Pequeño
soldado, no digas: ¿Quién soy yo, tan pequeño,
para mover a todo el sistema?
Porque no eres pequeño, tú eres grande cuando haces lo
que puedes. Porque un
vintén y otro vintén se suman a una gran cuenta. Y una
palabra y otra palabra
se suman a una gran protesta, la protesta de la moral y la pureza.
Ese es
nuestro buen ejército, respecto al cual fue dicho: “Tus dientes
son como el
rebaño que sube del bañado” (Shir HaShirim 4:2). Los dientes de la
nación, es decir, los
soldados, son limpios como las ovejas que se acaban de bañar.
Así explica
Rashi: “Los valientes de Israel, que cortan y comen a los enemigos con
sus
dientes alrededor, se alejan del robo y del libertinaje, que no se
ensucien con
la trasgresión”. ¡Maravilloso!
Valiente
soldado, no temas. No temas al enemigo, y no temas de hablar. Debes
estar
preparado también para esa lucha. De la misma forma que te
presentas sin miedo
frente al fuego de los cañones, como un hombre de acero que no
se echa atrás y
no se cansa, mira a la muerte sin temblar – así también
esta es tu lucha, una
lucha de amor, una lucha de pureza.
Amado
soldado, este es nuestro amado ejército, continuaremos
enrolándonos en Tzaha”l,
continuaremos saliendo a curso de oficiales, y junto con ello
continuaremos
luchando, sin temor, por la pureza de Tzaha”l.
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Las comidas de Shabat
En las comidas de Shabat hay
que bendecir sobre dos panes [enteros][1].
Y también en la
tercer comida se bendice sobre dos panes[2].
La bendición sobre dos panes en las
comidas del Shabat es en recuerdo del “Man”, porque
cuando los
Hijos de Israel se encontraban en el desierto, recolectaban cada
día la misma cantidad
de Man, y el viernes recolectaban una cantidad doble de lo que
recogían
los demás días [para que tengan también para Shabat],
como dice el
versículo “y en el sexto día recogieron un pan doble”
(Shmot 16:22)[3].
También las mujeres tienen
obligación de bendecir sobre dos panes, porque ellas
también estuvieron
presentes en el milagro del Man[4].
Cuando el dueño de casa o alguno de
los presentes bendice sobre los dos panes y los corta, y con su
bendición
cumplen con la obligación todos los que lo escuchan, si cada uno
no tiene
frente a él dos panes, debe comer un poco del pan sobre el que
se bendijo, y de
esa forma cumplen con la obligación de bendecir sobre dos panes
con los panes
del que bendijo[5].
Pero cuando cada uno tiene delante
de él dos panes, de momento que cumplió con la
obligación de la bendición que
escuchó del anfitrión, los invitados pueden cortar y
comer de los dos panes que
tienen delante de ellos, y no tienen que probar del pan del que bendijo[6].
[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 274 inciso 1). Y
escribió el Ta”z (678 inciso 2) que los dos panes es una
obligación de
[2](291 inciso 4, Mishná Brurá inciso
21, Kaf HaJaim inciso 24).
Se acostumbra a llamar
a los panes de Shabat “jala”, y la razón es como escribió
Eshel Avraham
(Butshatesh, 260 inciso 2) que es para recordar de esa forma que se
debe
separar de ellos jala [y eso es en vez de la pregunta de
vísperas de Shabat,
¿han separado los diezmos? – es decir, jala. Véase
allí].
[3](274, Mishná Brurá inciso 1).
Hay quienes acostumbran
a bendecir sobre 12 pequeños panes en cada comida (Baer Eitev
allí, inciso 2).
Y véase en Shaarei Tshuva (allí) que es en paralelo a los
12 panes del Lejem
HaPanim en el Beit HaMikdash (El Templo). Y lo explicó en
extensión el Ben Ish
Jai (segundo año, Vaiera inciso 16) y Kaf HaJaim (262, inciso 2).
En el libro Iun Tfila
escribió que la razón que se hacen jalot trenzadas es
para que en cada jala
hayan 6 trenzas, y en las dos juntas hayan 12.
En el libro Likutei
Maari”j escribió que la razón que se hacen jalot largas,
es para que tengan
forma de “vav”, y las dos jalot juntas la guimatria es 12. Y
véase en Elia
Rabah (167) que escribió otra razón, y escribió
que también en un día común es
bueno hacerlo, y sobre todo en Shabat.
[4](274, Mishná Brurá inciso 1, Kaf
HaJaim inciso
3).
[5](274, Mishná Brurá incisos 4 3.
167 inciso 16,
Mishná Brurá inciso 83). Y ellos no pueden probar antes
que el anfitrión que
bendijo lo pruebe (allí, Mishná Brurá).
[6](167 inciso 15). Y pueden probar de su pan
antes del que bendijo.
Cuando el que bendice
reparte a los demás del pan que estaba delante de él,
según el Ram”a puede
repartirles antes de haber probado él mismo del pan, y los otros
esperarán
hasta que él coma antes de comer ellos, Y en opinión del
Ta”z y los otros
Ajaronim es que el que bendijo debe probar del pan antes de repartir a
los
demás, porque de momento que ellos no pueden comer antes que
él, entonces
cuando reparte el pan es considerado una interrupción entre la
bendición y el
comido (allí, Shuljan Aruj, Mishná Brurá inciso
79, Shaar HaTziun inciso 69). Y
véase en Kaf HaJaim (allí, inciso 110 112) que
escribió que en un principio el
que bendice debe probar del pan antes de repartir a los otros.