Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Iom Kipur     10 de Tishrei 5778     Iom Kipur     No 1138


Un día de reposo completo
Rav Azriel Ariel
(reimpresión)

En la Torá no solamente el séptimo día de la semana es llamado “Shabat”, sino que también todo Iom Tov (día festivo). Así nos enseñaron nuestros sabios cuando comentaron el versículo “y os contaréis siete semanas desde el día siguiente al Shabat” (Vaikra 23:15), y dijeron que se debe comenzar la cuenta a partir de la salida del primer Iom Tov de la festividad de Pesaj. Y de esa forma, es más recalcada aún la singularidad de Iom Kipur (el Día del Perdón), que no sólo fue llamado por la ToráShabat”, sino que “Shabat shabaton” (Vaikra 17:31).
¿En qué sentido Iom Kipur es considerado más Shabat que el Shabat mismo? Si buscamos en el plano de la severidad de sus prohibiciones, encontraremos que el Shabat es más severo – ya que el que lo trasgrede, su castigo es la muerte por apedreamiento, mientras que el que trasgrede las prohibiciones de Iom Kipur es castigado con la pena de Karet [castigo Divino, que es considerado menos severo que el apedreamiento. N. del T.]. Quizás esa fue la razón por la cual el Ramba”m formuló la halajá de la forma siguiente (Hiljot Shbitat Asor 1:1-5): “Es un precepto positivo el no realizar melajot en el décimo día del séptimo mes, como dice el versículo ‘Shabat shabaton será para ustedes…’ (Vaikra 17:31)”. “Hay otro precepto positivo en Iom Kipur, y es no comer ni beber, como dice el versículo ‘afligiréis vuestras almas’ (Vaikra 17:29)”. “Y también nos fue trasmitido por la tradición que está prohibido bañarse o untarse aceite en él… y tenemos prohibido hacerlo, de la misma forma que no comemos ni bebemos, como dice el versículo ‘Shabat shabaton’: ‘Shabat’ – en cuanto a las melajot, y ‘shabaton’ – en cuanto a todas esas otras cosas que no hacemos en él”.
¿Qué sentido tiene centrar todas las halajot de Iom Kipur en el concepto de “shabaton” (reposo absoluto)? Podemos encontrar en ello un mensaje básico en lo que respecta al significado del ayuno: ¿Cuál es el objetivo del ayuno? Él reprime las tendencias corporales del individuo. Con él, se expresa que estamos dispuestos a renunciar a los placeres materiales. Estamos dispuestos a sufrir, a sentir hambre, sed, incomodidad. Y todo eso - ¡¿para qué?! ¡¿Acaso la Torá de Am Israel (el Pueblo de Israel) le exige a sus hijos ser masoquistas, y amar el sufrimiento?!
Es muy conocido el refrán jasídico que dice: “En el ayuno del 9 de Av [por la destrucción del Templo. N. del T.] – ¡¿quién es capaz de comer?! Y en
Iom Kipur – ¡¿quién necesita comer?!”. Seamos sinceros con nosotros mismos: ¿Quién estaría dispuesto a renunciar a Iom Kipur? – ¡con toda su dificultad! Necesitamos esa vivencia de purificación. Necesitamos esa sensación de elevación espiritual. Necesitamos sentir que por un momento salimos del círculo egoísta de nuestras vidas, y trepamos a un lugar más alto, más valioso.
El ayuno no es un día de sufrimiento para la persona. El ayuno es el reposo absoluto de sus fuerzas creativas. El ayuno es la anulación de las pasiones materiales. El ayuno es la supresión de la avidez por el placer efímero. Él refrena cierto aspecto de nuestra personalidad - para permitirle a otro aspecto de ella salir a flote. Es una expresión de nuestro profundo deseo de encontrarnos en otro lugar, totalmente distinto. Es una expresión de nuestro deseo de vivir algo con un contenido eterno, profundo, elevado. El ayuno no tiene por objetivo arruinar a la persona: Su meta es revelar su deseo más auténtico, más profundo y más sincero.
Por ello, hay una
mitzva de comer y beber en vísperas de Iom Kipur. Por ello, hay una mitzva de comenzar a construir la Suca (tabernáculo) inmediatamente a la salida del ayuno. El descanso del décimo día del mes de Tishrei no es para hacer sufrir a la persona. Es para permitirle regocijarse con un placer mucho más profundo. Es para permitirle un “nivel de vida” mucho más alto, para hacernos salir de las nimiedades cotidianas, para revelar nuestros más elevados anhelos de valores, para encontrarnos con el profundo sentido que le damos a nuestras vidas.
En base a la profunda vivencia de ese día de reposo absoluto, seremos merecedores del perdón, la absolución, indulgencia y purificación.


Rav Shlomó Aviner

Piensa para bien – todo estará bien
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Leí en algún libro que arguye que el pensamiento actúa sobre la realidad y genera cambios en ella, y si la persona pensará que le irá bien en algún asunto, el pensamiento en sí hará que le ocurra esa buena cosa. ¿Es cierto?
Respuesta: Por supuesto que no. Sólo D’s “dice y hace, decreta y cumple” (rezo Baruj SheAmar). Nosotros somos sólo personas. Durante la galut (el exilio) pasamos muchas cosas malas, y pensamos que estará bien – y a pesar de ello no fue lo que ocurrió. Es una idea mística sin ninguna base científica, ni tampoco tiene fuentes en el judaísmo.
Esa idea fue citada en nombre del Tzemaj Tzedek (Rav Menájem Mendel Seniorson), el tercer Admo”r (director de una corriente jasídica) de Jabad, y luego fue publicada por el Rit”z (Rav Iosef Itzjak Seniorson), el sexto Admo”r de Jabad: Piensa bien, estará bien. Por supuesto, el Tzemaj Tzedek fue un Gaón (genio del estudio de la Torá) gigante, pero esa idea no tiene otra fuente más antigua.
Hay quienes lo explicaron basándose en lo que dijo el Baal Shem Tov: “Donde se encuentra el pensamiento de la persona, allí se encuentra ella”. Eso por supuesto que es cierto, pero no alcanza con ello para que ese pensamiento actúe en la realidad.
Hay quienes explican que si la persona confía en D’s, en recompensa por ello será merecedor que sus deseos se cumplan. También ello es cierto, pero no es suficiente para hablar de certeza.
Y hay quienes se basaron en la regla de nuestros sabios: “Un buen pensamiento D’s lo suma a las acciones”. Es cierto, pero no está escrito que ese sumado alcanza para que se cumpla en la realidad.
También “la acción final pensada de antemano” que es dicho en el rezo Leja Dodi no promete que el pensamiento actúa sobre la realidad como por arte de magia.
Lo que es cierto es que si la persona actúa con confianza en sí mismo, eso ayuda a su éxito. Y si teme no tener éxito, eso mismo le impide el éxito. Como está escrito (Iyov 3:25): “Cuanto yo temía me ha sobrevenido, y lo que recelaba me ha acontecido”. Y el Mahara”l cita el versículo: “El temor de la persona le será una trampa, y el que confía en el Eterno se elevará” (Mishlei 29:25. Netivot Olam, Netiv HaBitajon 1). Y también él explica lo que dijeron nuestros sabios “todo el que cumple en sí mismo así, le llega así” (Baba Metzia 33A). Él trae un ejemplo: “Si la persona tomará una tabla larga, y la pondrá sobre un río para pasar de una orilla a la otra, si quiere pasar temerá, porque es muy probable que caiga. Y si pondrá esa tabla sobre el suelo, no le pasará nada, porque cuando piensa que caerá eso actúa sobre la persona, porque el raciocinio es el que actúa más sobre todo” (Jidushei Agadot allí). Es la misma tabla, pero sobre el río la persona tiene miedo, sobre el suelo no tiene miedo, y eso tiene su influencia sicológica.
Y también hay estudios médicos que demostraron que personas optimistas tienen menos probabilidad de tener ataque de corazón y males similares.
Pero la persona debe ser humilde, y no creer que sus pensamientos moldearán la realidad. Por el contrario, eso puede hacer daño. Dijo Ula: “El pensamiento ayuda incluso en el estudio de la Torá, como dice el versículo ‘frustra las maquinaciones de los astutos, para que sus manos nada puedan hacer’” (Iyov 5:12, en Sanhedrin 26B). Y explicó Rashi allí: “… el pensamiento que la persona piensa, así hare, así lograré, influye para que no se cumpla, porque su pensamiento no se cumplirá, incluso en el estudio de la Torá, por ejemplo si dice que hasta tal cual día estudiaré tal o cual tratado”.
Y escribió el Ben Ish Jai: “Muchas veces le son deparados para la persona riqueza para su casa, éxito en sus negocios, pero porque se pasea en su imaginación y se ve a sí mismo como si ya se encontrase dentro de esa abundancia, y disfruta de su imaginación, con ello él hace que no se merezca toda esa bondad” (Od Iosef Jai, Ki Tetze, comienza shaleaj teshalaj).
Por supuesto que en el rezo el pensamiento actúa sobre la realidad. Pero también en este caso se trata de ruegos, y no de certeza. Y por el contrario, si la persona le imparte órdenes a D’s con su rezo, eso mismo puede hacer despertar la crítica en contra suya. “Tres cosas recuerdan las trasgresiones de la persona… el pensamiento en el rezo…” (Brajot 58A). “Porque por ello en lo alto se fijan en sus acciones diciendo, él se confía en sus méritos, veremos cuáles son” (Rashi allí).
Y Rav Avraham Ben HaRamba”m escribe en cuanto a la confianza en D’s que no es una panacea para que se cumplan sus deseos. Todo depende si D’s se lo prometió o no. Si D’s lo prometió, por supuesto que hay que creer en su promesa, pero si D’s no lo prometió, y a pesar de ello la persona está segura que D’s cumplirá con su deseo, es un descaro (HaMaspik LeOvdei HaShem, Shaar HaBitajon). Por ejemplo, D’s prometió que descenderá el Man, y por ello el que guardó del día anterior es una falta de confianza en D’s. Pero si en nuestros días que D’s no prometió que descenderá Man la persona sale afuera para juntarlo en base a su confianza ciega que descenderá, es un descaro.
La regla, es tener humildad frente a D’s, una humildad gigante.                                                              


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Kidush
Hay que cuidarse mucho de no salir fuera de la casa entre el Kidush y la comida, incluso si vuelve al lugar donde hizo Kidush para comer[1].
La comida debe ser donde se hizo el Kidush, y no se debe cambiar el lugar por otro. Y en un principio lo mejor es que no cambie su lugar ni siquiera de una punta a la otra en el mismo cuarto[2].
Si comió kazait de pan o mezonot donde hizo Kidush, cumplió con su obligación de “Kidush donde se come”, y puede pasar a otro lugar a comer su comida[3].
Si ya lo hizo y cambió de lugar entre el Kidush y la comida, o por alguna razón no puede comer en el mismo lugar donde hizo Kidush y pasa a comer a otra punta del mismo cuarto, incluso si es un cuarto muy grande, no tiene que volver a hacer Kidush[4].
Si cuando hizo Kidush en una punta del cuarto tomo en cuenta que pasará a otra punta del cuarto para comer, en un principio puede cambiar de lugar, y es considerado “Kidush donde se come”. E incluso cuando hace Kidush en un cuarto muy grande puede cambiar su lugar para comer dentro del mismo cuarto, de momento que así lo tomó en cuenta cuando hizo Kidush[5].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 273 inciso 12. Biur Halajá comienza lealtar).
Y véase allí que los poskim discrepan en ese tema, y por ello en un principio hay que cuidarse de ello, pero si ya lo hizo no debe volver a hacer Kidush, sobre todo cuando salió al baño, lo que es considerado como algo necesario para la comida.

[2](allí inciso 1, Mishná Brurá inciso 3).
[3](véase Mishná Brurá allí inciso 5, Shaar HaTziun inciso 5 que escribió así en cuanto al que cambia de lugar de la casa a la Suca o de la Suca a la casa).
[4](allí, inciso 1).
[5](allí, inciso 1, Mishná Brurá inciso 2 3, Shaar HaTziun inciso 4, no como Maguen Avraham. Y véase Hagaot Rabí Akiva Iguer al Shuljan Aruj allí). Pero en Kaf HaJaim (allí, inciso 8) citó la opinión de Maguen Avraham que en un principio no se debe cambiar de lugar, y a pesar que Rabí Akiva Iguer escribió que si se puede, se debe determinar como la mayoría de los poskim (y véase Ben Ish Jai, segundo año, Bereshit inciso 3).