Parashat Emor 17 de Iyar
5777 No
1118
Rav
Azriel Ariel (reimpresión)
En
En primer lugar, es llamativo que
ese versículo se encuentra en ese entorno. ¿Por
qué razón el D’s que nos
entregó
Ambas preguntas son contestadas por
el Mahara”l de Praga en su libro “Gur Arie”. Él
explica que hay
dos aspectos en las mitzvot sociales: Por un lado existe el
aspecto de
la justicia y la obligación, y por otro lado el
aspecto de la bondad.
Los tributos de los menesterosos cuando se cosecha el campo, expresan
el
aspecto de la justicia y la obligación. Es por ello que esas mitzvot
aparecen entre las mitzvot de los sacrificios de las
festividades, que
son obligatorios. El sacrificio, no expresa el anhelo humano de
vincularse con
su D’s, sino que por el contrario, su objetivo es expresar la
anulación de la
persona frente al Eterno y su reverenciada majestuosidad. Así
son las mitzvot
de leket y pea: No tienen por cometido expresar la buena
voluntad
de la persona, sino que su obligación, que
cumplirá acatando y
anulándose frente a la palabra de D’s.
Esa explicación del Mahara”l
es ampliada por el Rav Kuk zt”l en su comentario a Masejet “Pea”
en su libro “Ein Ayá”. El abandono del leket y la
pea en
el campo - sin tomar alguna iniciativa para ayudar alguna persona
específica -
expresa en forma muy tangible el principio que “la entrega al
menesteroso no es
producto de la gran generosidad y misericordia del
patrón sino que es una
ley positiva, y lo que
E inmediatamente se preguntará: ¿Qué
derecho tiene el necesitado de adueñarse de lo que otro
ganó con su esfuerzo? ¿Cómo
sabemos que el abandono de los tributos de los menesterosos se basa en
la
justicia, y no en el sentimiento de amor, hermandad y compasión
por ellos? En
cuanto a eso el Rav Kuk zt”l plantea una
aguda respuesta: Los que piensan que la pobreza es sólo “un
problema” que la
sociedad debe “solucionar” se equivocan. Es un error pensar que el
menesteroso
es sólo una carga económica para el público que se
procura su sustento
trabajando. La pobreza tiene un papel en la sociedad: Un papel
difícil,
doloroso, pero con sentido. Si en la sociedad no hubiese pobreza, no
habría
benevolencia. Si no hubiese personas que necesitasen ayuda en el mundo,
cada
uno se sumergiría en sí mismo y en sus intereses
egoístas, y no se vería
obligado a tomar en cuenta a su prójimo, sus necesidades y sus
penas.
Es cierto. Estaríamos más contentos
si no hubiese pobres en el mundo. Preferiríamos hacer obras de
caridad y
benevolencia para con nuestro prójimo también si no
tuviese necesidad de ello.
Desearíamos vivir en una sociedad que respeta la “ley de la
sonrisa
obligatoria” para con toda persona, ya que “la sonrisa - no existe
el
menesteroso que no pueda ofrecerla, ni el rico que pueda prescindir de
ella”.
Pero mientras no hemos llegado aún a esa situación ideal,
mientras el egoísmo
gobierne, debemos agradecerle a los pobres que se encuentran con
nosotros. Debemos
agradecerles porque ellos evitan que nos convirtamos en una sociedad
corrupta,
fría y ajena al prójimo. Por ello debemos pagarles los
tributos que les
corresponden, no sólo por generosidad, como quien come del pan
ajeno por bondad.
Les daremos el sueldo que les corresponde justamente, por su
importante
aporte a toda la sociedad.
De esa forma aprendemos también cuál
debe ser la actitud correcta frente al menesteroso: No lo veremos como
una
carga, sino que como un valor. No lo despreciaremos en nuestro
corazón, sino
que lo respetaremos. No le daremos mezquinamente “algunas monedas” para
cumplir
con nuestra obligación, sino que lo auxiliaremos en abundancia.
Nos
esforzaremos por liberarlo de la pobreza, no para “solucionar el
problema de la
pobreza” en el ámbito nacional - ya que lamentablemente sabemos
que “no dejará
de haber menesterosos en la tierra” (Dvarim 15:11). Lo ayudaremos para
que el
menesteroso particular que se encuentra delante de nosotros pueda
liberarse de
la desgracia y viva una vida de riqueza y felicidad adecuadas a toda
persona
que fue creada “a imagen y semejanza” Divinas. Por ello frente a
él nos
sentiremos como “bienaventurado aquel que piensa en el pobre” (Tehilim
41:2),
ayudándolo de la forma más efectiva que somos capaces.
Y si ya hablamos de la efectividad
de la ayuda, he aquí otro punto que tiene su expresión en
el abandono del leket
y la pea en el campo: El menesteroso no permanecerá de
brazos cruzados,
anulado en su pasividad esperando recibir lo que le corresponde.
Él debe esforzarse.
Debe trabajar. Debe tomar la iniciativa y hacerse responsable de
sí mismo. Esa
iniciativa es la que lo hará sentirse como una persona digna y
con valor, y
reforzará su espíritu para que pueda seguir escalando los
peldaños de la
escalera económica y social. Y quien no tiene fuerzas para tomar
la iniciativa
y apoderarse de lo que le corresponde - para él, existe la mitzva
de la
limosna.
Los tributos de los menesterosos en
el campo - con todos los significados que encierran - son parte de las mitzvot
que deben cumplirse en Eretz Israel (
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta:
La principal razón
es que las personas son mimadas y egoístas, quieren que su
pareja les sea afín
exactamente, y eso dificulta mucho el tema.
Pregunta:
¿Hay quienes
arguyen que la sociedad separada de los religiosos es la culpable,
porque no
hay oportunidades de encontrarse con la pareja potencial?
Respuesta:
No es cierto. Entre
los jilonim (seculares) la sociedad es mixta totalmente, y
allí el porcentaje
de solteros es el más alto. Entre los datiim-leumim (religiosos
nacionalistas) la sociedad es mixta a medias, y el fenómeno de
los solteros
mayores es mucho menor, y entre los jaredim (ultra-ortodoxos)
la
sociedad es separada totalmente, y casi no hay solteros mayores.
Pregunta:
Realmente, ¿qué
hacen los jaredim para resolver el problema de encontrar
pareja?
Respuesta:
Muy sencillo.
Muchos casamenteros, y lo principal, casamenteros pagos.
Pregunta:
¡¿Por qué
pagos?!
¿La persona no puede hacerlo por la buena causa?
Respuesta:
Él puede, pero no
siempre lo quiere. Hay muchas personas en el mundo que hacen cosas
buenas no
por la buena causa, o para ser más exactos, por la buena causa y
también por su
interés propio. No toda persona llegó al nivel de la
pureza del libro Mesilat
Iesharim, que todo lo hace por la buena causa, y a pesar de ello
allí es explicado
que es considerado el nivel del tzadik (justo). Es más,
hay muchos que
estarían contentos de hacerlo por la buena causa, pero no
pueden. Porque ser
casamentero lleva mucho tiempo – buscar, hablar, convencer,
acompañar durante
todo el proceso y más. Las personas necesitan procurarse su
sustento, están
dispuestas a disminuir sus horas de trabajo y ocuparse de casamientos,
pero se
les debe pagar por ello.
Pregunta:
¿Cuánto se les
debe
pagar?
Respuesta:
Mucho. Yo propongo
a la pareja pagar cada uno 5000 shekel al casamentero, incluso si lo
hizo por
su propia iniciativa, incluso si no es su profesión.
Pregunta:
Perdón por
preguntar, ¿ellos pagan?
Respuesta:
Lamentablemente,
no. A lo sumo le dan un pequeño regalo, y eso es
tacañería. Hacen un casamiento
que sale 100 mil shekel o 200 mil shekel, y no están dispuestos
a pagar 10000
shekel al que le deben todo eso. Es ser desagradecido.
Pregunta:
¿Hay alguna fuente
de esa suma, 10000 shekel”?
Respuesta:
No. El Ram”a
escribe que todo es según la costumbre del país (Shuljan
Aruj, Joshen Mishpat
185:10, acotación).
Pregunta:
¿Pero entre los datiim-leumim
la costumbre es no pagar nada, a no ser que se trate de un
casamentero
profesional, con el que se convino también cuánto se
pagará?
Respuesta:
Es muy cierto. Y
esa mala costumbre tiene malas consecuencias. Por ejemplo, entre los jaredim
cada Beit Iaacov (centro de estudio para muchachas) tiene
una
casamentera paga que recibe sueldo, que se encarga de encontrar pareja
para las
egresadas. Ellos lo ven como parte de la obligación del
instituto por la
preocupación del futuro espiritual de las muchachas. Entre
nosotros es muy
raro, hay unas pocas ulpenot (centro de estudio de muchachas)
que
hicieron algo así, y tampoco pagan, sólo los padres deben
pagar, y ellos
tampoco pagan. Todo eso debe cambiar.
Pregunta:
El Rav fundó dos
sitios para buscar pareja, Shushvinin y Culanu Shadjanim.
¿Cómo
son las cosas allí?
Respuesta:
Gracias a D’s hay
muchos éxitos, pero está lejos de solucionar el problema.
Allí es gratis. Sólo
si se tiene éxito, se recomienda donar al sitio.
Lamentablemente, casi nadie
dona nada. Los que trabajan en el sitio consagran muchas horas en forma
voluntaria, y también mantienen el sitio de su propio dinero.
Pregunta: ¿Por
qué el que propone una pareja y no es casamentero profesional
debe recibir pago?
Respuesta: El
Ram”a determinó que el casamentero es como un intermediario de
un negocio, y
por ello se merece recibir pago según la regla que “desciende al
campo de su
compañero y planta allí sin su permiso”. Así
escribe en forma explícita el Gaón
(genio del estudio de
Pregunta: ¿El
Ram”a, pero no el Shuljan Aruj?
Respuesta: Es
cierto. Los sfaradim (provenientes de colectividades del norte
de África
y otros lugares) acostumbraron durante todas las generaciones a no
pagar por
casamientos, como atestigua el Gaón, el Rav Moshé
Shterenbuj (Shu”t
Tshuvot VeHanagot, Joshen Mishpat Alef, 715). Pero en nuestros
días, también
los sfaradim tienen que acostumbrar a pagar, también
ellos necesitan
encontrar pareja.
Pregunta: ¿Qué
se debe hacer si el casamentero dijo que no hay que pagar? ¿Hay
que pagarle de
todas formas?
Respuesta: Ojalá
esos sean nuestros problemas. Eso fue tratado en Pitjei
Tshuvá (Shuljan
Aruj, Even HaEzer 50 inciso 16).
Pregunta: ¿En
resumen?
Respuesta: Es
difícil encontrar pareja como partir las aguas del Iam Suf.
Y fuimos
merecedores del partido de las aguas por el sacrificio de entrar en el
agua. En
este tema no se necesita sacrificar la vida, sino que un poco de dinero…
Meorot
HaShabat
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Kidush
La persona puede cumplir con su
obligación de Kidush escuchándolo de otra
persona, a condición que el
que recita el Kidush tenga presente la intención de que
el que lo oye
cumpla su obligación, y el que escucha tenga presente la
intención de cumplir
de esa forma con su obligación[1],
como será explicado más
adelante.
Una mujer puede recitar el Kidush
y un hombre puede cumplir con su obligación escuchándola,
porque también las
mujeres tienen la obligación de la mitzva de Kidush
según
Un pequeño que aún no ha llegado a
los 13 años, a pesar que ha llegado a la edad en que se lo debe
educar y tiene
la obligación de hacer Kidush, de todas formas no puede
recitar el Kidush
para que una persona mayor cumpla su obligación
escuchándolo [ya sea hombre o
mujer], porque la obligación del pequeño es sólo
según nuestros sabios para
educarlo, y la obligación de los mayores es de
Pero el pequeño puede recitar el Kidush
para que cumplan su obligación otros pequeños que han
llegado a la edad de
educación y aún no han llegado a la edad del cumplimiento
pleno de las mitzvot,
de momento que su obligación del Kidush es sólo
según nuestros sabios[5].
[1]Shuljan Aruj, Orej Jaim 273 inciso 6, Mishná
Brurá inciso 30
[2]Allí, 273 inciso 2. Y véase Kaf HaJaim (inciso
8) que citó el Ba”j que
cita a Rasha”l, que opina que las mujeres no puede cumplir con la
obligación de
los hombres, mientras que Kneset HaGdola cito a ambos y escribió
que la
costumbre no es así, y por ello Kaf HaJaim concluyó que
de momento que hay
diferencias de opinión al respecto, un hombre no debe cumplir su
obligación
escuchando a una mujer que recita el Kidush, a no ser que sea una
situación
excepcional, en la que no hay otro hombre del que lo pueda escuchar.
[3]Allí, Mishná Brurá inciso 4.
Pero los pequeños pueden cumplir con su obligación
escuchando una mujer que recita el Kidush en un principio (Derej
HaJaim, Dinei
Kidush VeBeito inciso 3).
[4]Allí, Mishná Brurá inciso 2, Biur
Halajá comienza miad.
Un hombre o una mujer que no saben hacer Kidush ellos
mismos, y un pequeño lo hace para ellos, deben decir palabra por
palabra junto
con el pequeño. Y de momento que recitan el Kidush ellos mismos,
lo correcto es
que no confíen en el vaso de vino que sostiene el
pequeño, sino que ellos
también tengan un vaso con vino delante (allí,
Mishná Brurá inciso 2 y 3, Biur
Halajá comienza miad y comienza deitkash).
También un muchacho que ya tiene 13 años de edad, si no
se
sabe si tiene indicios de ser grande, no puede recitar el Kidush para
que
cumplan su obligación personas mayores que aún no han
rezado y tienen
obligación según
[5](Derej HaJaim Dinei Kidush VeBeito inciso 1, Tehilat LeDavid
271 inciso
4). Y véase Mishná Brurá (inciso 2) que el que
tiene obligación por nuestros
sabios puede cumplir la obligación también para otra
persona que tenga
obligación según nuestros sabios.
Y véase en Tehilat LeDavid (allí) que escribió que
también
un pequeño que ya rezó [y su obligación es menos
vigorosa, como será aclarado
más adelante] puede cumplir con la obligación de un
pequeño que aún no rezó [y
su obligación es más clara], aunque Derej HaJaim
(allí) no opina así, y
escribió que un pequeño que ya rezó no puede
cumplir con la obligación de un
pequeño que aún no rezó. Y véase más
adelante.