Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaiakhel - Pekudei     27 de Adar 5777     Shabat HaJodesh     No 1112


Rav Iaacov Filver

"Yo he nombrado a Betzalel"
Rav Iaacov Filver
(reimpresión)

La Gmará (Brajot 55A) dice que “no se nombra ningún director del pueblo, sin antes preguntarle al público”. Y eso lo aprenden del versículo, “ved que el Eterno ha llamado por nombre a Betzalel” (Shmot 35:30). Y así explica la Gmará: “D’s le dijo a Moshé; Moshé, ¿te parece adecuado Betzalel? Le contestó: Si a Ti te parece adecuado, ¡por supuesto que lo es para mí! Le dijo: A pesar de ello, ve y pregúntale a Am Israel (el Pueblo de Israel). Ellos contestaron: Si a D’s le parece adecuado, y también a ti, ¡por supuesto que lo es para nosotros!”. Y debemos preguntar: Si D’s ya dio Su consentimiento, ¿por qué es necesario el consentimiento de nuestro Rav Moshé? Y si Moshé también consintió, ¿por qué se necesita el consentimiento del pueblo?
Explica el Rav Kuk en su libro “Ein Aya” (Brajot, allí): El líder perfecto de Am Israel debe tener buenas cualidades en tres campos distintos. En primer lugar debe tener buenas virtudes: Buen corazón, rectitud, optimismo y similares – cualidades que sólo D’s conoce, que investiga las entrañas de la persona. En segundo lugar debe tener aptitudes que le permitan dirigir al pueblo y conducir su rebaño con sabiduría – cualidades que no toda persona puede percibir, sólo los entendidos en la materia, los grandes sabios que pueden darse cuenta de ello, lo que la mayoría del pueblo no es capaz. Y en tercer lugar se encuentran las cualidades más externas, que impresionan al público, y son claras y evidentes para toda persona.
En cuanto al primer campo, incluso el profeta Shmuel se equivocó, cuando vio a Eliav – el hermano de David, y pensó que él fue elegido como rey. Y D’s le dijo: “No mires a su parecer, ni a su elevada estatura, pues le he rechazado, porque no lo que mira el hombre es lo importante, porque el hombre mira a los ojos, más el Eterno mira al corazón” (Shmuel Alef 16:7). Y no es que la apariencia y la estatura en si sean defectos cuando se trata de algún líder: Por el contrario, son necesarias cuando se suman a las cualidades anteriores. Y este es el orden correcto: Las cualidades más importantes, son las del primer tipo, que el líder tenga cualidades espirituales y morales buenas – como buen corazón, y ser piadoso de D’s. Luego, debe tener las cualidades necesarias desde el punto de vista de la sabiduría, “conocimiento práctico y dotes de líder”. Y sólo en tercer lugar – en el último eslabón – se encuentra la impresión externa que el líder hace sobre el público.
Según ese orden de prioridad, cuando se debe nombrar un director del público, hay que verificar primeramente la personalidad del líder. Luego, se debe verificar sus aptitudes prácticas y su sabiduría – y sólo al final, debemos tomar en cuenta su apariencia. Pero si invertimos el orden, y preferiremos la apariencia y la impresión que causa, mientras que pondremos en segundo plano las cualidades prácticas y sabiduría, y relegaremos al último plano las cualidades internas – como su kdushá (santidad) y similares – entonces el líder no podrá desempeñar en forma correcta su papel. Y así debemos interpretar las preguntas y respuestas de D’s, Moshé y el pueblo:
Cuando D’s le preguntó primeramente a Moshé si Betzalel le parece correcto, Su intención era que Moshé diga cuál es su opinión en cuanto a las cualidades prácticas y sabiduría de Betzalel – que Moshé podía descubrir. Y Moshé contestó que, si en el plano de las virtudes internas espirituales – que sólo D’s conoce, y es el plano principal – es apto, por supuesto que también lo es en ese segundo plano, el plano de la sabiduría. Y entonces D’s le ordena a Moshé que también le pregunte al pueblo, si Betzalel les parece apto, desde el punto de vista de las cualidades que impresionan al público. Y el pueblo contestó como corresponde: Si Betzalel es apto desde el punto de vista de las cualidades que sólo D’s conoce, y también las cualidades que Moshé puede percibir, si él es pleno en esos ambos campos, por supuesto que también lo es en el campo de las cualidades más comunes, que son secundarias.
Y de ello aprendemos: Con toda la importancia de las cualidades espirituales y prácticas – que son las principales tratándose de un líder – no se debe desdeñar las cualidades más simples y externas, que se suman a las más elevadas. Y por ello, escribió el Ramba”m (Hiljot Sanhedrin 2:6): “Del mismo modo que los miembros de un tribunal deben ser escogidos en materia de justicia, también deben carecer de todo defecto físico. Se debe procurar y examinar y comprobar que todos ellos sean suficientemente adultos, de buena estatura y aspecto”.


Rav Shlomó Aviner

Salvar a nuestro santo ejército
Rav Shlomó Aviner

Hay quienes arguyen que todos los problemas de falta de recato en el ejército no son nuevos, siempre existieron, y hasta ahora logramos sobrevivir y así continuaremos. No es necesario gritar por cualquier cosa.
Es un grave error. Hay una gran diferencia entre una trasgresión que una persona particular comete y una trasgresión oficializada. Una persona particular es un hermano, amado en toda situación. Tampoco nos metemos en su vida particular. Nadie es un ángel. La persona es juzgada según su mayoría. Puede que haya un soldado corrupto en su recato, pero puede que en otro campo es un muchacho de oro.
Pero cuando es oficializado, cuando recibe legitimación por los directores de la sociedad, eso ya es una terrible infamia. Cuando el país, o la ley, o los jurados, o el ejército, o el gobierno visten esa abominación con explicaciones como si fuesen racionales-lógicas-jurídicas-morales, no tiene remedio. El Rav Kuk explica que esa fue la profunda razón de la destrucción del primer Beit HaMikdash (El Templo): “Esa infamia de la corrupción de la moral que se viste de prendas de modales [un orden social-jurídico] que el perfeccionado político no obliga su elección, es como una víbora que muerde y hará caer todo pueblo y nación” (véase Ein Aya Shabat, 6:22).
Por supuesto que no es un invento del Rav Kuk. Como es sabido por el profeta Iejezkel, Sdom fue destruida porque no cumplieron en ella la mitzva de la limosna. ¿Pero muchas personas son tacañas y no entregan limosna a los pobres? Explica Rabí Itzjak Arama que en Sdom había una ley que prohibía dar limosna, y por ello se merecieron la destrucción (Akedat Itzjak, Shaar 20).
Esa es la explicación del episodio de los hijos de Gad y Reuben que hicieron un altar en la otra orilla del Yarden y las otras tribus de Israel salieron a luchar contra ellos. ¿Pero ellos no fueron los primeros que hicieron un altar? Explica el Ramba”m que cuando una prohibición es trasgredida sin vergüenza por un público recae en la categoría de la Ciudad Alejada [es decir, una ciudad entera que rindió culto a otros dioses, que es destruída. N. del T.] (More Nebujim 3:41). Y el Rav Kuk lo menciona en relación a órdenes no recatados de rezo (Maamarei HaReaya 514-515).
Hay que volver a la cordura, el raciocinio y el conocimiento, y liberarnos de todo tipo de malos consejeros. Y ya hubo situaciones de ese tipo. El profeta Ishaya escribe: “Mi pueblo lo rigen un niño de pecho y mujeres gobiernan sobre ellos, oh pueblo Mío, quienes te conducen te hacen errar y destruyen el camino de tus trayectos” (Ishaya 3:12). Comenta Metzudat Tzion: “Lo rigen un niño de pecho – los frívolos de entre ellos (en nuestros días, los periodistas). Y mujeres gobiernan – las adúlteras los dominaron porque desviaron el corazón de los ministros tras su parecer. Quienes te conducen te hacen errar – los dirigentes que te dirigen te desviaron del camino recto”.
En una situación como esta, los pensadores y los creyentes no deben enterrar su cabeza en el suelo y callar, sino que clamar en alta voz en forma clara la verdad de la Torá, la verdad de la nación, la verdad de la humanidad. También de ello nos advirtió el profeta Ishaya: “Sus atalayas son todos ciegos, sin conocimiento” (Ishaya 56:10). Los ministros del pueblo que lo dirigen no están interesados en corregir el camino del pueblo y se hacen como si no supiesen de la corrupción de la generación. “Son perros mudos, no pueden ladrar” (Ishaya 56:10). Todos los ministros no advierten al pueblo respecto a la Tshuvá (el sincero arrepentimiento) y no les harán ningún provecho, son como perros mudos (Ishaya 56:10, Metzudat David).
Fortalezcámonos y nos reforzaremos con nuestro ejército y la pureza de nuestro campamento.


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
Cuando enciende las velas en la casa y cena en el patio, hay que encender velas largas que permanezcan encendidas hasta que termine la cena y vuelve a entrar a la casa. Porque si entrará en la casa y las velas ya se han apagado, la bendición que recitó cuando las encendió fue en vano, porque no hizo uso de su luz, y esas velas no aportaron nada en la paz del hogar[1].
En efecto, si para la preparación de la cena utilizó un poco de la luz de las velas en la casa, no está prohibido. Y a pesar que la cena no la comió a la luz de las velas, y también cuando terminó la cena y volvió a su casa las velas ya se habían apagado, de todas formas su bendición no fue en vano, porque ya aprovechó su luz[2].
Los que se hospedan en la cena de Shabat en casa de otras personas, y luego de la cena vuelven a dormir a su casa, si en el lugar donde se cena ya hay quien enciende velas de Shabat, y los huéspedes encienden velas en su casa [donde dormirán] recitando la bendición por la paz del hogar, que no se tropiecen con alguna madera o piedra, deben cuidarse de encender velas suficientemente largas que permanezcan encendidas hasta que vuelvan a su casa, porque si se apagarán antes, su bendición será en vano[3].


[1](Shuljan Aruj 263 inciso 9, Mishná Brurá inciso 41)
[2](Allí, Mishná Brurá). Y Kaf HaJaim (allí, inciso 9) escribió que si está oscuro allí y hace algo a la luz de las velas, no está prohibido.
[3](Allí, 263 inciso 6, Mishná Brurá inciso 29 30, Kaf HaJaim allí inciso 46).
Y si las personas de la casa se quedaron en ella hasta que estuvo un poco oscuro, y sólo después se fueron de la casa, alcanza con ello a pesar que las velas ya se apaguen hasta que vuelvan a su casa. Pero es conveniente que cuando vuelvan en la noche a su casa la casa esté alumbrada un poco por luces que dejaron encendidas o la luz de la calle, hasta que se vayan a dormir.