Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

Anterior | Posterior | Archivo | Imprimir | Página inicial


Parashat Bo     8 de Shvat 5777     No 1105


Rav Eran Tamir

¿Con precipitación?
Rav Eran Tamir

Es conocida la distinción entre la primera gueulá (Redención) - la gueulá de Egipto que fue precipitada, como es dicho en la Parashá “con premura lo comerán [el sacrificio de Pesaj]”  (Shmot 12:11), y como dijeron nuestros sabios (Brajot 9) que la precipitación era triple, el apuro de la Shjina (manifestación de la presencia Divina), de Israel y de los egipcios – con nuestra gueulá, la última gueulá, respecto a la cual fue dicho “porque no saldréis con apuro” (Ishaya 52:12). Y hay que entender cuál es la razón interna de esa diferencia técnica práctica.
Se puede decir que muchas veces cuando una persona hace algo con precipitación, tal parece que en realidad no tiene vinculación con el tema, sino que quiere terminarlo pronto, liberarse de su peso. El apuro, la precipitación y la rapidez (como dice Rashi allí) es expresión de la actitud frente al mal pasado del que la persona quiere desconectarse y liberarse. Y como dice el Rav Kuk (Maamarei HaReaya 165) en cuanto a la salida de Egipto, que la precipitación era necesaria para escapar de la impureza de Egipto y su corrupción, porque no éramos capaces de purificar y depurar las partes positivas que se encontraban escondidas en la profundidad de la oscuridad en la que nos encontrábamos durante 210 años: “He aquí que un grupo de esclavos de muchos años [el Pueblo de Israel] que casi olvidó completamente la grandeza que moraba en su ser en base a la herencia de los patriarcas, representantes del D’s en todo el mundo… he aquí que se levantan con el impulso de la mano maravillosa [con precipitación, apuro y celeridad] para diferenciar ese pueblo de toda la oscura existencia de todos los pueblos idólatras que colmaban el mundo en todos los asentamientos en ese entonces… un escapado de todo el mundo”.
En contraste con la gueulá
de Egipto en la que todavía no éramos capaces de alumbrar al mundo, influir en él y purificarlo a través de la revelación de los aspectos Divinos positivos que se encuentran en los abismos de la oscuridad e impureza, nuestra última gueulá no es una gueulá de escapado, sino que una gueulá de edificación. No sólo desconectado de la impureza, sino que también revelación de las fuerzas de vida positivas que hay en ella y su depurado con la gueulá plena. No sólo una gueulá en cuanto al mal pasado, sino que principalmente frente al presente y el futuro. Y por ello para edificar realmente una gueulá plena, que incluya dentro de ella todas las fuerzas de vida naturales y las alumbre en base a la kdushá (santidad) Divina escondida en ellas, se necesita hacerlo despacio, en forma gradual, con procesos que van edificando poco a poco en forma básica y profunda, firme y fija, a nosotros y a todo el mundo, en todos sus aspectos y su complejidad. Y como dice el Rav Kuk “nos preparamos para la gueulá futura, la gueulá en la que en su estandarte se encuentran grabadas las palabras ‘porque no saldréis con apuro’. Con pasos lentos vamos marchando hacia la gueulá, y su meta no es ahora ese escape de todo el mundo [como en la gueulá de Egipto] porque en el transcurso del tiempo ya hemos alcanzado a alumbrar los horizontes [los páramos de la vida] que estaban oscuros. Nuestra influencia alcanzó a depurar el mundo en muchos niveles, y las huellas del resplandor de nuestra alma que fue recalcada con la kdushá de nuestra Torá y nuestra forma de vida… se transformaron en estrellas de luz para muchos pueblos”.
Y así termina sus palabras allí, hablando de la meta de nuestra gueulá y la gueulá de todo el mundo: “Somos llamados a la gueulá lenta contraria a nuestra precipitación, para que podamos presentarnos frente a todo el mundo en forma pulida, en una situación de un alma purificada, que todas sus escorias ya se han apartado de ella, y se encuentra en todo su esplendor para revelarse frente a todo el mundo, para ser un fulgor para todos los pueblos bajo el cielo…”. Pronto, en nuestros días, ¡Amén!


Rav Shlomó Aviner

¿Quién molesta a quién en el Kotel?
Rav Shlomó Aviner

¿Cómo nos arreglaremos en el Kotel (Muro de los Lamentos)? Las reformistas quieren leer la Torá en el Kotel, hacer ceremonias de Bendición de Sacerdotas, ponerse Talit y Tfilin, cantar a voces. Y las mujeres temerosas de D’s sufren por eso, quieren un lugar tranquilo y recatado, como se acostumbró durante miles de años. Por supuesto, también los hombres no pueden rezar por el canto de las mujeres. ¿Entonces, qué se hace?
Hay dos respuestas: Una respuesta según la halajá, Divina, de fe, y una respuesta jurídica, según la ley, filosófica.
La respuesta según la halajá es que todo eso está prohibido. Está prohibido en todo lugar, y por supuesto que está prohibido en un Beit Kneset (Sinagoga), y mucho más en el Kotel, que es el Beit Kneset más santo que tiene Am Israel (el Pueblo de Israel). Estamos en contra de la coerción religiosa. Lo que hagan los reformistas en sus casas o en sus casas de rezo, no nos metemos. Pero ellos no deben profanar la santidad de nuestro santo Beit Kneset de todas las generaciones.
En cuanto al aspecto filosófico jurídico, Jeremy Bentham, el gran filósofo jurídico, fundador de la concepción utilitarista, determinó un principio moral y jurídico, que se lo puede formular en palabras sencillas: “La mayor felicidad para la mayor cantidad de personas”.
El “principio de la mayor felicidad” fue adoptado después también por el filósofo John Stuart Mill, es decir, “la repartición de la mayor felicidad entre la mayoría de las personas”.
Entonces, ¿quién es en este caso la mayoría de las personas? ¿Los reformistas o los otros judíos? (según las estadísticas la mitad de los reformistas son gentiles, por los casamientos mixtos y falsas conversiones, pero para nuestro caso consideraremos que todos ellos son judíos). Los reformistas en el país son 0.39%, y el resto de los judíos son 99.61%. Un cálculo rápido muestra quién es la mayoría. No hemos dicho que los religiosos son un 20%, por ejemplo, o los tradicionalistas un 40%, sino que hablamos de todos los judíos. Todo judío secular cuando llega al Kotel está interesado en calentar su corazón con una vivencia de judíos temerosos de D’s, y no de judíos reformistas. Él es secular, pero no considera a los reformistas como judaísmo auténtico. En otras palabras: Él no es secular – reformista, sino que secular – ortodoxo.
Por ello, por ejemplo, de momento que ese tema es tratado por nuestro gobierno en nuestro país, somos llamados a acudir a salvar nuestro Kotel. En efecto, sabemos que los reformistas están muy frustrados de que ellos llegan al Kotel en un número ínfimo (como es sabido, sus dirigentes reciben sueldos exorbitantes) y al mismo tiempo llegan judíos temerosos de D’s en cantidades (sin recibir sueldo). Y también en el Kotel antiguo, que es llamado la explanada sur, ahora hay allí grandes grupos de personas temerosas de D’s que rezan, en forma fija, con separación entre hombres y mujeres.
Por ello, en los días que los reformistas llegan al Kotel - una vez por mes, por lo general en Rosh Jodesh (principio de mes) para leer la Torá (sólo leer, no cumplir) - llamamos a la gente a acudir, cientos y miles de mujeres y muchachas. Y también cientos y miles de hombres y muchachos, rezar en voz alta y cantándole a D’s, para que la voz de las reformistas no se escuche.
Todo con tranquilidad, con buenos modales, con delicadeza, según la ley, en base al amor a D’s y Su Torá.
Escucha Israel, el Kotel es nuestro Kotel, el Kotel es uno. 


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
En ciertas circunstancias no se recibe el Shabat con el encendido de las velas: Si se hace una condición, o si un hombre enciende las velas de Shabat.
Si es necesario, la mujer puede hace una condición y decir en forma explícita que no recibirá el Shabat con el encendido de las velas[1], y cuando hace esa condición ella tiene permitido continuar haciendo melajot que están prohibidas en Shabat también después de haber encendido las velas [hasta que reciba el Shabat en forma explícita, o si llega el momento en que Shabat comienza de por sí]. E incluso si no formuló una condición en forma explícita, sólo pensó que no recibirá el Shabat ahora con el encendido de las velas, alcanza con ello, y luego del encendido de las velas todavía tiene permitido hacer melajot[2].
Cuando un hombre enciende las velas de Shabat, incluso si recita la bendición correspondiente, se acostumbra que no recibe el Shabat de esa forma, y por ello tiene permitido hacer melajot también después del encendido. Y de todas formas, es bueno que haga una condición explícita que no recibirá el Shabat con el encendido de las velas[3].


[1](Shuljan Aruj 263 inciso 10). En el Shuljan Aruj es citada una controversia en cuanto a la mujer que hace una condición antes del encendido de las velas que no recibirá el Shabat, si esa condición tiene vigor o no. Y escribieron los sabios que determinan la halajá que de momento que hay diferencias de opinión al respecto, no se debe hacer algo así salvo si es necesario (allí, Mishná Brurá inciso 44, citando a Maguen Avraham).
La mujer que acostumbra a bendecir “sheejeianu” en vísperas de Iom Kipur o Iom Tov cuando enciende las velas no puede condicionar que no recibirá la kdushá del día con el encendido de las velas (Shu”t Zejer Simja inciso 44. Kaf HaJaim 514 inciso 112).

[2](Allí, inciso 10, Ram”a). Y en cuanto a cuándo debe bendecir, véase más adelante.
[3](Allí, Mishná Brurá inciso 42).