Parashat Shmot 23 de
Tevet 5777 No
1103
Rav Iony
Lavi
Puede que justamente la gran cercanía que existe
entre los hermanos es la que genera el distanciamiento y el odio entre
ellos. A
veces hay dos niños que compiten por la misma “casilla”. En el
corazón de ambos
anida el profundo deseo del amor exclusivo de
los padres. Ambos se constriñen en el mismo territorio
físico, y ambos compiten
por los mismos juegos, ropas y alimentos. Hay parte de los sabios de
Israel que
dijeron que
La edificación de la hermandad es uno de los
grandes desafíos para los padres. Exige una inversión
continua, pero sin dudas
es muy redituable. Un vínculo familiar cálido y de alta
calidad es un valioso
tesoro, que no puede ser reemplazado por nada. También si tienes
miles de
amigos en Facebook, en el momento de la verdad el que llegará a
tu ayuda y te salvará
en momentos malos son primero que nadie los miembros de tu familia.
¿Cómo se hace eso? Algunos puntos para pensar:
1. Generación de vivencias familiares de
consolidación – Aprovechen toda oportunidad de encuentro
familiar (en la
cena, en un paseo familiar en las vacaciones, en el encendido de las
velas de Janucá
y similares) para generar una vivencia familiar agradable de
conversación,
interés, participación y placer. Padres que conduzcan en
forma correcta eso,
criarán una familia habladora, escuchante y fortalecedora.
2. Cada uno es amado de por sí mismo – Una
de las moralejas del cuento de Iosef y sus hermanos es la
responsabilidad de
los padres de evitar hacer despertar la envidia entre los hijos. “Dijo
Rav,
nunca debe diferenciar la persona un hijo entre los demás,
porque por el peso
de dos slaim de seda que le agregó Iaacov a su
hijo Iosef del resto de los hijos sus hermanos lo envidiaron y ello
condujo a
que descendieron nuestros antepasados a Egipto” (Shabat 4B). Cada
niño debe
sentirse amado y valorado de por sí mismo, de forma que no se
sienta amenazado
por la buena actitud para con los hermanos.
3. Déjenlos arreglarse entre ellos – La
intuición natural de los padres los impulsa a intervenir en toda
pelea entre
los hijos. La realidad nos enseña que si lograremos contenernos
y esperar – ¡la
mayoría de las peleas los niños mismos logran resolverlas!
4. Pensar diferente y tomar en cuenta – En
no pocas casas hoy en día hay un cuarto para cada niño, y
una computadora para
cada uno. No hay dudas que eso ahorra peleas y discusiones, y genera
una separación
que les proporciona a los padres silencio. Por otro lado, se pierde la
oportunidad de educar a los niños a tomar en cuenta a los
demás y
acostumbrarlos a renunciar. Por el contrario, es preferible que haya
sólo una
computadora y que en un mismo cuarto vivan varios niños. Ellos
deberán aprender
a tomar en cuenta al otro, tomar en cuenta sus derechos y sus
necesidades, una
gran adquisición para la vida como adultos.
5. Ejemplo – La actitud de ambos miembros de
la pareja para con su cónyuge y su actitud para con el resto de
la familia es el
mejor libro de estudio de los niños de qué es una familia
y cómo se debe tratar
al otro.
En contraste con el libro Bereshit que
presenta muchos enfrentamientos familiares, en el libro Shmot
(Números)
tenemos el mérito de encontrarnos con otro modelo: Moshé
y Aharon. Cuando al
hermano menor le es sabido que fue elegido para ser el líder del
pueblo, automáticamente
propone a su hermano mayor – “envía por el que acostumbras a
enviar” (Shmot
4:13, Rashi allí). Cuando el hermano mayor escucha el
nombramiento del menor,
no hay en su corazón ni un poco de envidia – “he aquí que
sale a tu encuentro y
te verá y se alegrará en su corazón” (Shmot 4:14).
Todos conocemos el cuento de los dos hermanos en el
lugar donde fue construido el Beit HaMikdash (El
Templo). Nuestra tarea es que por lo menos en el Beit HaMikdash
particular, nuestro hogar, seamos merecedores de edificar amor y
hermandad,
respeto y elogio entre los hijos.
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta:
No hay lo que
contestar, porque no hay lo qué preguntar. No es una pregunta,
es una locura,
¡por supuesto que hay que enrolarse! Todo ciudadano es soldado,
todo soldado es
un ciudadano.
Pregunta:
¿Dónde está
escrito
en
Respuesta:
No está escrito. No
es necesario escribir lo que es sobre entendido.
Pregunta: En contraste con los demás pueblos,
en los que había un ejército pago…
Respuesta:
No todos. En la
antigua Atenas no había un ejército de mercenarios, sino
que de ciudadanos –
soldados, entre los que había solidaridad. Ellos lucharon no por
dinero, sino
que por los dioses, la ciudad y los camaradas de armas. La ciudad
estaba en
guerra, y todo ciudadano comprendió que debe entregar su vida
por su defensa.
Tenía su tierra, su familia, su trabajo, y junto con ello era un
soldado. Y por
supuesto, el que calló en la lucha, fue merecedor de mucho
honor. Es lógico, los
ciudadanos son los que deciden que se sale a luchar, y ellos mismos son
los que
salen a la guerra.
Pregunta:
¿Pero después en
todo el mundo hubo soldados pagos?
Respuesta: Tal parece que en la época moderna
los primeros que innovaron el ciudadano – soldado fueron los suizos
hace unos
200 años. El servicio militar era obligatorio, y todo ciudadano
también debía
procurarse su propia arma. Eso también unió a Suiza. Hay
allí todo tipo de
personas, todo tipo de religiones, todo tipo de lenguas, todo tipo de
culturas,
y el ejército fusionó a todos y los unió a todos.
Sopló la ideología romántica
del ciudadano – soldado, humilde, artesano que está dispuesto a
defender su
patria.
Pregunta:
¡Muy lógico!
Respuesta:
Muy lógico. El
filósofo francés Rouseau escribió en su momento
que el estado tiene prohibido
quedarse sin protectores, pero sus verdaderos protectores son los
ciudadanos.
Todo ciudadano debe ser soldado, como obligación, y no como
profesión. Así debe
ser en todo país libre.
Pregunta:
Entonces demos
aprender esa idea de los gentiles. Recibe la verdad de quien sea.
Respuesta:
Por supuesto que
no. Nosotros tuvimos un ejército del pueblo antes que todos,
antes que todos
los otros pueblos hayan nacido. En nuestro caso todos son soldados de
por vida:
Jóvenes y ancianos, servicio obligatorio y reservistas, derecha
e izquierda,
religiosos y seculares, sanos y enfermos…
Pregunta: ¿Enfermos?
Respuesta:
Si. Hay puestos
para enfermos, hay tareas para minusválidos, hay incluso puestos
para soldados
con problemas sicológicos. ¡Todos son llamados a la
bandera! Y entonces se
genera una especie de cultura que unifica a todos.
Pregunta:
Justamente en los
últimos tiempos hay quienes expresaron odio al Ramatka”l (Comandante
en
Jefe) porque fue juzgado un soldado…
Respuesta:
Es sabido. Está
prohibido odiar. Amamos a todos. Al soldado y al Ramatka”l. Esa
es la
regla, ciudadano – soldado.
El cometido de esta sección es
familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat.
Cada uno
debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en
cuanto a los
detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
Los Rishonim (sabios de hace
unos 500 años) discrepan en cuanto si se recibe el Shabat con
el
encendido de las velas o no.
En opinión del autor del libro “Baal
Halajot Gdolot” con el encendido de las velas se recibe el Shabat
y
de aquí en más está prohibido hace melajot.
Pero hay otros Rishonim
que opinan que el recibimiento del Shabat no depende del
encendido de
las velas[1].
El Shuljan Aruj (libro de halajá
por excelencia) citó ambas opiniones[2].
El Ram”a escribió que
la costumbre es que la mujer que enciende las velas recibe de esa forma
el Shabat,
y de aquí en más tiene prohibido hace melaja[3]
y por ello ella debe terminar
todas las melajot y preparativos del Shabat antes de
encenderlas.
Una mujer que recibe el Shabat
con el encendido de las velas, cuando todavía hay mucho tiempo
hasta Bein
HaShmashot (es decir, hasta la puesta del sol), puede pedirle a su
esposo u
otra persona que aún no ha recibido el Shabat que hagan
alguna melaja
para ella: De momento que ellos todavía tienen permitido hacer melajot,
no hay prohibición de pedirlo[4].
Por ello, si alguna de las
velas se apagó, la mujer puede pedirle a alguna persona que
todavía no recibió
el Shabat que vuelva a encenderla[5].
[1](Tur 263, inciso 10. Shuljan
Aruj). Y en opinión de los que dicen que el recibimiento del
Shabat no depende
del encendido de las velas, el recibimiento del Shabat es cuando el
público
dicen en el rezo de Arvit “Barju”, o el salmo “Mizmor Shir LeIom
HaShabat”
(Shuljan Aruj allí). Y véase en Shu”t Lev Jaim (parte 3,
inciso 49) que
escribió que también según esas opiniones se
refieren justamente cuando el
público reza cuando todavía el día no
terminó, antes de la puesta del sol, pero
si ellos rezan después de la puesta del sol, por supuesto que no
se puede decir
que el recibimiento del Shabat es en el rezo, y tienen prohibido hace
melaja
antes de la puesta del sol.
[2](Allí)
Hay quienes escribieron que el Shuljan Aruj determina que
la mujer no recibe el Shabat con el encendido de las velas,
véase Shuljan Gavoa
(al final del inciso679). Y de todas formas hay quienes escribieron que
en un
principio la mujer debe recibir el Shabat con el encendido de las
velas. Pero
el Ben Ish Jai (segundo año, Noaj inciso 8) y Kaf HaJaim (inciso
34-35)
explican que la costumbre es que la mujer recibe el Shabat con
el encendido
de las velas.
[3](Allí, Ram”a)
Pero el esposo y el resto de las personas en la casa no
reciben el Shabat con
el encendido de la mujer (allí, Ram”a). También ellos
deben cuidarse de
terminar todos los preparativos y melajot a tiempo, y no demorarse.
Véase más
adelante, en cuanto a posibilidad de hacer condicionamiento.
[4]A pesar que toda melaja que está prohibido hace en
Shabat también está
prohibido pedirle a algún gentil que la haga, de todas formas el
que recibió el
Shabat tiene permitido pedirle a su compañero que todavía
no lo recibió hacer
melaja, porque de momento que para su compañero no hay ninguna
prohibición de
hacerlo, no está prohibido que se lo pida, porque lo que
está prohibido es
pedir algo que está prohibido para todo Israel (allí,
Ta”z inciso 3). Y el
Maguen Avraham (inciso 30) escribió que la razón es
porque también el que
recibió el Shabat podría elegir no recibirlo
todavía. Y todo lo que está
permitido de alguna forma, se lo puede pedir a otro que lo haga para
él – fue
citado por Kaf HaJaim (inciso 101).
[5](Véase allí inciso 17. Mishná
Brurá inciso 4. Kaf HaJaim inciso 100).