Parashat Miketz 2 de
Tevet 5777 No
1100
Rav David
Landau
Debemos
prestar atención a la formulación del rezo “Al HaNisim”
(“por los
milagros”, que se agrega en los rezos de la fiesta), que fue
determinado por la
inspiración Divina de nuestros sabios.
En Janucá
hubo una contienda, pero esa lucha continúa desde ese
entonces hasta
nuestros días. ¿Cuál fue esa contienda contra los
griegos? Se trata de la
maldad de los gentiles, que quisieron “hacer olvidarnos nuestra Torá,
y
trasgredir Tus leyes de Tu voluntad”. Ese celo continúa desde
ese entonces
hasta hoy en día. En nuestra santa literatura es aclarado que el
odio de los
gentiles contra ese pueblo eterno, es el odio a D’s y Su pueblo. Hay
episodios
singulares en la historia en los que se acumula ese odio.
Hay
que “estudiar y cumplir”, ambos son una misma cosa - y en paralelo a
ello los
gentiles quieren “hacer olvidarnos nuestra Torá, y
trasgredir Tus leyes
de Tu voluntad”. El tema de
El
Ramba”m explica que el propósito de los ayunos no es sólo
el duelo, sino que
hacernos recordar y corregir: Corregimiento de las acciones, y el
enaltecimiento del espíritu en Israel. Y de ello, comprendemos
que también en
las fiestas debemos corregir. En este momento hay que corregir el
olvido de
La
aclaración continúa con el rezo: “E inicuos en manos de
los que se ocupan de Tú
Torá”. De ello salió una gran santificación
del Nombre de D’s. “Y a Ti
te has enaltecido y santificado Tu nombre en Tu mundo”. Por ello, esa
contienda
que hubo en Janucá continúa en nosotros en forma
especial. En Janucá
se conjugan dos cosas juntas: La valentía de la lucha, y la
victoria de la kdushá
(santidad). (Según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Moadim Alef,
pág. 174-5, 195).
Un
himno a la mujer alegre
Rav
Shlomó Aviner
La gueulá
(Redención) de Egipto fue por mérito de las mujeres
alegres. Es cierto que
nuestros sabios definieron: “Por mérito de las mujeres tzidkaniot
(justas)”. Pero, ¿en qué eran tzidkaniot?
¿Qué hicieron? ¿Acaso
participaron de clases de Torá? – no es mencionado.
¿Acaso fueron muy
estrictas con las leyes de kashrut de los alimentos? – no
está escrito.
¿Acaso estudiaron en Ulpena (liceo religioso para
muchachas), Midrashá
(centro de estudio de
Esa tzadikut
es dentro del hogar. “Todo el honor de la hija del rey, es adentro”
(Tehilim 45:14).
Esa es la tzadikut de esas mujeres: Ser alegres y alegrar a los
demás.
También
la gran culminación de Miriam en el Canto del Mar es alegre.
Más que un canto:
Un baile. La persona que baila flota en el cielo, vuela, no está
atada a la
tierra.
Por
supuesto, no nos quejamos. Gracias a D’s, nuestros días no son
como en la galut
(exilio) de Egipto. Pero en este mundo hay todavía dificultades,
sufrimiento,
problemas y preocupaciones, también para el público en
general y los individuos
en particular.
¿Cómo
se sobrevive en esa realidad? – a través de la alegría.
De ella recibimos
fuerzas. El autor del libro “Tania” escribe en cuanto a la lucha
contra
el ietzer (mal instinto) que un luchador débil puede
vencer un rival más
fuerte, cuando el luchador lucha con alegría contra un rival
más grande y
poderoso pero cansado y falto de esperanzas. A través de la
alegría se subsiste
y se edifica – e incluso a través del humor. Nosotros, Am
Israel (el
Pueblo de Israel), sufrimos muchas desventuras y el humor nos
ayudó a
subsistir. El humor coloca todo en la proporción correcta, y
evita que la
persona se deje llevar demasiado adentro de las difíciles
circunstancias.
El
hecho que somos un pueblo alegre está relacionado con el hecho
que somos un
pueblo eterno. Dijeron los comentaristas que en el hebreo hay diez
términos
distintos de alegría: Sason, simja, guila,
rina,
ditza, jedva, tzahala, aliza, alisa y
alitza.
No hay otro idioma en el mundo con tantos términos que expresan
alegría, porque
somos un pueblo alegre. Esa alegría nos colma de fuerzas,
valentía y vigor para
hacerle frente a situaciones difíciles.
Pero
no es fácil estar siempre alegre. Pero si lo has logrado, has
triunfado a lo
largo de todo el camino. Es semejante a un rey que le dijo a su fiel
servidor: “¿Qué
quieres que te entregue? ¿Tesoros de plata u oro? ¿Ser
nombrado ministro o
comandante en jefe? ¿Palacios y bosques? ¿Casarte con mi
hija?” – “yo deseo
casarme con la hija del rey”, contestó el servidor inteligente,
porque como
esposo de ella recibirá todo lo demás.
Así
también una persona alegre ganará todo el bien. Por ello,
se debe invertir
muchos esfuerzos en ser alegre. Incluso los médicos dicen que la
alegría agrega
salud.
Cuando
los maridos de esas mujeres tzadikot volvían cada
día a casa,
destrozados, degastados del trabajo de esclavitud cuya meta era
quebrantarlos
desde el punto de vista sicológico (Shmot 1:13. Sota 11B), se
necesitaba
revivirlos. Ellas recibían a los maridos con buen semblante y
sonrientes, y los
revivían. Las mujeres charlaban con sus maridos, y de esa forma
los alegraban.
“Diez medidas de charla descendieron al mundo, nueve medidas tomaron
las
mujeres y una todo el resto del mundo” (Kidushin 49B).
La
recompensa, la ganancia que recibimos de la potencia de la
alegría lo
aprendemos de los sabios esotéricos, que dicen que a
través de la alegría la
persona se eleva y se libera. Se libera de todas las dificultades y
presiones,
de todos los engranajes entre los que es triturado. Todo es posible,
les enseñó
Miriam durante 80 años y en el Partido del Mar Suf, y las
mujeres tzidkaniot
lo creyeron. No a través de explicaciones abstractas, sino que
viviéndolo ella
misma, cuando tomó la pandereta en su mano y todas las mujeres
tras ella.
Quizás
ustedes digan: “¿Pero quién nos alegrará a
nosotras? También nosotras tenemos
problemas…” En efecto. ¿Y quién alegró a las
mujeres tzidkaniot? Por
supuesto que no sus maridos, y de todas formas ellas eran alegres y
alegraron a
los demás.
D’s te
ayudará, Él te alegrará. Pero para ello, tú
debes ayudarte a ti misma. “¿Cómo
me ayudaré a mí misma?”
De
todas las formas posibles. Es una guerra total, y como en el
ejército, se
utilizan todas las armas. Para ser alegre debes utilizar todos los
medios
rectos, y también todas las artimañas rectas. La
artimaña no desciende a la
raíz del problema, y a pesar de ello lo soluciona por ahora.
Escucha música,
lee libros buenos, escucha clases interesantes, ve a pasear, come
galletas
sabrosas con pocas calorías, charla con tus amigas, incluso
hasta las tres de
la noche, incluso si aún no has preparado nada para Shabat…
No es terrible.
Tu marido prefiere una mujer alegre y comer algo sencillo a manjares
deliciosos
servidos por una mujer peleadora y amargada. La comida no es algo tan
importante: Sea como sea, desaparece cuando se la come. Mucho
más importante es
que te alegres a ti misma.
Alegrarte
a ti misma – es salvación de vidas, también según
la interpretación sencilla
del término, para agregar años de vida. Y esa es la tarea
de la vida, porque
todos tienen problemas, ¿de dónde tomaremos
alegría? Y la respuesta: Tomaremos
la alegría de las cosas buenas que hacemos – lo que es llamado
alegría de mitzva.
Eso es
muy cierto sobre todo tratándose de mujeres que hacen mitzvot
todo el
día, que brindan, limpian y ordenan, cocinan y tratan a los
niños. El brindar
es la fuente de la alegría. El Ramba”m escribe que no alcanza
con cumplir las mitzvot.
Hay que hacerlo con alegría (al final de Hiljot Suca VeLulav).
Quizás
tú digas: “En efecto, hay que cumplir las mitzvot con
alegría, pero ¿qué
puedo hacer que no siento ninguna alegría?” Es una gran
pregunta, que tiene una
gran respuesta: Se puede ser alegre sin sentir alegría, y se
puede sentir
alegría sin ser alegre. Por supuesto, no tenemos nada en contra
del sentimiento
de alegría, pero no es lo mismo que la alegría misma.
Alegría no es disfrutar,
es una sensación de satisfacción interna de hacer cosas
buenas, de cumplimiento
del deber. Es cercana al concepto de felicidad. Disfrutar, por ejemplo
de algo
sabroso, es algo pasajero. El disfrute se lo siente en ese momento, y
luego
desaparece, y a veces se transforma en desagrado. La alegría de
la mitzva
es cercana a la felicidad.
Felicidad
es una vivencia continua, que emana del conocimiento y convencimiento
interno
de la persona que ella es recta y buena – y si a veces cae, enseguida
se
arrepiente. Alegría de mitzva es un convencimiento
interno de la persona
que es buena y recta, y no le falta nada más. No necesita de
ninguna otra
recompensa por ello. “Recompensa de mitzva, es otra mitzva”
(Avot
4:2). Él está alegre que hizo una mitzva, y desea
cumplir otras mitzvot.
Cuando
la persona se juzga para mal, eso obstaculiza la alegría. Y por
ello, la
persona debe juzgar para bien también a sí mismo, y no
sólo a su prójimo. No
debe mirar sus defectos solamente, sino que también sus virtudes
y sus buenas
acciones, y estar alegre con su parte.
También
debes juzgar para bien los acontecimientos de tu vida, incluso de tu
vida
espiritual. Debes juzgar para bien también las desgracias que
recaen sobre ti.
Esas desgracias no llegan por azar, sino que son parte del orden de la
conducción Divina. Ellas llegan para enseñarnos y
añadirnos. “¿Añadir qué?” Eso
solo tú podrás decidir, contigo misma. Hay que convertir
también las desgracias
en algo bueno. “Y robó la lanza de manos del egipcio” (Shmuel
Bet 23:21).
Debes
colmarte de alegría, y entonces podrás alegrar a los
demás. Esos son los mundos
internos. “Todo el honor de la hija del rey, es adentro” (Tehilim
45:14). En
nuestro mundo valoran a las personas que actúan afuera, hablan
mucho, se
fotografían mucho, los entrevistan mucho. Por ello, las mujeres
no son
valoradas, ni los talmidei jajamim (eruditos del estudio de
El cometido de esta sección es
familiarizar
a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada
uno debe
aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto
a los detalles
de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat,
y no
limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
En un principio no se debe encender
las velas demasiado temprano, porque cuando así lo hace no es
notorio que
prende las velas en honor del Shabat[1].
Pero si las prendió en honor
a Shabat a partir de “Plag HaMinja” o más tarde –
es decir, una
hora y cuarto [según las horas solares[2]]
antes del fin del día, no es
necesario apagarlas y volverlas a encender[3].
Desde “Plag HaMinja” la
persona puede recibir el Shabat, y de momento que lo
recibió tiene
prohibido hacer melaja[4].
Por lo tanto, a partir de ese
momento, a pesar que todavía es temprano, si piensa recibir el Shabat,
puede en un principio encender las velas de Shabat y recibirlo[5],
y no es considerado que sea
demasiado temprano, ya que con el encendido de las velas recibe el Shabat[6].
Pero antes de “Plag HaMinja”,
incluso si recibió el Shabat, no tiene vigor. Por ello,
el que enciende
las velas antes de “Plag HaMinja”, incluso si recibió el Shabat,
ese encendido no tiene valor, y debe apagar las velas y volverlas a
encender
recitando nuevamente la bendición más tarde[7].
De todas formas, también cuando se
enciende temprano las velas, se debe encender velas suficientemente
largas para
que continúen encendidas hasta después de la cena[8],
y si también se cena
temprano por la tarde, lo mejor es que las velas continúen
encendidas hasta la
noche[9].
[1](Shuljan Aruj 263 inciso 4).
[2]Véase la próxima acotación.
[3](Allí, Mishná Brurá inciso 20).
Plag HaMinja en la opinión del Shuljan Aruj es una hora y
cuarto antes de la salida de las estrellas, y en la opinión del
Lebush y Gr”a
es una hora y cuarto antes de la puesta del sol. Y según todas
las opiniones
esa hora y cuarto se mide según las horas solares.
Hora solar (Shaa Zmanit) es el período de tiempo que
resulta cuando se divide en 12 partes iguales el día, ya sea
cuando los días
son largos (como en verano) o cuando son cortos (en invierno).
En opinión del Shuljan Aruj se divide el tiempo
entre Alot
HaShajar (la aurora) hasta la salida de las estrellas en doce partes, y
una de
esas partes es llamada Shaa Zmanit. Plag HaMinja es una parte y cuarto
antes de
la salida de las estrellas.
En opinión de Lebush y Gr”a se divide el tiempo desde la
salida del sol hasta la puesta del sol en doce partes, y Plag HaMinja
es una
parte y cuarto antes de la puesta del sol (allí, Mishná
Brurá inciso 19). Esas
horas son publicadas en los almanaques.
En el verano, cuando los días son largos, Shaa Zmanit es
más larga que 60 minutos. Y en el invierno, cuando los
días son cortos, Shaa
Zmanit es menos que 60 minutos.
[4](Allí 261 inciso 2).
[5]Véase más adelante, que la
costumbre
es que la mujer que enciende las velas recibe el Shabat con su
encendido, a no
ser que haya condicionado explícitamente que no recibe el Shabat
con el
encendido.
[6](Shuljan Aruj 263 inciso 4. Mishná Brurá
inciso 17).
[7](Allí, Mishná Brurá inciso 18. Biur
Halajá comienza mibeod. Shuljan
Aruj HaRav allí inciso 6).
[8](Kitzur Shuljan Aruj 75 inciso 2).
[9](Shuljan Aruj 263, Mishná Brurá inciso 40. Kaf
HaJaim allí, inciso 58).