Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaigash     7 de Tevet 5776     No 1048


Rav Lior Engelmann

El 10 de Tevet
Rav Lior Engelmann

El ayuno del 10 de Tevet no es considerado un ayuno muy “popular”. Las personas no son conscientes de él ni tampoco le dan mucha importancia como a los demás ayunos que tienen razones claras y justificadas. Pero nuestros sabios dicen que se debe ayunar en ese día, y también hay una promesa de consuelo del profeta Zjaria: “Así dice el Eterno, D’s de los ejércitos, el ayuno del mes cuarto y el ayuno del quinto y el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo serán para la casa de Iehudá alegría y regocijo, y días festivos” (Zjaria 8:19).
¿Por qué ayunamos el 10 de Tevet? En ese entonces el Beit HaMikdash (El Templo) todavía se encontraba edificado, y Ierushalaim continuaba viviendo una vida casi rutinaria.
¿Qué debe pensar un judío de nuestros días durante ese ayuno, del 10 de Tevet?
Es un ayuno excepcional desde el punto de vista de la halajá. El Abudraham recalcó su rigor y lo comparó con el ayuno de Iom Kipur (Día del Perdón), porque está escrito respecto a él “en ese mismo día” (Vaikra 23:28), y también respecto al 10 de Tevet está escrito “el rey de Babilonia cae sobre Ierushalaim en este mismo día” (Iejezkel 24:2). De forma que si el 10 de Tevet cayese incluso en Shabat deberíamos ayunar y no sería aplazado – aunque no fue determinado así en el Shuljan Aruj. Es también el único ayuno que cuando cae en viernes no es aplazado ni anulado. Nuestros sabios relacionaron ese ayuno también con el día de la defunción de Ezra, el escriba (que falleció el 9 de Tevet) y la traducción al griego de la Torá (que fue el 8 de Tevet). Y lo que es más, la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato) de Israel determinó ese día como el día en que se dice Kadish (rezo que recitan los parientes cercanos del difunto) por todas las personas que fallecieron en el Holocausto y no sabemos su día de defunción. Y es extraño, ¿por qué justamente ese ayuno fue elegido para ello?
¿Qué es lo que transforma ese ayuno en algo tan dramático?
Recordamos muy bien grandes acontecimientos, ya sean desgracias o alegrías. En nuestra conciencia queda gravado profundamente el momento en que ocurrieron. El 9 de Av quedó grabado en la conciencia colectiva cuando el Beit HaMikdash fue destruido. Pero todos sabemos que esa destrucción comenzó mucho tiempo antes. En la práctica, todo acontecimiento, particular o genérico, comienza a gestarse mucho antes del momento en que finalmente ocurre en la práctica. Nuestros sabios nos quieren enseñar a no prestar atención sólo al momento de la desgracia, sino que buscar atrás, dónde comenzó todo, donde tendríamos que haber identificado los rastros de lo que ocurrirá, y comenzar a corregir. El problema comenzó mucho tiempo atrás. Y así es descrito en el Midrash, que cuando Nebuzradan – siervo de Nebujadnetzar – quemó el Beit HaMikdash y despertó su soberbia, se escuchó una voz que le dijo: “Un Eijal quemado has quemado, harina molida has molido”. Los dos Beit HaMikdash ya estaban destruidos mucho tiempo antes del 9 de Av – desde el momento en que pecaron con relaciones prohibidas, asesinato, división, odio gratuito… Y Nebujadnetzar y también Titus sólo encendieron el fósforo… También hoy en día, cuando por ejemplo se habla de la amenaza nuclear de Irán, las personas no simpatizan con los que profetizan calamidades que les molestan en su rutina de vida. Lo único que preguntan es cuál es el punto del que no se puede regresar atrás, pero nuestros sabios nos recuerdan que ese punto ya es demasiado tarde. Por ello, debemos buscar la raíz, dónde comienza todo. Así también una persona que peca y se desmorona y se arrepiente por sus acciones, debe buscar cuáles fueron los pensamientos o las acciones anteriores que lo llevaron al pecado.
El 10 de Tevet fue el momento en que Nebujadnetzar comenzó el sitio a Ierushalaim. El ambiente es que “todo está bien”, todos están tranquilos porque tienen suficientes provisiones para subsistir 21 años en el sitio, y cuentan con personas muy ricas, de forma tal que la amenaza de Nebujadnetzar no es relevante. Y en Ierushalaim continúan todas las discusiones internas, que fueron acentuándose, y todos sabemos cuál fue el final…
Dicen nuestros sabios: No esperes ni un momento cuando las cosas comienza. Cuanto más avanzan los acontecimientos, así es más difícil y más complicado detenerlos. Por ello, se los debe detener de inmediato, al principio. También en la vida de pareja, por ejemplo, es preferible detener las controversias que pueden llegar a acentuarse cuando todavía son pequeñas y los cónyuges todavía se aman y son capaces de aceptar y conceder el uno al otro.
Por ello es necesario dejar de enfocarse sólo en la destrucción, y enfocarse en la raíz de la destrucción. El Holocausto, en su dimensión, nos recuerda la tragedia del 9 de Av. Decretó la Rabanut HaRashit, la desgracia de la galut (el exilio) comenzó ya en aquel entonces. No habríamos llegado a ello, si no hubiésemos salido a la galut
¿Y cuáles son las profecías de consuelo, de que los ayunos se convertirán en alegría y regocijo, como si fuese un premio-consuelo? El Mahara”l explica que cada día como ese debería ser un día feliz. En el 9 de Av tendríamos que vivir la elevada realidad de encontrarnos en Eretz Israel (la Tierra de Israel), si no hubiese ocurrido el Pecado de los Espías. El Midrash dice que por los espías nos perdimos esa oportunidad, nos perdimos el encuentro correcto con Eretz Israel. El 17 de Tamuz deberíamos haber sido merecedores de recibir las primeras Tablas de la Ley, obra de D’s, si no hubiésemos pecado con el Becerro de Oro. Nos perdimos el correcto encuentro con la Torá. El 3 de Tishrei – ayuno de Guedalia – era el día en el que debería ser un día de la coronación del reinado Divino. Perdimos la oportunidad. Cortamos el reinado judío. El 10 de Tevet tendría que ser el día en que los gentiles se acerquen a Ierushalaim para ser merecedores de recibir del resplandor y los ideales de Am Israel (el Pueblo de Israel), y fue perdido. Y eso explica por qué le fue adjuntado también el ayuno de la traducción de la Torá al griego. Deberíamos cumplir una Torá que penetrase en el corazón de todos, podríamos haber plasmado la influencia moral y de valores nuestra en los pueblos del mundo, pero en ese entonces fuimos obligados a traducirla a una lengua cultural limitada, afín con los gentiles. Es una pérdida. Por ello ayunamos, porque perdimos la oportunidad de detener en su principio la caída moral en la tierra… ese es el significado del 10 de Tevet. Ve atrás, nos dicen, al momento en que todo comenzó, y aprende a detenerlo allí.
Y en efecto, en el futuro Am Israel llegará a su adecuada grandeza, hasta que influya en los pueblos del mundo. Y ellos vendrán no para sitiarla, sino que para anhelarla.


Rav Shlomó Aviner

Todo el pueblo soldados
Rav Shlomó Aviner

Tratándose de nuestro caso, en Eretz Israel (la Tierra de Israel), en nuestro país, cuando se habla de guerra es siempre una guerra de todo el pueblo, con consentimiento del pueblo, gracias a la fuerza del pueblo.
También ahora, en esta ola de terror, el que le da fuerzas al ejército y la policía para luchar, es el pueblo. Gracias a D’s el pueblo no se queja y no lloriquea, sino que permanece firme con valentía y bravura. El pueblo se dice: No te dejes caer, continúa cargando el yugo.
El terror no es capaz de conquistar nada, como lo es un país enemigo. Sólo intenta desbaratar la tranquilidad, molestar y desmoralizar. Pero gracias a D’s, no lo logra. Por el contrario, sólo logra consolidar al pueblo, unirlo, hacer despertar la valentía del pueblo. Todo ciudadano se transforma en soldado.
Y con los terroristas ocurre justo lo contrario: Ya no tienen valientes luchadores, solo felpudos. No luchan con armas, fusiles o pistolas, sólo con cuchillos de cocina o tijeras.
Todo el pueblo es ejército, y todo el ejército es el pueblo. En las guerras, la fuerza de vanguardia son los oficiales, sobre todo los de alto rango en las unidades de elite. Ahora, es Clal Israel (la totalidad genérica de Israel), todo cuidador de frontera sencillo, todo policía sencillo, todo ciudadano sencillo. Ahora, cada kilómetro es frontera, y cada ciudadano es soldado. Y todos declaman juntos: ¡No nos moveremos de aquí!
Y culminaremos con un poema del escritor Iaacov Cohen de la generación de los que conquistaron los páramos desolados hace cien años:

No nos moveremos
Nosotros a la paz, y ustedes al combate
Nosotros somos los pocos, y ustedes gran cantidad
Pero sepan, malvados: Todavía tenemos fuerzas
Para luchar por nuestra vida, y nuestras flechas son fieles
¡No nos moveremos! ¡No nos moveremos!
¡Nunca!
¡Toda roca del valle atestiguará, todo monte señalará
Que esta tierra es nuestra de antaño!
Toda estrella en lo alto contará la historia
Nuestro pacto, nuestro dolor por ella de generación sobre generación.
Y siete veces será santificada cada gota de sangre
Esta es nuestra tierra, y se reunirá el pueblo.
Donde caiga uno, se levantarán diez
Donde diez, diez mil maravillosos.
Y nunca, nunca
No nos moveremos, nunca.