Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Toldot     2 de Kislev 5776     No 1043


Educando a ser perseverantes
Hadasa Gahali

En la Parashá de nuestra semana hay casi un capítulo entero dedicado al relato de los pozos que cava Itzjak, a pesar que los Plishtitas conspiran contra él. Itzjak nos enseña qué es perseverancia, sacrificio y valentía. Los Plishtitas tapan - y el cava. No renuncia y no se da por vencido – hace una profunda labor, invierte en las generaciones futuras. Los relatos de la Torá nos enseñan a contemplar la vida desde un punto de vista racional según la Torá – la razón de ser de la vida.
La perseverancia es una de las fuerzas vitales de la persona, es la voluntad de la persona que expresa la fuerza de vida. Es la voz interna que empuja e incita a la persona a aspirar, a no desistir de la meta, es el diálogo interno de la persona que no lo abandona y le dice no desistir, no tener miedo del fracaso, no temer de las dificultades y los desafíos, “tú puedes, tú sabes, ten confianza en ti mismo”. La perseverancia es una inversión redituable, que le posibilita a la persona trabajar, conocerse a sí misma, su capacidad y sus virtudes, es un entrenamiento a largo plazo que lo ayudará en el campo de la vida futura.
En los sistemas de enseñanza cada vez hay más niños que son diagnosticados con problemas de aprendizaje. Los maestros tienden a recomendar el diagnóstico, porque el alumno no alcanza las metas esperadas. También los padres piden diagnosticarlo, para poder recibir exenciones. Ellos están cansados de las protestas de los maestros y de andar corriendo tras el niño.
Más allá del costo monetario superfluo del diagnóstico, el problema es que se legitima las exenciones y todo tipo de relajaciones para que el alumno, D’s no lo permita, no se esfuerce demasiado ni trabaje duro, porque hay un protocolo que  dice que no se le puede exigir demasiado… Hay más y más niños que dicen “yo no puedo’, “no tengo buena memoria”, “no lo logro”. Esa tarjeta de programación está metida en su cabeza, y perpetúa la falta de avance. Los diagnósticos callan las voces naturales vitales que claman por el desarrollo del niño, como la fuerza de voluntad y la capacidad, que se desarrollan a través del esfuerzo y la perseverancia, sobre todo cuando se es joven. Hoy en día la educación enfatiza el éxito y los logros, pero en forma absurda genera una situación en la que los niños le temen al fracaso, no quieren tomar responsabilidad, no hacen para no equivocarse.
La fuerza de constancia se adquiere a través de la perseverancia, sistemática y paciente, a través de una actitud educativa que aprecia el desarrollo de las capacidades, que incita la curiosidad y el deseo de saber. Cuando se recalca el esfuerzo y la labor, el niño no le teme a los desafíos, y no se desplomará por algún fracaso. Es un nuevo idioma que hay que permitir, para darle lugar a crecer sin catalogar. Padres y maestros deben invertir hoy en día en hábitos de estudio, hacerle adquirir herramientas para la vida, y cuando llegue al liceo podrá hacerle frente a grandes cantidades de material de estudio. Muchos niños llegan al liceo y no logran terminar los estudios porque les falta la constancia, y no son capaces de sentarse y estudiar.
Antes de ir al diagnóstico, hay que verificar cuánto invierte el niño en los estudios. ¿Él hace deberes, se prepara para las pruebas, llega a la clase con el equipo necesario, libros y cuadernos? ¿Acaso él completó lo que estudiaron en su ausencia? Sobre todo cuando son jóvenes, esos hábitos son críticos para poder aprender a leer y saber escribir. Falta de esfuerzo por parte del niño genera una cadena de dificultades que abren distancias entre el niño y su clase, deteriora su autoestima y la fe en su capacidad. Es recomendable para los padres invertir su dinero – si ellos no tienen tiempo – en un maestro particular para ayudar al niño a completar el material que perdió, ejercitar la lectura a diario tratándose de niños que aún no leen de corrido, y devolverle la autoestima y la confianza en sí mismo. Tratándose de niños que han acumulado muchos fracasos el diagnóstico no ayudará mucho.
Por supuesto que hay otros factores para las dificultades de aprendizaje y logros bajos, como problemas familiares y sentimentales, expectativas no reales del niño y de sus logros, incapacidad de los padres de pasarle responsabilidades al niño, etc.
Luego de haber verificado todos esos parámetros, y estar seguros que realmente el niño estudia y se esfuerza, sabe organizar el material y contestar preguntas, y no está claro cuál es la razón de sus fracasos, entonces se puede dirigir al diagnóstico para encontrar cuál es exactamente su dificultad, para aprender y conocer las capacidades y virtudes de él y trabajar correctamente con él.


Rav Shlomó Aviner

El libro o la espada
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: En cuanto a la ola de terror, hay Rabanim (Rabinos) que dicen que la razón es la debilidad espiritual, por ello debemos añadir Torá y mitzvot. Otros Rabanim dijeron que la razón es la debilidad nacional, por ello debemos fortalecer el ejército y los individuos particulares tienen que andar con pistola, y aprender defensa personal. ¿Quién tiene razón?
Respuesta: Por supuesto, la pregunta es muy genérica y no se refiere justamente al terror, sino que también a los problemas que tenemos, parte de ellos muy grandes como el terror, los países hostiles, la asimilación en la galut (exilio), educación sin Torá de cientos de miles de niños, dificultades económicas de gran parte de la nación, alejamiento de la Torá de parte de la nación, y más.
Pregunta: ¿La solución es espiritual o práctica? ¿Cuáles Rabanim tienen razón?
Respuesta: Todos tienen razón. Ambas son palabras del D’s vivo. Se necesitan los dos. Nuestros sabios preguntan y contestan en el tratado Nida (70B):
- ¿Qué hará la persona para ser rica?
- Abrirá negocios.
- ¿Hay quienes abrieron negocios y se quedaron pobres?
- Se le debe rezar a D’s.
- Entonces, ¿hay que rezarle directamente a D’s sin abrir negocios?
- No alcanza sólo con uno de ellos.
¿Y qué hará la persona para ser talmid jajam (erudito del estudio de la Torá)?

- Estudiará en la ieshivá (centro de estudio de la Torá).
- ¿Pero hay quienes estudiaron y no se transformaron en talmidei jajamim?
- Se le debe rezar a D’s.
- Entonces, ¿rezará directamente a D’s sin estudiar?
- No alcanza sólo con uno de ellos.
Y también preguntaron, ¿qué debe hacer la persona para tener hijos?

- Casarse.
- ¿Pero hay quienes se casaron y no tienen hijos?
- Se le debe rezar a D’s.
- Entonces, ¿rezará directamente a D’s sin casarse?
- No alcanza sólo con uno de ellos.

Pregunta: Lo formularemos en forma más clara. ¿Qué es más importante, lo espiritual o lo práctico?
Respuesta: También esa es una vieja pregunta. Por supuesto que el alma es más importante que el cuerpo, como decimos en Adon Olam: “Y con mi espíritu, mi cuerpo”. El cuerpo se adhiere al alma. Pero por supuesto, se necesitan ambos, cuerpo sin alma es un animal, y alma sin cuerpo es un demonio…
Pregunta: ¿Pero si hay dos intereses distintos, necesariamente se crea una tensión entre ellos, una contradicción?
Respuesta: No entre el alma y el cuerpo, porque el alma es el alma que alumbra en el cuerpo. Es decir, en base a la valentía espiritual se continúa la valentía nacional y la victoria bélica. O como lo explica el Rav Kuk en su libro Orot (al principio de Israel UTjiato): Hay una motivación moral, y hay una motivación causal, cuando la primera es el alma de la segunda.
Pregunta: ¿En resumen?
Respuesta: Por supuesto que se debe estudiar Torá - y la Torá nos enseña que debemos luchar.