Parashat Vaiera 18 de
Jeshvan
5776 No
1041
Rav Eran
Tamir
Hay muchas cimas espirituales en el
episodio del Sacrificio de Itzjak. Pero podemos decir que una de las
cimas
centrales es el versículo que figura al final del relato, un
versículo que
parece ser puramente técnico: “Volvió Avraham a sus
mozos, se levantaron y
fueron juntos” (Bereshit 22:19).
El Rav Kuk explica (Olat Reaya Alef 97):
“Toda esa maravillosa elevación del alma de Avraham, no produjo
ninguna
separación de la gran medida de influir sobre el mundo y su
entorno, con todo
su materialismo. Él volvió a sus mozos, según el
nivel donde ellos se
encuentran, esos mozos que dejó junto con el burro, a ellos
vuelve para
elevarlos y refinarlos”.
Explicación: El principio básico de la
concepción del judaísmo es totalmente distinto de las
concepciones de otras
religiones, según las cuales cuanto más se acerque la
persona al dios y se
eleve en el plano espiritual, así se alejará del mundo
material. En el
judaísmo, por supuesto que la grandeza espiritual que surge en
la vida de la
persona, y la elevación del mundo de las ideas y conceptos
Divinos puros tiene
un gran valor, pero la gran innovación que es nuestra principal
tarea en este
mundo es ser capaces de imbuirnos del mundo elevado espiritual como fue
en el
episodio del Sacrificio de Itzjak, y gracias a esa absorción
pura volver a este
mundo, con su materialismo y sus límites – para elevarlo y
refinarlo. Esa
cualidad se manifestó en su cima al final del episodio del
Sacrificio de
Itzjak, cuando Avraham volvió a los mozos y el burro, para que
después “marchen
juntos”. Así es en la vida de la nación y así es
en la vida del particular. Es
cierto que hay situaciones en las que nos elevamos al elevado mundo
espiritual,
pero siempre debemos prestar atención que sepamos utilizar ese
bagaje puro
adquirido, en nuestra influencia en este mundo y el materialismo en
él, con
todas sus limitaciones y sus parcialidades, una influencia que
elevará
lentamente nuestro mundo hasta su corrección plena.
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta: Por
supuesto que ese no es un argumento válido. No se puede dirigir
un país según
lo que no enoja o enoja a los árabes. Y en general, los
árabes mataron judíos
antes que el Har HaBait estuviese en nuestro poder, antes de
Por ello, la razón por la cual no subimos
al Har HaBait no es porque temamos de los árabes, sino
que le tememos al
Señor del Mundo, por temor a D’s, por reverencia del lugar del Beit
HaMikdash (El Templo).
El Har HaBait es un lugar kadosh
(santo), y no somos afines a esa kdushá. Somos
judíos sencillos.
Nosotros – es decir, Am Israel (el Pueblo de Israel). Har
HaBait
no es el monte particular de un grupo de tzadikim (justos),
sino que el
monte de toda la nación, donde pronto edificaremos el Beit
HaMikdash de
toda la nación. Y toda la nación en este momento no se
encuentra en el nivel de
kdushá adecuado para el Har HaBait.
Como es sabido, el Beit HaMikdash
fue destruido por nuestros pecados. Gracias a D’s, nos arrepentimos por
nuestros pecados pero todavía ese arrepentimiento no es pleno.
Hay todavía
mucho lo que corregir en la nación. Eso es lo que escribe el Ramba”m
(Hiljot Melajim 1:1-2): Cuando se llega a la tierra, la primera mitzva
es coronar un rey, la segunda es exterminar a Amalek, y la tercera es
edificar
el Beit HaMikdash. Y todo eso debe ser cumplido justamente en
ese orden.
Quizá ustedes digan que no edificaremos
el Beit HaMikdash sin no garantizaremos nuestra
soberanía sobre el Har
HaBait. Es cierto que hay que garantizar nuestra soberanía,
pero el Rav Kuk
dijo que Har HaBait es diferente del resto de Eretz Israel.
En
cuanto a Eretz Israel hay que subir, hay que edificar y
conquistar, y
lentamente añadiremos kdushá y pureza en todo lo
largo y ancho de la
tierra y en todo el pueblo que habita en Tzion. Lo que no es así
en cuanto al Har
HaBait y el Beit HaMikdash, donde primero debemos
arrepentirnos,
debemos contar con
Clal Israel
(la totalidad genérica del Pueblo de Israel) todavía no
se encuentra al nivel
del Har HaBait, y por ello está prohibido subir
allí, como escribió el Ramba”m
(Hiljot Beit HaBejira 6. También Maguen Avraham 561 inciso 1, y
Mishná Brura
allí). Tampoco está claro cuál es el límite
de las distintas zonas en el Har
HaBait, y por ello nos abstenemos de entrar más allá
de la muralla. Lo
miramos de lejos en base al temor por el lugar del Beit HaMikdash,
como
dijo nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk. Y cuanto más
reverencia por ese lugar
añadamos, cuanto más Torá y mitzvot
añadamos, nos acercaremos más
a la edificación del Beit HaMikdash pronto, en nuestros
días.