Parashat Matot - Masaei
2 de Av 5775 No
1027
Rav
Elisha Aviner
En el libro “Halijot Shlomo”
(pág. 413) está escrito que el Gaón (genio
del estudio de
Hace más de cien años, cada piedra
de Ierushalaim clamaba el dolor de la destrucción. Miseria,
pobreza, hambre y
oprobios eran parte de la rutina diaria de todos los habitantes de Eretz
Israel (
Pero los tiempos cambiaron, y
gracias a D’s fuimos merecedores de ver surgir “la clara señal y
el resplandor
de la salvación que brilla”. Eretz Israel comenzó
a entregar sus frutos
en abundancia, y sus hijos comenzaron a reunirse dentro de ella. La
maldición
de la tierra cesó, y los vaticinios de los profetas de Am
Israel del
regreso a Tzion se plasmaron, y se continúan plasmando frente a
nuestros ojos,
paulatinamente. El dolor fue cambiado por alegría, “cuando el
Eterno devolvió
al cautiverio de Tzion éramos como gente que sueña…
grandes cosa ha hecho el
Eterno para nosotros, por ello nos alegramos” (Tehilim 126:1-3).
Ierushalaim va
siendo construida, va siendo asentada con cientos de miles de
judíos, bajo un
gobierno judío. Las piedras de Ierushalaim cantan la alegría de la
redención. Y no es necesario esforzarse por hacer
despertar la alegría - ella brota de por sí.
Y a pesar de ello, no hay plenitud. Todavía nos falta el Beit
HaMikdash. Falta la dimensión del kodesh (lo
santo). En el pasado la
situación de Ierushalaim y del Beit HaMikdash era la
misma – desolación
y oprobio. Ahora, Ierushalaim renace y prospera, pero el lugar del Beit
HaMikdash permanece todavía humillado.
Ambos sentimientos contradictorios se mezclan dentro de nosotros: El
sentimiento de alegría por la reconstrucción de Eretz
Israel, y el
sentimiento de dolor por la destrucción del Beit HaMikdash.
Es difícil
soportar la complejidad. Es más fácil ser unidimensional.
Hay quienes festejan
sólo Iom HaAtzmaut (el Día de
Una expresión clara de esa complejidad en nuestra
generación es la
cantidad de miles de oradores que llegan a la explanada del Kotel (Muro
de los Lamentos) en la noche de Tisha VeAv. Ya no son unos diez
ancianos
judíos que se lamentan en una calle estrecha y sucia, al lado
del Kotel,
siendo humillados por los árabes que pasan por allí, sino
que miles y miles de
jóvenes que colman toda la enorme explanada al lado del Kotel.
Una
expresión de la gueulá y la reunión de los
exilios de nuestra
generación.
Nuestra tarea como educadores es trasmitirles a nuestros hijos un punto
de vista complejo de la gueulá: Alegrarse con la
reunión de los exilios,
y lamentarse por la destrucción del Beit HaMikdash.
Reconocer la bondad
Divina del regreso a Tzion, y llorar por el Beit HaMikdash que
aún no
fuimos merecedores de verlo reconstruido. El proceso de la gueulá
ha
comenzado, continúa, pero aún no ha llegado a su plenitud.
En
Rav
Shlomó Aviner
Respuesta:
No eres una nulidad, tú eres infinito. Toda persona tiene un
valor
infinito. De lo contrario, D’s no te habría creado. Al final del
rezo en Iom
Kipur (el Día del Perdón) tú dices: “Mi
Señor, hasta que no fui creado, no
era meritorio”. Explica el Rav Kuk en su comentario al Sidur (libro
de
oraciones) que durante todos los miles de años que pasaron,
todavía no había
llegado tu momento, todavía no eras necesario, y por ello no
fuiste creado. Y
cuando según el plan Divino eras necesario para el éxito
de todos los mundos,
exactamente en ese momento fuiste creado.
Toda persona es necesaria y vital. El
Ramja”l explica en su libro “Daat UTbunot” que cada uno tiene un
papel
en la santificación del nombre de D’s en el mundo. Y por ello
cada uno debe
decir: Para mí fue creado el mundo. No es arrogancia, porque
cada uno entiende
que también el prójimo puede decir que para él fue
creado el mundo. Es la
“grandeza humilde”, como dice el Rav Kuk.
Tú has recibido aptitudes que otros no
han recibido, y no has recibido aptitudes que ellos recibieron. Cada
uno
recibió justamente lo que necesita para cumplir su tarea en el
culto a D’s. Por
ello, no hay ninguna razón lógica para envidiar al
prójimo, escribe el Ramja”l
en su libro “Mesilat Iesharim” (cap. 11). “Un reinado no toca al
otro en
lo más mínimo”.
Hay que decidir de una vez por todas cuál
es el parámetro de la importancia auténtica de la
persona: ¿Dinero, posición
social, belleza, fuerza? ¡No! El valor de la persona es temor a
D’s. Y eso está
al alcance de cada uno, pequeño como grande. El Ramba”m
(Ramba”m, Hiljot Tshuvá)
escribe que cada persona puede ser tzadik (justo) como nuestro
Rav
Moshé.
Él no dice que puede ser un profeta como
nuestro Rav Moshé, o sabio como nuestro Rav Moshé - sino
que tzadik.
Pero también eso es difícil de comprender. Es que cada
persona es juzgada según
su capacidad. En el Zohar (al principio de Vaikra) se habla
del
holocausto que “olé veiored” [sube o baja. N. del T.] –
es decir,
depende de las posibilidades económicas de la persona. D’s no
recarga a la persona
más de lo que puede dar. Si tienes la obligación, por lo
visto eres capaz. Y si
haces todo lo que eres capaz, eres un tzadik. No eres juzgado
en
comparación a los demás, sino que en comparación a
tu capacidad.
Dijo Rabí Naftali de Ámsterdam: Si tuviese
el raciocinio del Shaagat HaAri, la genialidad del Gaón
(genio
del estudio de
Según el esfuerzo y el sufrimiento – la
recompensa. No eres juzgado según tus logros, sino que
según tu esfuerzo. De
tus esfuerzos se eleva un aroma agradable a D’s. Y el honor
auténtico, es el
temor a D’s.
No prestes atención a conceptos como
“realización personal” – no tiene ninguna fuente en
En general, no te juzgues según las
observaciones de los demás, según lo que otros piensan de
ti. Nadie les pidió
que piensen algo de ti. Y si lo hacen, buen provecho – pero no tiene
por qué
importarte.
Tampoco tengas demasiada confianza en los
cuentos de tzadikim – que tal o cual tzadik cuando
tenía medio
año de edad no quería mamar sin bendecir, cuando
tenía dos años ya bendecía
toda
Tú eres único y especial. No hay otro
como ti. No hay otra persona con un Ietzer HaTov (buen
instinto) como el
tuyo, ni otra persona con un Ietzer HaRra (mal instinto) como
el tuyo –
y por ello, no hay otra persona con una labor a D’s como la tuya.
Está escrito
en el libro “Seder HaIom” que tratándose de Tikun
HaIsod hay
muchos aspectos, y por ello no es seguro que encuentres tu Ietzer
HaRra
y las recomendaciones correctas para vencerlo en los libros de musar
(cultivo
de las virtudes), cada uno con su mundo particular. Sólo
encontrarás
recomendaciones genéricas, y de ellas debes aprender qué
hacer en tu situación
particular.
Esa es la regla, no debes rendirle culto
a D’s más allá de tu capacidad auténtica. Cada uno
tiene una letra suya en
D’s te espera, te ama, se alegra contigo,
te creó con toda la intención, te creó como
tú eres, porque te quería como
eres, exactamente así. Y de ese lugar le rendirás culto.
Y esa es tu felicidad auténtica. Ese es
el contenido de tu vida. Esa es la alegría de tu vida.