Parashat Jukat 10 de
Tamuz 5775 No
1024
Ser una
persona viviente
Rav Eran
Tamir
Es
conocido lo que dijeron nuestros sabios (Brajot 63) respecto al
versículo que
figura en nuestra Parashá en cuanto a pureza e
impureza: “Esta es la Torá,
la persona que
muera en la tienda” (Bamidvar 19:14) – “las palabras de la Torá
persisten sólo en
el que se mata por ella”.
¿Qué
sentido tiene el “matarse” por la Torá? Por el contrario,
es conocido que nuestros
sabios dijeron: “Que viva en ellas, y no que muera en ellas”
[refiriéndose al
cumplimiento de las mitzvot. N. del T.].
Explica
el Rav Kuk en sus cartas (Iguerot HaReaya Alef, pág. 187) en
cuanto a la meta
principal de la fundación de la “Ieshivá HaMerkazit
HaOlamit” (centro de
estudio de la Torá
central) y su significado para todos, en toda situación de la
vida, “yo deseo
una ieshivá en la que more el vigor de vida adecuado a
un lugar de
estudio y rezo, y alegría de corazón… y justamente en una
ieshivá como esa
podrá plasmarse el contenido del Midrash ‘la persona
que muera en la tienda’ – una persona viviente que orienta sus deseos y
sus
fuerzas no en dirección al libertinaje y las tonterías,
sino que en dirección
de la labor de la Torá
y la alegría de su adquisición. Pero el que no tiene
vitalidad ni sentimientos
de vida, no podrá ser una persona que se mata en la tienda, y
los excelentes de
una ieshivá como esa no podrán ser medianos, como
caldera ni caliente ni
fría, sino que valientes como leones en su lucha por la Torá,
y plenos de
deseo de elevarla y encumbrarla en la tierra del kodesh (lo
santo)”.
Nos aclara que sólo una “persona viviente”,
con todas sus fuerzas naturales, se puede decir respecto a ella que se
“matará”
en la tienda de la Torá,
es decir, orientará todas las fuerzas de vida – con toda su
potencia y vigor –
a la meta espiritual kdoshá. Pero una persona “muerta”,
sin vitalidad,
débil de voluntad y de acción, ¿acaso se puede
decir respecto a ella que se
“mata” en la tienda de la
Torá?
Él ya estaba “muerto” antes de encontrarse con la Torá,
y ahora que se
encuentra con ella eso le proporciona una excusa para sus debilidades
iniciales, tiene ahora un pretexto “religioso” para su languidez…
Así también explicó el Rav Kuk (Ein Aya,
Shabat Alef 156, inciso 172) la expresión de la Gmará
(Shabat 31) “un
varón que teme de los pecados”: Un varón que teme del
pecado, es decir, su
temor al pecado emana de su fortaleza y no de su debilidad. Porque de
lo
contrario, no se trata de un temor al pecado auténtico. “A veces
la persona es
temerosa del pecado, pero su esencia humana se anuló, ya sea por
debilidad
corporal o anímica, o por la falta de conocimiento… Una persona
como esa
podremos llamarla ‘temerosa del pecado’, pero no podremos llamarla ‘un
varón
que teme de los pecados’ [en hebreo, varón es gever, que
insinúa la
acción de lehitgaver, es decir, superar o fortalecerse.
N. del T.]. La
meta de la Torá
que fue expresada en el versículo ‘el hombre hará y
vivirá por ellos’ (Vaikra
18:5) es que todas las fuerzas físicas y anímicas vivan y
existan en su
plenitud en el corazón y alma de la persona, y junto con la
plenitud vital,
elija la persona la vida más kdoshá y elevada,
cercana al D’s, bendito
sea, y marche por Sus senderos…”.
Donación
de
emergencia
A consecuencia de la
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y fe.
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Director de Majón Meir
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El vejado
del converso
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: Miles de
personas esperaron
durante dos años que sea cumplido lo prometido, que puedan
convertirse al
judaísmo, de momento que Rabanim (Rabinos) de ciudades
serán autorizados
para realizar esas conversiones – pero finalmente esa iniciativa fue
anulada. ¿No
se trata de un vejado del converso (Vaikra 19:33)?
Respuesta: Es cierto que el que mortifica al
converso trasgrede tres prohibiciones de la Torá
(Baba Metzia 49B), pero en este caso
no se trata de conversos – es decir, personas que se convierten como
corresponde según la halajá – sino que personas
que aún son consideradas
gentiles…
Pregunta: ¡¿Y a los gentiles se los puede
mortificar?!
Respuesta: Por supuesto que no. Está
prohibido vejar a nadie, tampoco gentiles, por ello los que no fueron
autorizados para ello y prometieron a esos gentiles que serán
convertidos, los
engañaron e hicieron algo inmoral muy severo.
Pregunta: ¿Por qué no fueron autorizados?
Respuesta: Si su intención era de
conversión según la halajá acostumbrada en
Am Israel (el Pueblo
de Israel), y no pretenden cambiar nada, ¿por qué
prometieron cambios? Y si su
intención era realmente cambiar las halajot de la
conversión, entonces
esa conversión no sería válida, y eso es un fraude
más severo aún.
Pregunta: ¿Por qué más severo?
Respuesta: Porque ese gentil que es
convertido - no de acuerdo a la halajá - piensa que es
judío, y que cumplió
con sus obligaciones para ser parte de Am Israel. Pero en
algún momento
en el futuro, cuando quiera casarse, le dirán algo espantoso:
Tú no eres judío,
porque no fuiste convertido según la halajá.
Pregunta: ¿Cuál es exactamente la
intención de “conversión según la halajá”?
Respuesta: Lo que está escrito en el “Shuljan
Aruj” (Iore Dea, 268:2): Aceptación de las mitzvot para
cumplirlas.
Pregunta: ¿Hay quienes arguyen que
alcanza con el deseo de ser parte de Am Israel, como Rut que
dijo “tu
pueblo es mi pueblo”?
Respuesta: Ellos se saltean la segunda
parte de ese versículo: “Y tu D’s es mi D’s”. Por supuesto, no
alcanza con
decirlo, sino que se debe escuchar lo que D’s dijo y cumplir la Torá
y sus mitzvot.
Pregunta: ¿Pero, por qué debemos ser
estrictos en ese tema? Se trata de una situación extraordinaria,
y en ese tipo
de situaciones se debe ser menos estricto.
Respuesta: Esa regla quiere decir que cuando
existe alguna opinión correcta según la halajá,
a pesar que otra opinión
es más correcta, en determinadas situaciones se prefiere la
primera opinión
menos estricta, por tratarse de una situación excepcional. Pero
no hay ninguna
opinión que alguna persona pueda convertirse negándose a
aceptar el
cumplimiento de las mitzvot. En el famoso episodio de la
persona que
llegó para convertirse al anciano Hilel, Rashi explica: “El que
viene a
convertirse y acepta toda la
Torá
salvo una sola cosa, no se lo acepta” (Shabat 31A. Rashi, comienza
“hotzio
benezifa”, y “guirei”). Por el contrario, tratándose de
conversión hay que ser
sumamente estricto.
Pregunta: ¿Por qué justamente
tratándose
de conversión?
Respuesta: Por ejemplo, tratándose de
comida kasher, un judío es menos estricto, y otro lo es
más. Pero podrán
arreglárselas juntos: Cada uno comerá otra cosa. Pero
tratándose de conversión,
no puede ser que una persona sea considerada judía a los ojos de
parte de la
nación, y gentil a los ojos de otra parte. ¡Es una
situación insostenible!
Pregunta: ¿Pero hay una gran mitzva
de aceptar a los gentiles?
Respuesta: Por supuesto. Fuimos castigados
por no haber aceptado a Timna (Sanhedrin 99B). Pero a condición
que sea una
conversión según la halajá. De la misma
forma que es severo no aceptar al
que quiere convertirse según la halajá, es
también severo aceptar al que
quiere convertirse pero no de acuerdo a la halajá.
Pregunta: ¿Así dijeron nuestros sabios?
Respuesta: Si. Así dijeron nuestros sabios:
“Maldad tras maldad recaerá sobre el que acepta conversos…
porque dijo Rabí
Jalbo: Los conversos son difíciles para Am Israel como
la sarna para la
piel” (Iebamot 109B). Y explicó Rashi que es porque “no saben
cumplir los
detalles de las mitzvot, y de sus acciones aprenden miembros de
Am
Israel”. Y así escribió el Ramba”m: “Y por ello
dijeron nuestros sabios que
los conversos son difíciles para Am Israel como la
lepra, porque la
mayoría se arrepienten de su conversión seducidos por el Ietzer
HaRra
(mal instinto) y confunden a Am Israel, y es difícil
dejarlos luego que
se han convertido. Aprende lo que ocurrió en el desierto en el
episodio del
Becerro de Oro y las Tumbas del Deseo, y así también la
mayoría de las pruebas,
cuando el pueblucho eran los primeros en pecar” (Isurei Bia 13:18).
Pregunta: Todo eso es muy antipático
¿Acaso
los Rabanim no tienen que ser simpáticos?
Respuesta: Si. Pero no deben traicionar la Torá.
“Ese talmid
jajam (erudito del estudio de la Torá) que las personas de
su lugar lo aman, no es
porque es mejor, sino que porque no los amonesta en cuestiones del
Cielo”
(Ktuvot 105B).
Pregunta: ¿Todos esos gentiles que viven
en nuestra tierra y son fieles a nuestro país, su destino es
quedarse gentiles
para toda la eternidad?
Respuesta: Tienen dos posibilidades:
Convertirse según la halajá y ser conversos
auténticos, o continuar en
su situación y ser Guer Toshav.
Pregunta: Dicho sea de paso, ¿la
prohibición de vejar al converso, también es
válida en cuanto al Guer Toshav?
Respuesta: Hay diferencias de opinión al
respecto. Véase Enciclopedia Talmúdica, “onaat haguer”.
Pregunta: ¿Qué hay en cuanto a los hijos?
¿Acaso no es conveniente convertirlos al judaísmo,
incluso si sus padres son
gentiles?
Respuesta: Por supuesto que no. Niños
pequeños
que son convertidos, cuando llegan a la edad de Bar Mitzva y no
cumplen
las mitzvot, la conversión pierde su valor
retrospectivamente. Y eso es
lo que ocurrirá casi siempre cuando los padres son gentiles, o
uno de los
padres es gentil y el otro es un judío que no cumple la Torá
y las mitzvot.
También la conversión de esos niños es un terrible
fraude.
Pregunta: ¿Pero si no los convertimos eso
conducirá a casamientos mixtos?
Respuesta: Por el contrario, si los
convertimos una conversión falta de valor, y ellos realmente son
gentiles pero
muchos pensarán que son judíos, y se casarán con
ellos en cantidades, así se
multiplicarán los casamientos mixtos.
Pregunta: ¿Pero en general, acaso no
estamos interesados en que Am Israel crezca?
Respuesta: No. “No porque ustedes son más
numerosos que todas las naciones fue que el Eterno los deseó”
(Dvarim 7:7). No
somos misioneros. También un gentil – es decir, Guer Toshav
– puede ser
un tzadik (justo) de las naciones del mundo, e incluso uno de
sus
piadosos, y recibe su parte en el Olam HaBa (mundo venidero).
Incluso
puede ser meritorio de la inspiración Divina (Tana DeBei Eliahu
Rabah 9).