Parashat Tetzave 9 de
Adar
5775 Shabat Zajor No 1008
¿Cómo
cuidaron el secreto?
Rav Lior
Engelmann
La Meguila toda
ella se desenvuelve alrededor del secreto, el secreto de Ester.
“Ester no dice su parentela y su pueblo, como le había ordenado
Mordejai”
(Ester 2:20). Mordejai bien sabe que Ajashverosh tiene decidido
averiguar cuál
es su pueblo. El rey que les habla a cada país según su
lengua y a cada pueblo
según su idioma sabe que el camino al corazón de Ester
pasa por el conocimiento
de su pueblo de origen. Según la Gmará
(Meguila 12A) Ajashverosh intenta colmar a Ester
de honor y placeres, para que ella revele su secreto. Él coloca
la corona real
sobre su cabeza, y ella no lo revela. Él invita al pueblo al
banquete de Ester,
y ella no se quiebra. Él baja impuestos, y declama que lo hace
según el pedido
de Ester, pero su secreto no es revelado. Él envía
obsequios a los ministros en
nombre de Ester, pero es en vano: “Ester no dice”.
Según Rashi el rey no llama a Ester
porque ella no revela su origen, y cuando dice en el primer banquete
con Aman:
“Y mañana haré conforme a lo que pide el rey” (Ester
5:8), su intención es que
hará lo que el rey más quiere - revelar su secreto. “Y
mañana haré conforme a
lo que pide el rey – lo que me has pedido todos los días, que te
revele mi parentela
y mi pueblo” (Rashi, Ester 5:8).
¿Cómo logra Ester cuidar su secreto
frente a todas esas presiones? ¿Qué es lo que hace
fracasar al rey en esa
misión?
El principio de la respuesta se
encuentra en las virtudes de Ester. En contraste absoluto con la forma
de ser
de Ajashverosh, Ester es como su nombre lo indica: Una mujer secreta [ester
en hebreo es escondrijo. N. del T.]. Él, el rey extrovertido,
recibe toda su
fuerza de lo evidente, él hace un banquete “durante el cual
ostentaba la
riqueza y la gloria de su reino, y lo más preciado de la
magnificencia de su
grandeza” (Ester 1:4). Él está dispuesto incluso a
mostrar a la reina Vashti a
los ojos de todos, para “hacer ver a las gentes y a los
príncipes su belleza”
(Ester 1:11). Todo es extrovertido, todo depende de los aplausos del
público.
Ester, en contraste, es callada (Midrash Ester Rabah), recatada
(Meguila 12),
sabe que todo lo que sea mostrado es mucho más pequeño
que lo interior oculto,
y por ello no necesita mostrar nada para ser consciente de su propio
valor. Su
mundo interno es tan rico, que puede encerrar dentro de ella grandiosos
secretos. Ajashverosh intenta llegar a su corazón, pero todos
los caminos están
cerrados, porque Ester no pide nada, no es partícipe de la
cultura hedonista
persa, y de esa forma el camino a su secreto está vedado.
Rashi se extrañó, ¿cómo puede ser
que Ajashverosh no descubrió cuál es su pueblo y su
país? ¿Cuántos chismosos de
Am Israel (el Pueblo de Israel) estarían contentos de
contarle?
Explica Rashi que en efecto, habían
quienes llegaron al rey para contarle, pero él no les
creyó, porque también
llegaron chismosos de los demás pueblos. Ester, dice la Gmará
(Meguila 12A)
era mediana como el mirto – ella comprendía en su apariencia la
belleza de
todas las mujeres de todos los pueblos. Por ello, “cada uno le
parecía que es
de su nación”. Cada nación pensaba que ella le pertenece.
Esa es la razón por
la cual ella caía en gracia a los ojos de todos, cada uno
encontraba en ella a
sí mismo. Con ese “medianismo” Ester expresaba su
judaísmo, el ser el corazón
de los pueblos, que está unida a cada nación del mundo e
incluye en ella la
belleza de todos. Esa es también la razón por la cual
Mordejai conocía 70
lenguas, como egresado del Sanhedrin (la
Suprema Corte de
Justicia) – es decir, incluía en su sabiduría la lengua y
la esencia de los 70
pueblos del mundo, en forma similar a Ester que comprendía en
ella la belleza
de todos.
Ese “medianismo”, esa armonía, la compaginación final de
todas las naciones
confunde a Ajashverosh, él no logra revelar su origen. Delegados
de todas las
naciones llegaron y le dijeron que ella les pertenece, hasta que
comprendió que
nadie sabe la verdad. Cuando llegaron los chismosos de Am Israel,
ya no
les quería creer. Él no conocía el secreto
judío que comprende el bien de todo.
Como dice Rashi: “No lograron nada con sus palabras, ya que
también todas las
naciones decían lo mismo, y no podía aclararlo”.
Rabí Shlomó Elkavetz en su libro “Manot HaLevi”
cita a Rashi. La
premisa básica de Rashi es que había muchos chismosos en Am
Israel que
le vinieron a contar al rey, y eso le resulta difícil de aceptar
a Rabí Shlomo
Elkavetz. Y basándonos en sus palabras aprenderemos el secreto
de la salvación
en aquel entonces, y la llave de la gueulá
(Redención) en nuestros días:
“Y yo digo, que eso era justamente su mérito, y fue la
razón de su
salvación – el mérito que no habían chismosos”
(Manot HaLevi 2:19). Rashi
preguntó, ¿cómo es que los chismosos no le
revelaron el secreto a Ajashverosh?
Rabí Shlomó Elkavetz dice que eso fue justamente la
maravilla y el gran milagro
de la Meguila,
el gran mérito que generó la salvación: No hubo en
esa época en Am Israel
personas que digan Lashon HaRra (calumnias). Lo que dijo Aman,
“un
pueblo disperso y disgregado” es en sí una calumnia: En Am
Israel no
había ninguna persona que rompió el silencio de Ester,
nadie quiso venderla a
cambio de dinero o sólo por hacer el mal. Y no les parezca algo
sencillo,
porque también en los momentos difíciles - cuando
parecía que Ester pacta con
el demonio y hace banquetes para los más grandes enemigos,
Ajashverosh y Aman -
a pesar de ello, nadie abrió la boca. “Y sobre todo cuando ven a
Ester pidiendo
día tras día que llegue el rey y Aman, y tal parece que
intenta salvarse ella
sola – todos se taparon la boca, y no revelaron su secreto” (Manot
HaLevi
2:19).
En los momentos de temor por nuestra existencia, cuando todo
judío
piensa que tiene una solución, permanecieron todos juntos, como
una sola
persona, marchando por un mismo camino, e incluso si no estaban
totalmente de
acuerdo, no clavaron un cuchillo en la espalda del prójimo – y
por ello fueron
merecedores del “se dio vuelta” auténtico.
Donación
de emergencia
A consecuencia de la
reducción de apoyo estatal y de las donaciones designadas
Majón Meir se encuentra en
una muy difícil situación financiera que le dificulta
continuar con su
actividad y pone en peligro de cierre su actividad en Arutz Meir.
Queridos amigos de Majón
Meir, los necesitamos hoy más que siempre para continuar con
nuestra bendita
actividad y nuestro estudio y enseñanza de la Torá con amor
y fe.
Por favor, apóyenos con su
donación y serán bendecidos del cielo.
Dov
Bigún
Director de Majón Meir
https://www.espanol.machonmeir.net/donar
La
privatización de la conversión
Rav
Shlomó Aviner
Pregunta: Hay una proposición nueva
para facilitar la conversión en el Estado de
Israel: La proposición gubernamental de privatización de
la conversión, de forma
que todo Rav adecuado para ello podrá realizar conversiones, y
de esa forma
podrán acercar más gentiles bajo las alas de la Shjina (manifestación
de la presencia Divina). ¿Acaso es una buena nueva?
Respuesta: No. Eso generará
diferentes niveles de conversión, como hay hoy en día
respecto a la kashrut de los alimentos. Hay algo que es kasher
para unos y hay otro que es kasher para otros, y estos no comen
con esos
otros – lo que nos produce un gran dolor. Pero tratándose de
quién es judío, no
puede ser de ninguna forma que una persona sea judía a ojos de
unos y no lo sea
a ojos de otros. Todo converso automáticamente será
sospechoso que su
conversión no fue de acuerdo a la halajá, se
convertirá en un “judío de
segunda clase”, surgirá una división espantosa en la
nación, como no hubo ya
hace miles de años.
Pregunta: ¿Por qué?
¡Conversión es conversión! ¿Cómo
puede ser que haya
distintos niveles de conversión?
Respuesta: Conversión según la
halajá incluye el aceptado de las mitzvot.
No alcanza con una conversión de identificación nacional,
sino que también se
necesita una identificación religiosa con la Torá. No
alcanza
con “tu pueblo es mi pueblo”, se necesita también “tu D’s es mi
D’s”, como dijo
Rut. Una conversión que no sea de acuerdo a la halajá
no tiene vigor. Es
más, de esa forma no le hacemos ningún bien a esa persona
que vino a
convertirse, sino que una injusticia. Hasta ahora era un gentil bueno y
recto,
y como es sabido, los gentiles justos de los demás pueblos
tienen parte en el Olam
HaBa (mundo venidero). ¡Y ahora, será un judío
que no se comporta como se
debe, y no tiene parte en el Olam HaBa! También es un
engaño espantoso.
Él piensa que se convirtió, se afanó y se
esforzó por ello, y de pronto le
dirán en la cara: ¡Tú no eres judío! - D’s
nos salve de ello. Por ello, es
indispensable que haya una conversión uniforme en nuestro
país, según la Rabanut HaRashit
LeIsrael (el Supremo Rabinato de Israel), y es ella la que
decidirá quién
puede convertir y cómo será convertido. Mientras que
según la proposición
gubernamental, todo Rav con ciertas características podrá
decidir convertir, y
no tendrá necesidad de recibir autorización de la Rabanut HaRashit
para convertir, ni tampoco su autorización respecto a la forma
en que
convierte.
Pregunta: Según la
proposición gubernamental, ¿no hay ningún control
del proceso
de conversión?
Respuesta: El control deberá hacerlo
una comisión determinada. El problema es que
es el gobierno el que compondrá esa comisión. En estos
momentos, gracias a D’s,
en esa comisión hay talmidei jajami (eruditos del
estudio de la Torá)
tzadikim (justos).
Pero no puede ser que sea el gobierno el que determine sus integrantes,
no se
puede estar seguro que en algún momento los miembros de esa
comisión no decidan
aceptar conversiones sin aceptado de las mitzvot.
Pregunta: ¿No hay Rabanim (Rabinos)
que validen ese tipo de conversiones?
Respuesta: Los hay, pero su opinión
es extraordinaria, y la halajá no es
determinada como ellos. Una conversión como esa no será
aceptada por la
Rabanut HaRashit,
ni tampoco por la casi totalidad de todos los grandes talmidei
jajamim y
los Rabanim de Israel, ni tampoco por casi todo el
público religioso.
¿Qué ventaja tiene?
Pregunta: Entonces, ¿cuál es
la solución para más de 300.000 gentiles que hay en
nuestro país?
Respuesta: La solución no es que se
transformen en conversos-judíos. Hay otra solución:
Que se transformen en guer toshav – es decir, una persona recta
de los
demás pueblos, un piadoso gentil, que tiene parte en el Olam
HaBa, y
también en este mundo, en el Estado de Israel según la halajá.
Pregunta: ¿Y qué hay respecto
a conversión de menores de edad, sin conversión de
sus padres o de su madre?
Respuesta: Eso es algo sin sentido. Si sus
padres no son temeroso de D’s, él se
educará como una persona que no cumple la Torá,
y cuando llegue a la edad de bar
mitzva, de momento que no acepta el yugo de las mitzvot
será
aclarado que su conversión no fue válida desde un
principio.
Pregunta: En resumen, ¿cómo
se solucionarán las diferencias de opinión entre el
gobierno y la
Rabanut HaRashit?
Respuesta: No hay diferencia de
opinión. Diferencia de opinión hay entre dos que
son igualmente válidos. Y con todo el respeto que se merece el
gobierno, no es
él el que tiene la autoridad para determinar quién es
judío, sino que para
dirigir al Estado Judío según la halajá.
Fortalezcámonos y nos fortaleceremos en pos de Rut,
que dijo “tu pueblo es mi pueblo, y tu D’s es mi D’s”.