Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Beshalaj     11 de Shvat 5775     Shabat Shira     No 1004


Rav Dov Bigún

Eretz Israel le pertenece a Am Israel
En la actualidad
“Cuando lleguéis a la tierra, y plantaréis todo árbol frutal…” (Vaikra 19:23). Explica el autor del libro “Or HaJaim”: De ello aprendemos que es una mitzva llegar a la tierra, es decir, hacer aliá (inmigración a Israel) y plantar en ella árboles, es decir, asentarse en ella (como es sabido, Rav Jaim Ben Atar zt”l, autor de ese libro, no sólo lo dijo sino que también lo cumplió, y vino a vivir a Israel). El que planta árboles en Eretz Israel (la Tierra de Israel) marcha por los senderos de D’s, que ya al principio de la creación del mundo se ocupó del plantado, como dice el versículo “y plantó el Eterno, el Señor, un jardín en el Eden” (Bereshit 2:8) – también ustedes, cuando entren a la tierra lo primero que harán será plantar (véase Vaikra Rabah 25:3). Pero no alcanza con plantar árboles, también se debe trabajar y cuidar los retoños, como le fue dicho al Primer Hombre que fue dejado en el Gan Eden “para que lo trabajase y lo preservase” (Bereshit 2:15). Como dijeron nuestros sabios: Cuando D’s creó al Primer Hombre le mostró todos los árboles del Gan Eden y le dijo, ve Mis obras cuán hermosas y bellas son. Todo lo que creé lo creé para ti. Ten cuidado, no sea que arruines y destruyas Mi mundo (Kohelet Rabah 7).
También los patriarcas, cuando llegaron a la tierra se ocuparon del plantado. Nuestro patriarca Avraham plantó en Beer Sheva – “y plantó un albergue en Beer Sheva, y proclamó allí en el Nombre del Eterno, D’s del mundo” (Bereshit 21:33). Nuestro patriarca Itzjak: “Y le dijo el Eterno, no desciendas a Egipto, reside en la tierra” (Bereshit 26:2) – haz una residencia en Eretz Israel, planta y siembra (Bereshit Rabah 65). Nuestro patriarca Iaacov compra un terreno en Eretz Israel, “y compró la parcela de campo donde plantó su tienda…” (Bereshit 33:19). El plantado en Eretz Israel es para cumplir con la misión Divina, como ya le fue dicho a nuestro patriarca Avraham: “Vete… a la tierra que te mostraré, y te haré un gran pueblo… y serás bendición… y se bendecirán en ti todas las familias de la tierra” – y lo que le sucedió a los patriarcas insinúa lo que le ocurrirá a sus descendientes.

En la actualidad, Tu BiShvat (el día 15 del mes Shvat), Rosh HaShaná (principio del año) para los árboles, se hizo merecedor de que en él resplandece el amor por Eretz Israel, un amor que se expresa a través del plantado de árboles, del comido de los frutos de Eretz Israel y el cumplimiento de la mitzva de “levántate y anda por la tierra, a lo largo y a lo ancho”. Pero no alcanza con amar la tierra, sino que también se necesita sacrificio por poseerla toda ella. Todo Eretz Israel le pertenece a Am Israel, y eso no es sólo un slogan. Esa tiene que ser la política del Gobierno de Israel, y del gobierno que será elegido con la ayuda de D’s. Hay que descartar totalmente la idea de la división de la tierra y el entregado de parte de ella a un pueblo ajeno. Nuestra querida tierra, que nos anheló 2000 años, duele y llora y se apena por esos pensamientos y programas, de descuartizarla y entregar parte de ella a otros, D’s no lo permita. Nos uniremos todos y nos fortaleceremos, y clamaremos en voz alta: ¡Eretz Israel pertenece toda ella a Am Israel! Y de esa forma seremos merecedores de continuar subiendo con orgullo por el sendero de la gueulá (Redención) plena.

De quien anhela la salvación plena
Dov Bigún

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"A su diestra y a su siniestra"
Rav Itiel Ariel
(reimpresión)

En la detallada descripción de la partición del Iam Suf, la Torá recalca sobre todo el abrid de las aguas y su permanencia como murallas de ambos lados, y repite dos veces el versículo "y les eran las aguas como un muro a su diestra y a su siniestra" (Shmot 14:22, y 14:29). Por lo visto esa repetición y recalcado no tiene por objetivo solamente describir el milagro doble - la apertura de las aguas y su permanencia a ambos lados del lecho del mar - sino que principalmente nos quiere enseñar algo, para todas las generaciones.
Nuestros sabios describieron con extensión la sensación de opresión que antecedió a la apertura del
Iam Suf, cuando Am Israel (el Pueblo de Israel) ve delante de él el mar, los egipcios persiguiéndolos por detrás, y se siente atrapado entre la espada y la pared. "En ese momento no sabían qué hacer, cuando el mar les cerraba el paso y el opresor y las fieras del desierto los perseguían" (Shmot Raba 21). Tosafot (Taanit 16B) agudiza más aún la sensación de desesperación en ese momento, sobre todo tratándose de la generación que acababa de salir de Egipto. En su opinión, esa es la profunda intención del rezo "el que les respondió a nuestros antepasados a la orilla del mar, Él nos responderá... quien recuerda lo olvidado", ya que esa salvación llegó sólo cuando Am Israel se desesperanzó totalmente de la gueulá (Redención). Y por ello recordamos para todas las generaciones que en ese momento D's escuchó los clamores de desesperación de ellos, y despertó la Medida del Recuerdo frente al Trono de quien "recuerda lo olvidado", para ser redimidos.
De acuerdo a eso, los fabulosos muros de agua que se levantaron a su derecha e izquierda fueron en cierta forma la continuación del sentimiento de opresión, que continúa todo el tiempo, desde el clímax  de la adversidad, hasta el clímax de la
gueulá, y también en ese momento se sienten en cierta forma confinados. Si pretendimos ver el milagro como una salida de la opresión al espacio de la libertad, "desde la angustia clamé a D's, y D's me respondió sacándome a la anchura" (Tehilim 118:5), nos espera cierta desilusión, cuando aparece el suelo entre las dos portentosas murallas de agua, hasta tal punto que Am Israel temía pasar entre ellas (ver Avot DeRabi Natan, Cap. 38). La protección que las murallas de agua le conferían a Am Israel, le parecía a sus ojos una amenaza, y por ello dijeron "no podemos pasar entre esas murallas..." (Allí), temiendo que se desmoronen sobre ellos (como realmente casi ocurrió, cuando el ídolo de Mija pasó con ellos entre las aguas).
Pero en realidad, justamente la sensación de desesperación enfatiza el milagro y el cambio radical que
Am Israel experimentó - desde el fondo de la desesperación y el derrotismo, al polo opuesto, la salvación Divina. La dependencia absoluta de su Padre en el cielo de los que pasaron entre las aguas del Iam Suf, no dejó la más mínima duda en las personas que experimentaron ese milagro - ya sea que reconocieron el milagro que les ocurrió, o no. Esos momentos en la vida de la nación en los que la Mano de D's es vista en forma tan clara, hasta tal punto que no hay ningún tipo de dudas respecto al camino correcto por el que debe dirigirse, son muy poco frecuentes. En esos momentos, en el que cada uno de los que pasaron por el mar señala con su índice y dice "Él es mi D's, y Le celebraré" (Shmot 15:2), existe sólo un camino, cuyos límites son dibujados en forma clara y tajante por D's mismo. Ese camino que surgió en las profundidades de las tinieblas iluminó esa noche, pero tenía como objetivo también señalar la clara meta del sendero hasta el fin, y alumbrar también a todas las generaciones venideras cuando la oscuridad se cierna y no se tendrá conocimiento exacto hacia donde se debe dirigir - "los harás entrar y los plantarás en el monte de Tu herencia..." (Shmot 15:17).
Esa idea volverá a repetirse en la continuación de la Parashá con el man (pan milagroso), que también él estaba rodeado por arriba y por debajo de una capa de rocío, como depositado en un cofre. Ese doble cubrimiento recalca su origen celestial, y rechaza la concepción errónea del papel que debe asumir el pan en la vida del hombre - "porque no sólo de pan vive el hombre" (Dvarim 8:3). Sólo a partir de esa doble base que envuelve el milagro Divino a diestra y siniestra, por arriba y por debajo, se puede educar orientándose a la certitud y aceptación absolutas de la Torá, y por ello "la Torá le fue entregada a los que comieron del man" (Tanjuma, Beshalaj 20).


Rav Shlomó Aviner

¿Orden Divina, u orden del comandante?
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Si D’s nos ordena asentarnos a todo lo ancho y largo de nuestra tierra, pero el Teniente lo prohíbe - ¿quién tiene la primacía? ¡¿Acaso por alguna prohibición formal del ejército no podremos actuar para con nuestra tierra?!
Respuesta: No es un asunto formal, sino que muy profundo. Por supuesto que D’s es el Amo de Casa del mundo, y es Él el que determina. Ya lo explicó el Rav Kuk al Alto Comisionado Británico, que se extrañó: “¿Cómo puede que el Rav apoye la aliá (inmigración a Israel) que es ilegal?” Le contestó el Rav Kuk: Cuando hay una contradicción entre la ley nacional y la ley internacional, es esta última la que prevalece. Se extrañó el Alto Comisionado: “¡No sabía que hay una ley internacional que le permite a los judíos hacer aliá!”. Contestó el Rav: El Tana”j (La Biblia) es internacional.
Pero te has olvidado que hoy en día tenemos aquí un estado. ¿O quizás no sabes qué es un estado? O quizás no sabes que el mismo D’s que ordenó asentarse en la tierra es el que ordenó edificar el estado. También el estado es una orden Divina. Entonces, cuando hablamos de un estado no se trata de individuos particulares que se asientan, sino que un pueblo, Am Israel (el Pueblo de Israel). Esta tierra no es la tierra particular de nadie, sino que la tierra de Am Israel.
Y está prohibido pelearse con Am Israel. También eso es una orden Divina. Cuando tú te peleas con el Teniente, tú te peleas con Am Israel, y por supuesto que te peleas con Tzaha”l (el Ejército de Defensa de Israel) y las fuerzas de seguridad del país. Fue nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk que dijo que pelearse con un soldado es abominable como comer cerdo. Un soldado, es el símbolo de Am Israel, un policía es el símbolo de Am Israel, el servicio de seguridad es símbolo de Am Israel.
Y si hay algo que no te parece bien, es porque hay algo que no cae en gracia a tus ojos en Am Israel. Puede que tú tienes razón en tu posición, pero se trata de nuestro pueblo. “Dentro de mi pueblo me encuentro”. Puede que tú también tienes elementos que no caen en gracia a los ojos de Am Israel, y a pesar de ello, tú perteneces a nuestro pueblo.
Esa es la regla – todo lo hacemos junto a nuestro pueblo. “Dentro de mi pueblo me encuentro”.